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Tres victorias desde el alto el fuego permanente

Fuentes: Rebelión

DESPUÉS DEL ALTO EL FUEGO PERMANENTE Todavía ha transcurrido muy poco tiempo desde que ETA iniciara su alto el fuego permanente, y aún no disponemos de la perspectiva suficiente como para realizar un análisis más preciso. Sin embargo sí podemos aventurar algunas reflexiones: 1. Está claro que su comunicado abrió la caja de Pandora, es […]

DESPUÉS DEL ALTO EL FUEGO PERMANENTE

Todavía ha transcurrido muy poco tiempo desde que ETA iniciara su alto el fuego permanente, y aún no disponemos de la perspectiva suficiente como para realizar un análisis más preciso. Sin embargo sí podemos aventurar algunas reflexiones:

1. Está claro que su comunicado abrió la caja de Pandora, es decir, puso al descubierto las contradicciones, limitaciones, egoísmos e intereses particulares y egoístas de muchas fuerzas políticas. La razón hay que buscarla tanto en el alcance de la decisión de ETA, innegable, como, sobre todo, en su trasfondo, en sus razones estratégicas y en las fuerzas sociales sobre las que se apoya. Hay que tener en cuenta que ETA ha sido, y es, algo más que una organización política que se ha visto en la necesidad de recurrir a la violencia política de respuesta. También es una fuerza simbólica que ha arraigado profundamente en la conciencia colectiva vasca; además, es parte integrante de una amplia dinámica fuerza social creativa en su expresión más fuerte y directa del término: sin lo que es el universo referencial movilizado y generado por la lucha de ETA muy difícilmente se hubiera producido la impresionante recuperación cultural, anímica, psicológica y ético-moral del pueblo vasco, en especial de sus masas trabajadoras y populares. Desde luego que falta mucho por hacer, que en algunas cuestiones decisivas no se ha detenido el retroceso del euskara en zonas de nuestro país, que en otras cuestiones también importantes no se ha avanzado todo lo que se esperaba y se necesitaba, etc.; sin embargo, comparada la situación actual con la de hace tan sólo medio siglo, sin retroceder más en el tiempo, los avances son apreciables.

2. Ningún análisis histórico puede sustentarse sin un punto de comparación entre fases dentro de la realidad siempre móvil de las contradicciones sociales. Sin mayores precisiones, el punto de comparación más reciente debe ser la situación vasca hace medio siglo, cuando el surgimiento de ETA, en medio de la pasividad de las organizaciones antifranquistas, y del activo colaboracionismo de la burguesía vasca. Para entonces, nuestro pueblo llevaba más de siglo y medio perdiendo todas las guerras de resistencia nacional a las invasiones españolas y francesas, y en la mitad del siglo XX todo parecía desmoronarse definitivamente. Parecía que se ya no quedaba alternativa alguna. De igual modo, la impresionante experiencia de lucha de clases, de huelgas obreras y hasta de insurrecciones armadas, así como las gloriosas pero fugaces experiencias del poder obrero y popular, todo lo acumulado por estas luchas, las últimas de las cuales se vivieron en los más duros años de plomo de la triunfante dictadura franquista, todo esto aparentaba haber desaparecido en la década de los 50. Lo mismo debemos decir del complejo lingüístico-cultural vasco, del folclore y de las costumbres y tradiciones populares. En Iparralde la situación tampoco era mejor, sino peor incluso.

3. Fue en este contexto de casi inminente extinción como pueblo cuando el surgimiento de ETA planteó con directa y cruda sinceridad algunas cuestiones decisivas: el derecho/necesidad a la autodefensa y el rechazo del monopolio de la violencia por parte de los Estados; el derecho/necesidad a la creatividad popular autoorganizada al margen de los aparato de poder, para la construcción desde abajo, desde las bases sociales, de una nueva sociedad vasca; y, el papel clave que en todo ello debían jugar las masas trabajadoras, ya que era innegable que la burguesía no estaba por la labor. Estas y otras obviedades ni surgieron de la nada ni aparecieron ya formadas del todo, sino que expresaban unas constantes históricas y, a la vez, se fueron formando y enriqueciendo en la propia lucha. La praxis militante fue decisiva, y la legitimidad que fue conquistando esa militancia expresaba y sintetizaba toda su razón histórica. Durante medio siglo, todas las fuerzas que nunca se arriesgaron, que cuando se movieron fue sólo al final del franquismo y para obtener sus propios objetivos y que después han vivido del maná del Estado, han hecho lo imposible para destruir la legitimidad de ETA, o para debilitarla. Pero la realidad es la realidad: «ETA mata, pero no miente» reconoció Mayor Oreja.

4. La verdad es siempre revolucionaria, dice un principio de la dialéctica marxista, y cuando ETA dio su comunicado sobre el alto el fuego permanente, irrumpió por mérito propio, con la fuerza de la razón crítica y la crítica innegable de la razón militante medio siglo de luchas, sacrificios, heroísmos, derrotas y victorias, avances y estancamientos, medio siglo de luchas, sacrificios, heroísmos, derrotas y victorias, avances y estancamientos; medio siglo que en realidad sintetizaban dos largas centurias. Y quienes tienen chollos, privilegios y derechos exclusivos y excluyentes, sintieron vértigo y miedo no sólo porque se iniciase una etapa nueva dentro de una continuidad, que también, sino sobre todo porque comprendieron que lo negado, reprimido y perseguido durante años aparecía a la luz pública gracias a la paciente acumulación de legitimidad social.

5. La pataleta histérica del PP y el tartamudeo ansioso de UPN, los nervios y el desconcierto inicial del PNV, la faz boquiabierta de IU, la incertidumbre de EA, la lamentable y amarga ceguera de Aralar, la cautela oportunista de la Iglesia, el sudor de la patronal, las precipitaciones de los medios de prensa, y hasta la inseguridad contenida del PSOE, todo esto y más estalló a los pocos segundos de conocerse el comunicado de ETA. Se había producido la primera -una más- victoria de esta organización política porque si bien era vox populi que algo se avecinaba su sola aparición fue un terremoto que desmontó las falsas verdades construidas durante décadas. Ya nada era igual que un segundo antes y lo innombrable, o sea, la razón histórica de un movimiento global que estructura la sociedad vasca desde su interior mismo, eso de lo que no se podía hablar porque estaba prohibido, abrió las puertas y las ventanas para que en la podrida casa de la sumisión y la cobardía se aireara con la dignidad de quienes nunca se arrodillaron.

6. A esta primera victoria de ETA le sucedería al poco tiempo otra segunda. Pese a que a los pocos segundos del terremoto los agentes más preparados de la prensa y de los partidos iniciasen una sistemática campaña de adoctrinamiento según la cual era la debilidad de ETA la que le había obligado a dar este paso, o sea, que ETA estaba derrotada, sin embargo, la realidad negaba este cuento. Durante meses antes ETA se había paseado por el Estado y por Euskal Herria poniendo bombitas aquí y allá, demostrando una consistencia, fuerza y visión teórico-política que desautorizaba la mentira de su debilidad. Más aún, el que sus acciones no causaran muertes precisamente cuando más se endurecía el sistema represivo español; el que sus bombitas fueran sólo eso, unos pocos gramos de explosivos cuando podían ser de varios kilos con efectos devastadores en respuesta a la vengativa represión española en odioso ascenso, semejante frialdad política en una praxis tan arriesgada como la lucha política armada, demostraba todo lo contrario de lo dicho por la propaganda oficial. Demostraba, antes que nada, que detrás de las acciones existía una lúcida y metódica estrategia política. Ha sido algo tan manifiesto durante tres años que se han hundido todas las mentiras sobre la derrota de ETA.

7. Esta segunda victoria se ha visto reforzada y confirmada, además, por la coherencia demostrada por la izquierda abertzale en estos años, y en especial tras el comunicado y durante el poco tiempo transcurrido desde entonces. El Estado y el PSOE, con el apoyo del PP y de la fiel prensa, sin menospreciar los méritos de una IU que hace la función de muletilla del PSOE en todo lo relacionado con la represión, endurecieron, ampliaron e intensificaron sus ataques a la izquierda abertzale. Necesitan que su gente y la gente alienada crea que la izquierda abertzale apoya este paso de ETA por debilidad y miedo. Ya que es obvio que no se la ha derrotado, al menos que algunos crean que sí se está derrotando y venciendo a la izquierda abertzale. Pero no se trata únicamente de recuperar posiciones en la guerra propagandística, que también, sino fundamentalmente se busca debilitar prácticamente a la izquierda abertzale para dificultar lo más posible el buen desarrollo de la estrategia anunciada y sintetizada en la Propuesta de Anoeta. Es este objetivo el que está en el fondo de la represión del Estado y del PSOE. También lo es para un PNV que sabe que debe debilitar a la izquierda abertzale y para ello ha dado vía libre a lo más reaccionario de la Ertzaintza. La deleznable actuación del PNV y de la Ertzaintza se inscribe en esta lógica de la obediencia a Madrid y al chollo autonomista.

8. Y aquí se produce precisamente la tercera victoria de ETA consistente en la socialización de que el proceso abierto será complejo, prolongado, tenso, con altibajos y con zarpazos y mordiscos represivos. De hecho, todos los procesos similares han sido así. Solo las rendiciones incondicionales son automáticas, y por ahora el poder español no se va a rendir ni reconocer los derechos vascos, y de otros pueblos y clases sociales. El PSOE, con Rodríguez Zapatero como su portavoz, ya dijo públicamente que sería un proceso largo, duro y tenso; lo hizo para avisar a su gente, a la burguesía y al españolismo de que iban a ir cediendo poco a poco, resistiéndose todo lo que pudiera, debilitando en lo posible el avance de la liberación vasca. Hay un principio en la estrategia militar que dice que el requisito imprescindible para que una retirada no degenere en una desbandada caótica es que se mantengan siempre, además de la disciplina, un número de combates y contraofensivas locales que aviven la moral de las tropas en retroceso. El PSOE y el Estado aplican este principio: cederemos haciéndoles todo el daño posible. España abandonó Cuba después de exterminar a varios cientos de miles de cubanos.

9. Pero a diferencia de la advertencia del PSOE, la de ETA, diciendo aparentemente lo mismo, es de signo opuesto. La tercera victoria de ETA consiste en avisar de que la movilización popular es la única que puede impulsar este proceso hasta su final porque las fuerzas conservadoras y reaccionarias pondrán todos los obstáculos posibles. Mientras la advertencia del PSOE es defensiva, la de ETA es ofensiva en el doble sentido de mantener la iniciativa y de impulsar la movilización social. Una crítica injusta y parcial del reformismo de izquierdas a ETA siempre ha sido que su lucha política armada paralizaba a la gente y rompía la autoorganización popular. Además de que la experiencia pasada ha demostrado lo contrario, la experiencia actual confirma de nuevo la vitalidad de la dialéctica de la interrelación de todas las formas tácticas de lucha, de manera que una forma táctica, por ejemplo la lucha armada, puede pasar a la inactividad porque otras tácticas no armadas se han reforzado mientras tanto, pasando a ser las más efectivas a partir de un momento determinado. La advertencia de ETA de que el proceso será largo indica que hay que seguir fortaleciendo y ampliando la autoorganización a escala nacional vasca con espíritu creativo, de avance, ofensivo y no defensivo, no pasivo. Se trata de una victoria muy importante porque garantiza el aumento de la certidumbre de victoria, de la autoestima colectiva, de la moral de lucha y de la conciencia de que somos nosotros, es nuestro pueblo, el que debe dirigir su futuro.

10. Las tres victorias no son irreversibles. En cuanto productos de la lucha, por ello mismo pueden ser abocadas al pantano de la derrota si el proceso no sigue avanzando. Deben ser reforzadas por otras que se producirán con el tiempo, e incluso pueden deben materializarse en un salto significativo en a vertebración de nuestro pueblo mediante nuevas instituciones nacionales que superen la actual segmentación impuesta por los Estados que nos oprimen. Naturalmente, en estos pocos días transcurridos, también han aparecido fallos, lagunas y vacíos que se deben corregir y llenar, pero hablar sobre estas nuevas situaciones exige además de otro artículo, también y sobre todo un debate colectivo en el interior de nuestro pueblo y de la izquierda abertzale. No nos engañemos, uno de los secretos que explican los logros vascos radica en la esencia colectiva de la praxis de liberación, algo que es inherente a ETA y a la identidad del movimiento independentista. Sigamos ejercitando ese sano pensamiento colectivo antes de cualquier otra elucubración individual.