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Familias ugandesas expropiadas por la multinacional cafetera alemana Neumann Kaffee Gruppe

Traslados forzosos que conducen a la miseria

Fuentes: Guinguinbali

«Ahora produzco unos pocos alimentos para comer. Ya no vendo alimentos porque en esta tierra nada crece», asegura Anna Nandyosse, campesina desplazada de su tierra tras la instalación de una plantación cafetalera. Más de 2.000 campesinos y campesinas que viven en el distrito de Mubende, Uganda, fueron desplazados de sus hogares en 2001 cuando el […]

«Ahora produzco unos pocos alimentos para comer. Ya no vendo alimentos porque en esta tierra nada crece», asegura Anna Nandyosse, campesina desplazada de su tierra tras la instalación de una plantación cafetalera. Más de 2.000 campesinos y campesinas que viven en el distrito de Mubende, Uganda, fueron desplazados de sus hogares en 2001 cuando el grupo cafetero alemán Neumann Kaffee Gruppe ocupó sus tierras. Las personas afectadas no fueron compensadas y después de diez años siguen luchando por una reparación justa.

Experiencias como la de la Organización Campesina de Base Kococwa Community Sanvings and Credit Society de la región de Teso, demuestran que existen medios de vida sostenibles alternativos, y nos recuerdan que, en ocasiones, la presencia de empresas extranjeras forma parte del problema y no de la solución.

El medio de vida amenazado: Organizaciones

Campesinas de Base, Uganda. Cerca de la ciudad de Soroti, a 300 Km de la capital ugandesa, Kampala, hablamos con Ebelun George, presidente de la Organización Campesina de Base (OCB) llamada Kococwa Community Sanvings and Credit Society y de TECLANET, una red de OCB. «Una Organización Campesina de Base está formada por un grupo de personas que se unen con una idea, con una visión y deciden organizarse para cumplir los objetivos de producción que se han fijado», nos explica Ebelun.

Esta OCB realiza diversas actividades agropecuarias y reúne a 200 miembros. «Parte de la tierra la trabajamos individualmente, y otra parte de manera comunal. Lo producido en las tierras particulares, lo comemos y lo que sobra, lo vendemos. Con el dinero que ganamos compramos el pan y las cosas que necesitamos. Lo que producimos de manera comunitaria, lo administramos de manera conjunta y decidimos entre todos lo que haremos con eso», explica Ebelun.

Para Ebelun, las ventajas de trabajar de manera conjunta son claras: «Es mucho más efectivo producir en grupo que producir solo; produces más y puedes ayudar a tu familia. Cuando produces solo, no es suficiente». Las OCB de Teso practican fundamentalmente un tipo de agricultura de subsistencia. Veterinarios Sin Fronteras colabora desde 2006 con unas 65 OCB en la región de Teso promoviendo la organización comunitaria para mejorar los procesos productivos que impulsen el desarrollo económico de las organizaciones, así como contribuyendo al fortalecimiento de sus capacidades de incidencia en diferentes iniciativas públicas, como, por ejemplo, la distribución presupuestaria a nivel local o la implementación de determinadas políticas públicas.

«En los últimos años, hemos progresado mucho; y no sólo en la producción. Por ejemplo, antes, muchas familias no querían llevar a sus niños a la escuela, decían que era una pérdida de tiempo; pero desde que nos organizamos así, en grupo, eso ha cambiado.

Los impactos del agronegocio en África

Le preguntamos a Ebelun qué haría si una empresa extranjera le ofreciera mucho dinero por comprarle su tierra: «No la vendería; ¿cómo sobreviviría? El dinero se acaba en días». Sin embargo, otras comunidades campesinas no han tenido tanta suerte, y existen ejemplos en Uganda de lo serias que pueden ser las consecuencias del acaparamiento de tierras por parte de empresas extranjeras.

Veterinarios Sin Fronteras viajó al subcondado de Madudu, en el Distrito de Mubende, a unos 200 Km de Kampala, donde hace una década se instaló la primera plantación a gran escala del país, todo un hito en la inauguración de políticas privatistas del Gobierno ugandés. Los resultados fueron nefastos para la población campesina de la zona.

En 2001 el Gobierno ugandés cedió más de 2.500 hectáreas al grupo cafetero alemán Neumann Kaffee Gruppe -que cuenta con una filial nacional, Kaweri plantation Ltd.- para la explotación de café verde. Sin embargo, en esas tierras estaban viviendo y produciendo pequeños campesinos y campesinas. Tanto es así, que el 18 de agosto de 2001, el Gobierno central ugandés desalojó violentamente a 394 familias -más de 2.000 personas- de esas tierras.

Se destrozaron sus viviendas, cultivos y pertenencias. Cinco personas murieron durante la operación de desalojo. Hasta la fecha, las personas afectadas no han sido compensadas ni realojadas.

La agricultura es el principal medio de vida en Uganda y emplea a más del 80% de la población y la mayor parte de la industria está relacionada con la agricultura. Los principales productos son café, té, algodón, tabaco, mandioca, patatas, maíz, mijo, legumbres, carne vacuna y leche.

El café es el principal producto exportado y Uganda es el séptimo productor mundial y uno de los principales del continente africano, junto a Costa de Marfil, Etiopía y Kenia. Los productos agrícolas representan un 36% del Producto Interno Bruto del país. Posee significantes recursos naturales como tierras fértiles, lluvias regulares, cobre, oro y petróleo.

Desde los años ’90 con la introducción de los Planes de Ajuste fomentados por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, Uganda ha sido un alumno muy motivado y ha llevado a cabo una reforma progresiva encaminada a adaptarse a una estructura económica neoliberal de privatización y fomento de la inversión extranjera.

Para evadir críticas a las medidas privatistas que impactan en la población campesina, el Gobierno ugandés creó una ley que prohíbe la venta de tierra a empresas no ugandesas. Sin embargo, esta legislación no ha detenido la llegada de transnacionales al país. Pues mediante una ficción jurídico-empresarial, para que una empresa extranjera pueda explotar un área productiva, el Gobierno compra la tierra a los dueños originales, tanto privados como comunitarios, a través de la Autoridad Ugandesa de Inversiones y después arrienda esas tierras en usufructo a la compañía interesada.

«Todos los alimentos que comemos vienen directamente de nuestro suelo a la boca; eso significa que sin tierra, no tenemos comida», nos explica Peter Kayiira, uno de los desalojados y desde entonces portavoz del grupo Wake UP and Fight for your Rights Madudu Group (Grupo Despierta y Pelea por tus Derechos), formado por la comunidad campesina desplazada. «Ahora somos más pobres que antes. Las tierras en las que estamos son pequeñas y menos fértiles que las que antes teníamos y que ahora posee la empresa de café», continúa Peter.

Peter nos presentó a Anna Nandyosse, una mujer campesina de 79 años, que vivió el desalojo de manera brutal. «Yo vi a los soldados con las armas y nos dijeron: ‘No tiene que quedar ninguna casa de pie en esta tierra, no tiene que quedar nada’; y comenzaron a quitar nuestras cosas. Nos tuvimos que ir», recuerda Anna.

A partir del desalojo, las posibilidades de producir alimentos, se fueron reduciendo. «Yo como lo que cultivo, pero me dejaron con una tierra muy pequeña y sólo puedo producir patatas. Antes (del desalojo) también producía bananas y las vendía. Ahora no puedo. Cualquier cosa que plantes en esta tierra, se seca», continúa Anna.

Sin embargo, Anna no se rinde y junto a Peter han llevado su lucha a la justicia. «Nos organizamos para luchar por lo que nos pertenece, para recuperar nuestra tierra y hoy nuestro caso ha llegado a la Comunidad Internacional. En agosto de 2002 comenzamos un proceso judicial, pero hasta ahora no ha habido resultados», se lamenta Peter.

La falta de resultados en la justicia local tampoco los ha desanimado para seguir la batalla. «Junto con FIAN (organización internacional de derechos humanos con sede en Alemania) estamos haciendo una campaña internacional; además, en junio de 2009 presentamos una queja ante la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) porque la empresa alemana esta violando las Líneas Directrices para Empresas Multinacionales de la OECD.

Me han dicho que la OECD ya ha emitido la Declaración Final, pero está sólo en alemán y a mí no me ha llegado. También estamos evaluando comenzar un proceso ante la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos de la Unión Africana» explica Peter. La lucha emprendida por la comunidad de Madudu es contra un gigante. Neumann Kaffee Gruppe es líder mundial en cuanto a servicios de café verde y cuenta con 45 empresas en 28 países diferentes, ofreciendo servicios que incluyen desde la producción, exportación, importación y procesado de café.

El grupo cuenta asimismo con una filial importadora en territorio español, COPROCAFÉ IBÉRICA S.A., con sede en Madrid, líder en el comercio de café verde en el Estado español y Portugal. Sus principales labores son el comercio y la importación de todo tipo de café verde.

Sin embargo, la plantación de Kaweri no es la única actividad que la Neumann Kaffee Gruppe desarrolla en Uganda. En el mismo distrito, la transnacional alemana opera como una ONG llamada NKG Coffee Alliance Trust que, con el apoyo de la Unión Europea y el Gobierno ugandés, da apoyo a los pequeños productores de café para facilitar la exportación de su producción.

El apoyo se traduce en ayuda técnica y financiera para que el pequeño campesinado productor de café evite así los intermediarios y pueda vender directamente al «exportador». No es de extrañar que el «exportador» en cuestión sea precisamente la Neumann Kaffee Gruppe. Si bien no están obligados a tener contratos de exclusividad, estos pequeños productores, «beneficiarios» de los proyectos de la NKG Coffee Alliance Trust, sólo venden su café a la transnacional.

Una de las ideas que impulsó la empresa alemana para demostrar los beneficios que traería la instalación de la empresa a las comunidades de Mubende era que incrementaría el nivel de ingresos. Sin embargo, según los datos estadísticos reflejados en un informe de Ayuda en Acción, y que pudimos comprobar, esto no es cierto. Los salarios de los trabajadores que se quedaron en la plantación son iguales a los que no trabajan allí, pero con mayor carga de trabajo, y además casi no ha variado, siendo en la actualidad 2.500 Shillings (Sh) -alrededor de un dólar- el salario percibido por día para trabajadores.

Peor aún; además de no haber crecido el nivel de ingresos, el nivel de gastos se ha incrementado desde la llegada de la plantación, ya que sin contar con tierra propia, ahora las familias no pueden producir sus propios alimentos. En el mismo estudio se constata cómo la relación entre los ingresos y los gastos en alimentos mensuales ha creado una diferencia de un 64% de media; es decir, por cada dólar que ganan, 0,64 céntimos van destinados a la compra de alimentos. Sólo una comunidad (Kijuga) tiene unos ingresos levemente superiores a sus gastos alimenticios.

Lamentablemente, a pesar de existir experiencias como estas, la inversión de empresas europeas va creciendo año tras año en Uganda. Según datos de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) la inversión extranjera directa creció el 24% en el período entre 2006 y 2009, llegando a 799 millones de dólares en este último año. De hecho, se ha convertido en el principal destino de Inversión Extranjera Directa de la Comunidad del África del Este (bloque regional que reúne a los países vecinos de Kenia, Uganda, Tanzania, Burundi y Ruanda).

El Estado español no está al margen de estos movimientos. Según un informe de la Oficina Económica y Comercial de España en Nairobi de febrero 2011, en el año 2010 el Gobierno español «ha apoyado la realización de una misión comercial de la Cámara de Tarragona con un total de 14 empresas, entre otras, del sector agrícola, construcción agroalimentaria y tratamiento de aguas». En este informe, se estima que en el país africano hay «factores indicativos de las buenas perspectivas que se abren a corto y medio plazo en las relaciones comerciales económicas con Uganda, tanto en el terreno empresarial como institucional».

Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=reports&task=view_report&report=13