Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
El reclutamiento de escuadrones de la muerte forma parte de una agenda bien establecida de la inteligencia militar de EE.UU. Existe una larga y atroz historia de financiamiento y apoyo encubierto por EE.UU. de brigadas terroristas y asesinatos selectivos que se remonta a la guerra de Vietnam.
Mientras fuerzas gubernamentales siguen enfrentando al auto-proclamado «Ejército Libre Sirio» (ELS), las raíces históricas de la guerra encubierta de Occidente contra Siria -que ha llevado a innumerables atrocidades- deben ser totalmente reveladas.
Desde el principio, en marzo de 2011, EE.UU. y sus aliados han apoyado la formación de escuadrones de la muerte y la incursión de brigadas terroristas en una empresa cuidadosamente planificada.
El reclutamiento y entrenamiento de brigadas terroristas en Irak y Siria fueron modelados en la «Opción Salvador», un «modelo terrorista» de asesinatos masivos por escuadrones de la muerte patrocinados por EE.UU. en Centroamérica. Fue aplicado primero en El Salvador, en el apogeo de la resistencia contra la dictadura militar, que llevó a lo que se estima fueron 75.000 muertes.
La formación de escuadrones de la muerte en Siria se basa en la historia y experiencia de brigadas terroristas patrocinadas por EE.UU. en Irak, bajo el programa de «contrainsurgencia» del Pentágono.
El establecimiento de escuadrones de la muerte en Irak
Escuadrones de la muerte patrocinados por EE.UU. fueron reclutados en Irak a partir de 2004-2005 en una iniciativa lanzada bajo la dirección del embajador de EE.UU. John Negroponte, quien fue enviado a Bagdad por el Departamento de Estado de EE.UU. en junio de 2004.
Era el «hombre indicado» para esa tarea. Como embajador de EE.UU. en Honduras de 1981 a 1985, Negroponte jugó un papel clave en el apoyo y la supervisión de los Contras nicaragüenses basados en Honduras, así como en la supervisión de las actividades de los escuadrones de la muerte militares hondureños.
«Bajo el régimen del general Gustavo Álvarez Martínez, el gobierno militar de Honduras fue un cercano aliado del gobierno de Reagan y «desaparecía» a docenas de opositores políticos mediante métodos clásicos de los escuadrones de la muerte».
En enero de 2005, el Pentágono confirmó que estaba considerando:
«la formación de escuadrones de asesinos de combatientes kurdos y chiíes para atacar a dirigentes de la insurgencia iraquí [Resistencia] en un giro estratégico copiado de la lucha estadounidense contra guerrillas izquierdistas en Centroamérica hace 20 años«.
Bajo la así llamada «opción El Salvador», fuerzas iraquíes y estadounidenses fueron enviadas para matar o secuestrar a dirigentes de la insurgencia, incluso en Siria, donde se piensa que algunos se refugiaron…
Incluso ahora, la experiencia de los así llamados «escuadrones de la muerte» en Centroamérica sigue siendo brutal para muchos y ayudó a mancillar la imagen de EE.UU. en la región.
Entonces, el gobierno de Reagan financió y entrenó a equipos de fuerzas nacionalistas para neutralizar a dirigentes y simpatizantes rebeldes salvadoreños…
John Negroponte, embajador de EE.UU en Bagdad, tuvo un asiento de primera fila en aquel entonces como embajador en Honduras de 1981 a 1985.
Los escuadrones de la muerte fueron una característica brutal de la política latinoamericana de la época.
A principios de los años ochenta el gobierno del presidente Reagan financió y ayudó a entrenar a Contras nicaragüenses basados en Honduras con el objetivo de derrocar el régimen sandinista de Nicaragua. Los Contras fueron equipados utilizando dinero de ventas ilegales de armas estadounidenses a Irán, un escándalo que podría haber derribado a Reagan.
La arremetida de la propuesta del Pentágono en Irak… debía seguir ese modelo…
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Times Online, 10 de enero de 2005, énfasis agregado)
El objetivo declarado de la «Opción Salvador en Irak» era «eliminar la insurgencia». En la práctica las brigadas terroristas patrocinadas por EE.UU. estaban involucradas en los asesinatos rutinarios de civiles a fin de fomentar la violencia sectaria. Por su parte, la CIA y MI6 estaban supervisando unidades de «al Qaida en Irak» involucradas en asesinatos selectivos dirigidos contra la población chií. Es importante señalar que los escuadrones de la muerte estaban integrados y asesorados por Fuerzas Especiales de EE.UU. encubiertas.
Robert Stephen Ford -posteriormente nombrado embajador de EE.UU. en Siria- formó parte del equipo de Negroponte en Bagdad en 2004 y 2005. En enero de 2004, fue enviado como representante de EE.UU. a la ciudad chií de Najab que era un bastión del ejército Mahdi, con el cual hizo contactos preliminares.
En enero de 2005, Robert S. Ford fue nombrado ministro consultor de Asuntos Políticos en la embajada de EE.UU. bajo la dirección del embajador John Negroponte. No solo formaba parte del equipo de trabajo interno, fue asociado de Negroponte en el establecimiento de la Opción Salvador. Parte del trabajo de base había sido establecido en Najaf antes de la transferencia de Ford a Bagdad.
John Negroponte y Robert Stephen Ford fueron puestos a cargo del reclutamiento de los escuadrones de la muerte iraquíes. Mientras Negroponte coordinaba la operación desde su oficina en la embajada de EE.UU., Robert S. Ford, quien hablaba árabe y turco, fue encargado de la tarea de establecer contactos estratégicos con grupos de milicias chiíes y kurdos fuera de la «Zona Verde».
Otros dos funcionarios de la embajada, Henry Ensher (adjunto de Ford) y un funcionario más joven en la sección política, Jeffrey Beals, jugaron un papel importante en el equipo «hablando con una serie de iraquíes, incluso extremistas». (Vea The New Yorker, 26 de marzo de 2007). Otro individuo clave en el equipo de Negroponte era James Franklin Jeffrey, embajador de EE.UU. en Albania (2002-2004). En 2010, Jeffrey fue nombrado embajador de EE.UU. en Irak (2010-2012).
Negroponte también puso en su equipo a uno de sus antiguos colaboradores, el coronel (en retiro) James Steele, de sus días de éxito en Honduras:
Bajo la «Opción Salvador», «Negroponte contó con la ayuda de su colega de sus días en Centroamérica durante los años ochenta, coronel en retiro James Steele. Steele, cuyo título en Bagdad fue Consejero para Fuerzas de Seguridad Iraquíes supervisó la selección y entrenamiento de miembros de la Organización Badr y del Ejército Mahdi, las dos mayor milicias chiíes en Irak, a fin de atacar a los dirigentes y a las redes de apoyo de la resistencia, primordialmente suní. Haya o no sido planificado, esos escuadrones de la muerte rápidamente se salieron de control para convertirse en la mayor causa de muertes en Irak.
Haya sido intencional o no, los numerosos cuerpos torturados, mutilados, que aparecieron en las calles de Bagdad cada día, fueron generados por los escuadrones promovidos por John Negroponte. Y esa violencia sectaria respaldada por EE.UU. es lo que condujo al desastre infernal que es Irak actualmente. (Dahr Jamail, Managing Escalation: Negroponte and Bush’s New Iraq Team. Antiwar.com , 7 de enero de 2007)
«El coronel Steele fue responsable, según el representante Dennis Kucinich de la implementación de «un plan en El Salvador según el cual decenas de miles de salvadoreños «desaparecieron» o fueron asesinados, incluyendo al arzobispo Oscar Romero y cuatro monjas estadounidenses».
Después de su nombramiento en Bagdad, el coronel Steele fue asignado a una unidad de contrainsurgencia conocida como «Comando Especial de Policía» bajo el Ministerio del Interior iraquí (Vea ACN, La Habana, 14 de junio de 2006).
Los informes confirman que «los militares estadounidenses entregaron numerosos prisioneros a la Brigada Lobo, el temido 2º batallón de los comandos especiales del ministerio del interior» que estaban bajo la supervisión del coronel Steele:
«Soldados estadounidenses, consejeros estadounidenses, estaban a un lado, haciendo nada», mientras miembros de la Brigada Lobo golpeaban y torturaban a prisioneros. Los comandos del ministerio del interior se apoderaron de la biblioteca pública en Samarra, y la convirtieron en un centro de detención, dijo. Una entrevista realizada por Maass [del New York Times] en 2005 en la prisión improvisada, acompañada por el consejero militar estadounidense de la Brigada Lobo, coronel James Steele, había sido interrumpida por los gritos aterrorizados de un prisionero, dijo. Según los informes Steele había estado involucrado como consejero para ayudar a aplastar una insurgencia en El Salvador.» (Ibíd., énfasis agregado).
Otro personaje tristemente célebre que jugó un papel en el programa de contrainsurgencia en Irak fue el ex comisionado de Policía de Nueva York Bernie Kerik quien fue inculpado en 2007 en un tribunal federal por 16 cargos de delitos mayores.
Kerik había sido nombrado por el gobierno de Bush al comienzo de la ocupación en 2003 para ayudar en la organización y entrenamiento de la fuerza policial iraquí. Durante su breve tarea en 2003, Bernie Kerik -quien asumió la posición de Ministro del Interior interino- trabajó en la organización de unidades terroristas dentro de la fuerza de policía iraquí: «Despachado a Irak para poner a punto las fuerzas de seguridad iraquíes, Kerik se autodenominó «Ministro del Interior interino de Irak». Los asesores policiales británicos lo llamaron el «terminator de Bagdad», (Salon, 9 de diciembre de 2004, énfasis agregado)
Bajo la dirección de Negroponte en la embajada de EE.UU. en Bagdad, se había desencadenado una ola de asesinatos civiles encubiertos y selectivos. Ingenieros, médicos, científicos e intelectuales también fueron sus objetivos.
El autor y analista geopolítico Max Fuller ha documentado en detalle las atrocidades cometidas bajo el programa de contrainsurgencia patrocinado por EE.UU.
La aparición de escuadrones de la muerte fue destacada por primera vez en mayo de este año [2005],… docenas de cuerpos fueron hallados abandonados despreocupadamente… en áreas baldías alrededor de Bagdad. Todas las víctimas habían sido esposadas, tenían los ojos vendados y se les había disparado en la cabeza, y muchas de ellas mostraban señales de haber sido brutalmente torturadas. …
La evidencia fue suficientemente convincente para que la Asociación de Sabios Musulmanes (AMS), una importante organización suní, emitiera declaraciones públicas en las cuales acusaba a las fuerzas de seguridad dependientes del Ministerio del Interior así como a la Brigada Badr, el antiguo brazo armado del Consejo Supremo por la Revolución Islámica en Irak (SCIRI), de ser responsables de los asesinatos. También acusó al Ministerio del Interior de realizar terrorismo de Estado (Financial Times).
Los comandos de la policía así como la Brigada Lobo eran supervisados por el programa de contrainsurgencia de EE.UU. en el Ministerio del Interior iraquí.
Los comandos policiales fueron formados bajo el experto tutelaje y la supervisión de veteranos combatientes estadounidenses de la contrainsurgencia, y desde el comienzo realizaron operaciones de fuerzas conjuntas con unidades de elite y altamente secretas de las fuerzas especiales de EE.UU. (Reuters, National Review Online).
…Una figura clave en el desarrollo de los Comandos Especiales de la Policía fue James Steele, un antiguo miembro de las fuerzas especiales del ejército de EE.UU. quien adquirió experiencia en Vietnam antes de pasar a dirigir la misión militar de EE.UU. en El Salvador durante el apogeo de la guerra civil de ese país…
Otro colaborador estadounidense fue el mismo Steven Casteel quien como el más alto asesor estadounidense dentro del Ministerio del Interior restó importancia a acusaciones serias y bien documentadas de horrendas violaciones de derechos humanos como ‘rumores e insinuaciones’. Como Steele, Casteel acumuló considerable experiencia en Latinoamérica, participando en la persecución del barón de la cocaína Pablo Escobar en las Guerras de la Droga en Colombia en los años noventa…
Los antecedentes de Casteel son significativos porque este tipo de papel de apoyo en la recolección de información y la producción de listas de asesinato es característico de la participación de EE.UU. en programas de contrainsurgencia y constituye la pista subyacente en lo que parecen ser matanzas indiscriminadas y desarticuladas cometidas al azar.
Semejantes genocidios centralmente planificados son enteramente consistentes con lo que tiene lugar actualmente en Irak [2005]… También es consistente con lo poco que sabemos sobre los Comandos Especiales de la Policía, que fue hecho por encargo para suministrar al Ministerio del Interior con una capacidad de ataque de fuerzas especiales (Departamento de Defensa de EE.UU.). De acuerdo con un rol semejante, el cuartel del Comando de la Policía se ha convertido en un centro de comando, control, comunicaciones, informática y de operaciones inteligencia, por cortesía de EE.UU. (Max Fuller, óp. cit.)
La infraestructura inicial establecida bajo Negroponte en 2005 fue implementada por su sucesor, el embajador Zalmay Khalilzad. Robert Stephen Ford aseguró la continuidad del proyecto antes de su nombramiento como embajador de EE.UU. en Argelia en 2006, así como durante su retorno a Bagdad como jefe de misión adjunto en 2008.
Operación «Contras sirios»: aprendiendo de la experiencia iraquí
La horripilante versión iraquí de la «Opción Salvador» bajo la dirección del embajador John Negroponte ha servido como «modelo a imitar» para establecer los Contras del «Ejército Libre Sirio. Robert Stephen Ford estuvo, sin duda, involucrado en la implementación del proyecto de los Contras sirios, después de su reasignación en Bagdad como jefe de misión adjunto en 2008.
El objetivo en Siria era crear divisiones faccionarias entre suníes, alauíes, chiíes, kurdos, drusos y cristianos. Aunque el contexto sirio es totalmente diferente del de Irak, hay notables similitudes respecto a los procedimientos mediante los cuales se realizaron asesinatos y atrocidades.
Un informe publicado por Der Spiegel relacionado con atrocidades cometidas en la ciudad siria de Homs confirma un proceso sectario organizado de asesinatos masivos y matanzas extrajudiciales comparable a los cometidos por los escuadrones de la muerte patrocinados por EE.UU. en Iraq.
Las víctimas en Homs fueron categorizadas rutinariamente como «prisioneros» (chiíes, alauíes) y «traidores». «Traidores» son los civiles suníes dentro de las áreas urbanas ocupadas por rebeldes, que expresan su desacuerdo u oposición al régimen de terror del Ejército Libre Sirio (ELS):
«Desde el verano pasado [2011], hemos ejecutado un poco menos de 150 hombres, lo que representa cerca de un 20% de nuestros prisioneros», dice Abu Rami… Pero los asesinos de Homs han estado más ocupados con traidores dentro de sus propias filas que con prisioneros de guerra. «Si sorprendemos a un suní espiando, o si un ciudadano traiciona la revolución, la reacción es instantánea», dice el combatiente. Según Abu Rami, la brigada de enterramiento de Hussein ha matado entre 200 y 250 traidores desde el comienzo del levantamiento.» (Der Spiegel, 30 de marzo de 2012)
El proyecto requería un programa inicial de reclutamiento y entrenamiento de mercenarios. Escuadrones de la muerte que incluían a unidades salafistas libanesas y jordanas entraron por la frontera sur de Siria con Jordania a mediados de marzo de 2011. Gran parte del trabajo de base ya estaba listo cuando Robert Stephen Fox llegó a Damasco en enero de 2011.
El nombramiento de Ford como embajador en Siria fue anunciado a comienzos de 2010. Las relaciones diplomáticas habían sido cortadas en 2005 después del asesinato de Rafick Hariri, por el cual Washington culpó a Siria. Ford llegó a Damasco apenas dos meses antes del comienzo de la insurgencia.
El Ejército Libre Sirio (ELS)
Washington y sus aliados copiaron en Siria las características esenciales de la «Opción Salvador en Irak», llevando a la creación del Ejército Libre Sirio (ELS). Sus diversas fracciones terroristas incluyen las brigadas Al Nusra afiliadas a al Qaida.
La creación del Ejército Libre Sirio (ELS) fue anunciada en junio de 2011, el reclutamiento y entrenamiento de mercenarios extranjeros comenzó mucho antes.
Desde muchos puntos de vista, el Ejército Libre Siria es una pantalla de humo. Es defendido por los medios occidentales como una entidad militar bona fide establecida como resultado de deserciones masivas de fuerzas gubernamentales. La cantidad de desertores, sin embargo, no fue ni significativa ni suficiente para establecer una estructura militar coherente, con funciones de comando y control.
El ELS no es una entidad militar profesional; es más bien una red difusa de brigadas terroristas separadas, que por su parte son compuestas por numerosas células paramilitares que operan en diferentes partes del país.
Cada una de esas organizaciones terroristas opera independientemente. El ELS no ejerce efectivamente funciones de comando y control que incluyan la relación con esas diversas entidades paramilitares. Estas últimas son controladas por fuerzas especiales patrocinadas por EE.UU./OTAN y agentes de espionaje que están ‘empotrados’ dentro de las filas de formaciones terroristas seleccionadas.
Esos especialistas de las Fuerzas Especiales (altamente entrenados) en el terreno (muchos de los cuales son empleados de compañías privadas de seguridad) están rutinariamente en contacto con EE.UU./OTAN y unidades de comando militares y de inteligencia aliadas (incluida Turquía). Esos especialistas ‘empotrados’ también están, indudablemente, involucrados en ataques con bombas cuidadosamente planificados dirigidos contra edificios del gobierno, complejos militares, etc.
Los escuadrones de la muerte están compuestos por mercenarios entrenados y reclutados por EE.UU., la OTAN, sus aliados del CCG en el Golfo Pérsico, así como Turquía. Son supervisados por fuerzas especiales aliadas (incluyendo el SAS británico y paracaidistas franceses, y compañías de seguridad privadas contratadas por la OTAN y el Pentágono. Al respecto, los informes confirman el arresto por el gobierno sirio de entre 200 y 300 empleados de compañías privadas de seguridad que habían integrado las filas rebeldes.
El Frente Jabhat Al Nusra
El Frente Al Nusra -del que se dice que está afiliado a al Qaida- es descrito como el grupo combatiente rebelde de la «oposición» más efectivo, responsable de varios importantes ataques con bombas. Presentado como enemigo de EE.UU. (en la lista de terroristas del Departamento de Estado), las operaciones de Al Nusra, a pesar de ello, muestran las huellas de entrenamiento paramilitar, tácticas de terror y sistemas de armas estadounidenses. Las atrocidades cometidas contra civiles por Al Nusra (financiado clandestinamente por EE.UU./OTAN) son similares a las que realizaron escuadrones de la muerte patrocinados por EE.UU. en Irak.
En las palabras del líder de Al Nusra, Abu Adnan, en Alepo: «Jabhat al-Nusra cuenta con veteranos sirios de la guerra de Irak, hombre que contribuyen experticia -especialmente en la producción de artefactos explosivos improvisados (AEI)- al frente en Siria».
Como en Irak, la violencia faccionaria y la limpieza étnica son activamente promovidas. En Siria, las comunidades alauíes, chiíes y cristiana han sido objetivo de los escuadrones de la muerte patrocinados por EE.UU./OTAN. Los alauíes y la comunidad cristiana son los principales objetivos del programa de asesinato. Es confirmado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:
Cristianos en Alepo son víctimas de muerte y destrucción debido a los combates que durante meses han estado afectando a la ciudad. Los vecindarios cristianos, en el último tiempo, han sido atacados por fuerzas rebeldes que combaten contra el ejército regular y esto ha causado un éxodo de civiles.
Algunos grupos en la fuerte oposición, en los que hay también grupos yihadistas, «disparan contra casas y edificios cristianos, para obligar a sus ocupantes a escapar y luego tomar posesión [limpieza étnica] (Agenzia Fides, Noticias del Vaticano, 19 de octubre de 2012)
«Los militantes salafistas suníes -dice el Obispo- siguen cometiendo crímenes contra civiles, o reclutando a combatientes por la fuerza. Los fanáticos extremistas suníes libran orgullosamente una guerra santa, en especial contra los alauíes. Cuando los terroristas tratan de controlar la identidad de un sospechoso, le piden que cite las genealogías que se remontan a Moisés. Y le piden que recite una plegaria que fue eliminada por los alauíes. Los alauíes no tienen ninguna posibilidad de salvar la vida.» (Agenzia Fides 04/06/2012)
Existen informes que confirman la llegada a Siria de escuadrones de la muerte salafistas y afiliados a al Qaida así como de brigadas bajo el auspicio de la Hermandad Musulmana desde el comienzo de la insurgencia en marzo de 2011.
Además, es reminiscente del enrolamiento de los muyahidín para librar la yihad (guerra santa) de la CIA durante el apogeo de la guerra soviético-agana, la OTAN y el Alto Comando turco habían iniciado, según fuente de los servicios de inteligencia israelíes:
«una campaña para alistar a miles de voluntarios musulmanes en países de Medio Oriente y en el mundo musulmán para combatir junto a los rebeldes sirios. El ejército turco albergaba a esos voluntarios, los entrenaba y aseguraba su paso a Siria.» (DEBKAfile, NATO to give rebels anti-tank weapons, 14 de agosto 2011).
Las compañías privadas de seguridad y el reclutamiento de mercenarios
Según los informes, compañías privadas de seguridad que operan en los Estados del Golfo están involucradas en el reclutamiento y entrenamiento de mercenarios.
Aunque no se limitan específicamente al reclutamiento de mercenarios dirigidos contra Siria, los informes mencionan la creación de campos de entrenamiento en Catar y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
En la Ciudad Militar Zayed (EAU), «se prepara un ejército secreto» operado por Xe Services, ex Blackwater. El acuerdo con los EAU a fin de establecer un campo militar para el entrenamiento de mercenarios fue firmado en julio de 2010, nueve meses antes del inicio de las guerras en Libia y Siria.
Compañías de seguridad contratadas por la OTAN y el Pentágono han estado involucradas recientemente en el entrenamiento de escuadrones de la muerte «opositores» en el uso de armas químicas:
«EE.UU. y algunos de sus aliados europeos utilizan a contratistas de la defensa para entrenar a rebeldes sirios en cómo apoderarse de arsenales de armas químicas en Siria, dijeron el domingo a CNN un alto funcionario estadounidense y varios importantes diplomáticos. (CNN Report, 9 de diciembre de 2012)
Los nombres de las compañías involucradas no fueron revelados.
Tras puertas cerradas en el Departamento de Estado de EE.UU.
Robert Stephen Ford formó parte de un pequeño equipo en el Departamento de Estado que supervisó el reclutamiento y entrenamiento de brigadas terroristas, junto a Derek Chollet y Frederic C. Hof, un ex socio de negocios de Richard Armitage, quien sirvió como «coordinador especial para Siria» de Washington. Derek Chollet fue nombrado recientemente para el puesto de Secretario Adjunto de Defensa para Asuntos de Seguridad Internacional (ISA).
Este equipo operaba bajo la dirección del (ex) Secretario Adjunto de Estado para Asuntos de Medio Oriente Jeffrey Feltman.
El equipo de Feltman estaba en estrecha relación con el proceso de reclutamiento y entrenamiento de mercenarios en Turquía, Catar, Arabia Saudí y Libia por cortesía del régimen post Gadafi, que envió a seiscientos soldados del Grupo Combatiente Islámico de Libia (LIDG) a Siria, a través de Turquía en los meses después del colapso en septiembre de 2011 del gobierno de Gadafi).
El Secretario Adjunto de Estado Feltman estaba en contacto con el Ministro de Exteriores saudí, Príncipe Saud al-Faisal, y el Ministro de Exteriores catarí Jeque Sheikh Hamad bin Jassim. También estaba a cargo de una oficina con sede en Doha para «coordinación especial de seguridad» en relación con Siria, que incluía a representantes de agencias de inteligencia occidentales y del CCG así como a un representante de Libia. El príncipe Bandar bin Sultan, un destacado y controvertido miembro de los servicios de inteligencia saudíes, formaba parte del grupo. (Vea Press Tv, 12 de mayo de 2012).
En junio de 2012, Jeffrey Feltman fue nombrado Subsecretario General para Asuntos Políticos de la ONU, una posición estratégica que, en la práctica, consiste en establecer la agenda de la ONU (por cuenta de Washington) respecto a temas relacionados con la «Solución de Conflictos» en diversos «puntos políticos álgidos» en todo el mundo (incluidos Somalia, Líbano, Libia, Siria, Yemen y Mali). En una amarga ironía, los países para «solución de conflictos» de la ONU son los que son objetivo de operaciones encubiertas de EE.UU.
En relación con el Departamento de Estado de EE.UU., la OTAN y manipuladores del CCG en Doha y Riad, Feltman es el hombre de Washington tras la «Propuesta de Paz» del enviado especial de la ONU, Lakhdar Brahmi.
En el intertanto, mientras están de acuerdo de la boca para afuera con la iniciativa de Paz de la ONU, EE.UU. y la OTAN han acelerado el proceso de reclutamiento y entrenamiento de mercenarios en vista de las fuertes bajas sufridas por las fuerzas rebeldes de la «oposición».
La propuesta «jugada final» de EE.UU. en Siria no es el cambio de régimen, sino la destrucción de Siria como Nación-Estado.
El despliegue de escuadrones de la muerte de la «oposición» con mandato para matar civiles forma parte de esa empresa criminal.
El «Terrorismo con Cara Humana» es apoyado por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que constituye un vocero para las «Intervenciones Humanitarias» de la OTAN, bajo la doctrina de la «Responsabilidad para Proteger» (R2P).
Se culpa a la ligera al gobierno de Bashar Al-Asad por las atrocidades cometidas por los escuadrones de la muerte de EE.UU./OTAN. Según el Alto Comisionado del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay:
«Esta masiva pérdida de vidas podría haber sido evitada si el gobierno sirio hubiera elegido un camino diferente al de la implacable represión de lo que fueron inicialmente protestas pacíficas y legítimas de civiles desarmados», (citado en Stephen Lendman, UN Human Rights Report on Syria: Camouflage of US-NATO Sponsored Massacres, Global Research, 3 de enero de 2012)
El «objetivo inconfesable» de Washington consiste de despedazar a Siria como nación soberana -siguiendo líneas étnicas y religiosas- en varias entidades políticas separadas e «independientes».
Michel Chossudovsky es escritor, profesor emérito de Economía en la Universidad de Ottawa, fundador y director del Centro de Investigación sobre la Globalización (CRG), Montreal y editor del sitio en la web globalresearch.ca. Es autor de The Globalization of Poverty and The New World Order (2003) y de America’s «War on Terrorism»(2005). Su más reciente libro es Towards a World War III Scenario: The Dangers of Nuclear War (2011). También es colaborador de la Encyclopaedia Britannica. Sus escritos se han publicado en más de 20 idiomas.