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Tres tsunamis

Fuentes: Rebelión

Las presentes elecciones se han dado en un contesto de crisis económica del sistema capitalista (una de las tres mayores de su historia) que ha golpeado fuertemente a la población; y una crisis medioambiental sin precedentes, cuya punta más visible -pero desde luego no la única- es el catastrófico cambio climático en ciernes. Y como […]


Las presentes elecciones se han dado en un contesto de crisis económica del sistema capitalista (una de las tres mayores de su historia) que ha golpeado fuertemente a la población; y una crisis medioambiental sin precedentes, cuya punta más visible -pero desde luego no la única- es el catastrófico cambio climático en ciernes.

Y como dato novedoso, una autentica rebelión ciudadana (pacifica en sus formas y radical en sus demandas) hastiada de la complicidad existente entre los partidos politicos mayoritarios y los causante de la crisis. Tal rebelión, ha trastocado el proceso electoral, desplazando el aburrido y virtual mundo en el que se desenvuelve la confrontación partidista, a la plaza publica organizada a modo de campamento y convertida en ágoras (asambleas o foros) donde gentes de diferentes ideas y edades han discutido de modo colectivo y publico, los problemas que de verdad les afectan. Demostrando de esa forma que entienden por democracia real (un concepto antaño utilizado solo por izquierdistas que diferenciaban la democracia liberal formal y capitalista, de la democracia real o socialista).

Tal conjunto de factores ha producido un resultado contradictorio, a modo de tres tipos de tsunamis: el primero de corte autoritario, ultraliberal y ultra nacionalista español, que se contrapone a los otros dos; los cuales uno a su forma, representan todo lo contrario.

En efecto.

El primer Tsunami, (producto del triunfo del PP) es el resultado de la movilización de los partidarios de responder a la crisis con posiciones ultra conservadoras en lo político y neoliberal en lo económico, y que ha conseguido (a pesar de los casos de corrupción de las comunidades en las que gobierna el PP) arrastrar tras si sectores confundidos y desmoralizados por la nefasta gestión de un PSOE, plegado a las exigencias del capital y la patronal. ¡Hay que cambiar de gobierno! Ha sido entendido en términos de alternancia conservadora.

Tras la victoria la respuesta dada al 15 M: «Esto es democracia y no la de la Puerta del SOL». Y su pretensión de echar a Bildu de las instituciones son dos significativas muestras de sus pretensiones. Mas de lo mismo y a peor.

El segundo tsunami, tiene que ver, con el despertar de lo que ya podemos calificar de una autentica rebelión ciudadana, sobre todo en Madrid y Barcelona. ¿Quién debe pagar la crisis? ¿Quién y cómo se deben adoptar las decisiones colectivas en una sociedad democrática? Con tales preguntas presentes en todas las asambleas, el 15-M, ha situado en el centro del debate político la cuestión de la calidad de la democracia y la necesidad de un giro de la política económica y social.

Pero no se ha limitado a reclamar más democracia. La han materializado a modo de campamentos-ciudades autoorganizadas e insumisas a las resoluciones de las diferentes Junta Electorales que les instaban a abandonar el espacio publico.

Y pasadas las elecciones han decidió continuar, consolidarse y extenderse a otras áreas geográficas (barrios, ciudades, etc), y emprenden nuevas e imaginativas movilizaciones.

Este tsunami, tarde o temprano, entrara en colisión con el del liderado por el PP, pero esperemos que converja con el tercero.

El tercer tsunami se ha producido en Euskal Herria, y se ha dado en torno a la coalición Bildu. Su éxito, en parte esta motivado por el giro efectuado por la izquierda abertzale, que recibe de esta forma un rotundo espaldarazo, y demuestra que el accionar de ETA, además de generar graves problemas éticos, impedía izquierda abertzale (y al soberanismo) desplegar todo su potencial electoral y social.

Pero tiene que ver también, con el hecho de que a diferencia del estado español (donde Izquierda Unida ha sido incapaz, desde la izquierda, de aparecer como alternativa y recambio del PSOE) mucha gente han visto en Bildu, aquello que demandan (al igual que los del 15M): personas no mezcladas en casos de corrupción y que no van a la políticas a medrar; que abogan por limpiar y dar transparencia a las instituciones, y además se han mostrado contrarios a los recortes sociales, las macro-infraestructuras, contaminantes, destructoras del medio ambiente y socialmente negativas

Por todo ello, y desde mi punto de vista, existen condiciones para que entre el segundo y tercer tsunami haya buena sintonía. El fin de la violencia es una paso muy positivo para conectar con un movimiento que nace proclamándose insumisa pero partidaria de la no violencia. El ansia auto determinativa, el decidir por si mismos presente en las asambleas, es un buen punto de partida para reconocer el derecho a decidir de las nacionalidades a su autodeterminación; y su carácter solidario puede ser la base para las solidaridades mas diversas, entre ellas la internacionalista (que no es lo mismo que el cosmopolitismo).

Pero ello dependerá de que no se defrauden las expectativas: que alcaldes, junteros y diputados renuncien a los sueldos y privilegios, un autentico escarnio en época de crisis con 5 millones de parados. Que se abran las instituciones a las demandas populares. Para empezar, paralizado la incineradora de Zubieta, oponiéndose al Puesto de Pasaia, obstaculizando el avance del TAV, y destinado sus presupuestos para gastos sociales, etc.).

El movimiento 15 ha hecho que la calle y la plaza publica vuelvan a ocupar el lugar privilegiado que le corresponde en toda estrategia de izquierdas. A las izquierdas presentes en las instituciones toca tenerlo en cuenta.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.