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El Senado estadounidense bloquea la posibilidad de discutir dos leyes antidiscriminatorias.

Todavía no se puede blanquear

Fuentes: Página 12

Senado estadounidense rechazó este martes abrir los debates sobre la derogación de la ley que impone a los militares homosexuales no revelar su orientación sexual bajo pena de ser excluidos de las fuerzas armadas, descartando indefinidamente examinar esta polémica norma. La votación fue de 56 senadores a favor y 43 en contra, por debajo de […]

Senado estadounidense rechazó este martes abrir los debates sobre la derogación de la ley que impone a los militares homosexuales no revelar su orientación sexual bajo pena de ser excluidos de las fuerzas armadas, descartando indefinidamente examinar esta polémica norma.

La votación fue de 56 senadores a favor y 43 en contra, por debajo de los 60 votos necesarios para permitir la apertura formal de los debates sobre una amplia ley de financiamiento de Defensa, en la que se comprendía la derogación de la norma «Don’t ask, don’t tell» («no preguntar, no decir»), adoptada en 1993 bajo el gobierno del entonces presidente Bill Clinton.

La Casa Blanca se manifestó decepcionada por el rechazo del Congreso a abrir este debate. «Nos decepciona no poder hacer avanzar este texto, pero seguiremos intentándolo», dijo el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, en conferencia de prensa. El rechazo a abrir el debate también echó por tierra la posibilidad de discutir una disposición conocida como Dream Act que los demócratas pretendían añadir a esa ley, para regularizar a jóvenes estudiantes indocumentados.

El Dream Act propone abrir una vía de legalización para decenas de miles de jóvenes indocumentados en Estados Unidos que están en condiciones de entrar en la universidad o que estarían dispuestos a enrolarse en las fuerzas armadas al término de sus estudios superiores. Los demócratas buscaban esa ley como un primer paso para la reforma migratoria integral que defiende el presidente Barack Obama, en un país donde viven unos once millones de indocumentados, la mayor parte de ellos hispanos.

«Los republicanos bloquearon sin vergüenza la posibilidad de que decenas de miles de jóvenes se enlisten en las fuerzas armadas, y así siguieron haciendo política con el tema de la inmigración», dijo el senador por Nueva Jersey, Robert Menéndez, al resumir la frustración demócrata.

Todos los republicanos votaron en contra de abrir el debate sobre la ley de defensa, haciendo añicos las esperanzas de los demócratas de convencer a algunos de los senadores opositores de votar a favor. A menos de dos meses de las elecciones legislativas de noviembre, las encuestas muestran que los estadounidenses están de acuerdo en poner fin al «Don’t ask, don’t tell».

Los críticos de esa disposición dicen que viola derechos civiles de los homosexuales alistados y que ha afectado la seguridad nacional estadounidense al haber generado la salida de unos 14.000 calificados soldados de las filas castrenses. No obstante, este martes un alto mando militar indicó que, según una encuesta del Pentágono, la mayoría de los oficiales de la marina se oponen a la derogación de la ley.

«Entendí que la respuesta de los marines era principalmente negativa», aseguró el general James Amos, nominado como comandante del cuerpo de marines, pendiente de confirmación por el Senado. Tanto el secretario de Defensa, Robert Gates, como el jefe del estado mayor conjunto, el almirante Michael Mullen, han respaldado la derogación de la ley. La política de «don’t ask, don’t tell» fue implementada en los albores del gobierno del ex presidente Bill Clinton en 1993 y vino a reemplazar la política de rechazo liso y llano de homosexuales en las fuerzas armadas que lo había precedido.

En ese entonces, tanto el movimiento gay como las organizaciones de defensa de derechos civiles lo consideraron un importante logro. La admisión pública de su condición de homosexuales de soldados y marines condecorados por su valentía en el frente de guerra fue fundamental para disparar el debate y cuando la nueva política fue implementada, la llegada de Obama al gobierno con un mensaje de apoyo a las minorías abrió la esperanza de avanzar hacia una integración más transparente de las fuerzas armadas estadounidenses.

Ayer en el Senado la bancada oficialista buscaba dar un nuevo paso.

Los demócratas también pensaban añadir otras enmiendas a la ley de presupuestos de Defensa, como una para permitir abortos en bases militares.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-153563-2010-09-22.html