Desde: «Tenemos que esperar la decisión del Congreso (de Estados Unidos)«, dicho por Francois Hollande el 6 de septiembre del 2013, cuando era presidente de Francia, al referirse a una hipotética intervención francesa en Siria, hasta: «¿Con amigos como Trump, quién necesita de enemigos?», manifestado por Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, hay un salto […]
Desde: «Tenemos que esperar la decisión del Congreso (de Estados Unidos)«, dicho por Francois Hollande el 6 de septiembre del 2013, cuando era presidente de Francia, al referirse a una hipotética intervención francesa en Siria, hasta: «¿Con amigos como Trump, quién necesita de enemigos?», manifestado por Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, hay un salto cualitativo que sólo Trump pudo suscitar. Además, Tusk fustigó la «caprichosa franqueza» de Trump, por que, al abandonar el acuerdo nuclear con Irán e iniciar disputas comerciales, ha hecho que «Europa se despoje de todas sus ilusiones», lo que refleja la «profunda discordia transatlántica».
Mientras la expresión de Hollande refleja sumisión y no la contradicción existente entre los intereses de EEUU y los de la Unión Europea, UE, cuando sus dirigentes estaban al servicio de Estados Unidos desde que ese país consolidó su papel de gendarme mundial e inició nuevas agresiones para atemorizar a sus fieles aliados y enfrentar a viejos contrincantes y recientes rivales, en cambio, las palabras de Tusk representan la actual posibilidad de que la UE sea soberana.
Al fundarse la UE hubo un nuevo escenario que se fortificó con la existencia de una moneda común y una urdimbre comercial, financiera y productiva; únicamente le hacía falta establecer una estructura militar propia y una diplomacia externa común, que estableciera relaciones estrechas con todo el mundo. La UE está hasta ahora condicionada por el despliegue de bases militares estadounidenses en todos sus puntos estratégicos; así, EEUU ha convertido a Alemania en casi una colonia suya y ha subordinado al resto del continente, al que obligó en 1999 a observar impotente la guerra dirigida por el Pentágono contra la exYugoslavia, luego de que fracasara la mediación de la UE, que se conformó con enviar tropas bajo el mando de EEUU.
La UE también apoyó sumisamente la intervención de EEUU en el Medio Oriente y aportó con tropas la invasión a Afganistán organizada por el Pentágono; además, paga la cuenta de estos operativos. Tener grandes gastos militares sin recursos para solventarlos provoca que todos los miembros de la UE tengan desequilibrios en sus erarios públicos, a esto se añade la exigencia de Trump de que sean incrementados. La supremacía militar de EEUU sobre la UE le sirve de instrumento para descargar sus problemas sobre los hombros europeos. Por algo, cuando durante la campaña electoral le preguntaron a Trump sobre cómo iba a enfrentar la enorme deuda pública de EEUU, contestó con gran solvencia: ¿Qué deuda? Es a nosotros a los que deben. Ahora piensa cobrar a todos, si le dejan.
La UE ha sido en parte culpable del caos desatado por el sector radical de los refugiados, que podría terminar con la cultura de Europa;también es culpable de embarcarse en las guerras de rapiña del Medio Oriente, que pudieron evitarse si la UE defendía su autonomía; también de apoyar la ocupación de Palestina por Israel y no castigar sus masacres; por alcahuetear los crímenes del gobierno fascista de Ucrania; por apoyar las sanciones impuestas por EEUU a Rusia, de tan alto costo para su propia economía; por apoyar la política de expansión de la OTAN hacia la frontera rusa, provocación que puede desatar un conflicto mundial; por permitir la instalación del paraguas atómico, que no los protege. El ser o no ser de la UE se enmarca en la disyuntiva de seguir encadenados al «Destino Manifiesto» de Estados Unidos o independizarse de su férula negativa. Ojalá, la UE aprenda que quien con lobos se junta a aullar aprende y cese la relación oprobiosa que los mantiene en el mismo bando del Estado Islámico, que decapita niños, abre el vientre de mujeres y comete actos de canibalismo, que avergüenzan al genero humano, y es auspiciado por sus aliados trasatlánticos, que los protege, financia, organiza y dirige en las guerras de Afganistán, Irak, Libia y Siria .
Estados Unidos interviene en los asuntos internos de la UE por que defiende sus intereses estratégicos. ¿Cuáles? Las guerras que mantiene actualmente contra China, Rusia y el resto del mundo, y cuyos detalles, gracias a Trump, se comienzan hoy a conocer. Y siempre puede complicar el panorama económico de la UE incrementando el temor de su sector financiero de la difícil situación del continente, multando a las compañías europe as que no le obedezcan, sancionando a los gobiernos que no se sometan a su férula, para provocar una crisis incontrolable que haga que las empresas de la UE pierdan el resuello y que algunos países europeos abandonen, en estampida, la zona del euro. La diplomacia del garrote es desde ahora también para la UE.
Desde ahora en adelante, si no le hacen caso, Trump, mejor dicho EEUU, va ha intentar explotar todas las antiguas rencillas del viejo continente, en espera de que la UE estalle en mil pedazos. No hay que olvidar que Trump tiene ases bajo la manga. Así, por ejemplo, la mayoritaria de los franceses son desfavorables a la permanencia de su país en la UE. La reforma laboral, emprendida por Macron, conlleva el deterioro de los servicios públicos, una pérdida de soberanía, la baja del nivel de vida, el recorte de los ingresos, el incremento de la desigualdad social y vuelve a Francia vulnerable a una intervención oculta, a una renovación de mayo del 68, enfermedad francesa semejante al Maidán de Kiev, que podría contagiar al resto de Europa. Una verdadera obra maestra de golpe de Estado, en el que EEUU es especialista.
Para ello sobran argumentos de tipo: «Europa habla alemán»; «los países mediterráneos no entienden nada que no sean palabras duras y la firmeza de los mercados de capitales»; hay que tratar «con rigor a Francia por tratarse de un país deficitario reincidente»; las reformas de Macron son buenas, pero son «insuficientes», como sostiene algunos políticos alemanes; o que el modelo de Alemania es un mito, puesto que pasan por ecologistas, pese a ser los principales emisores de CO2 de Europa; porque su agroindustria genera una obesidad que afecta al 24% de los alemanes adultos; porque Alemania «es un modelo para quienes no se interesan en la vida, nadie quiere ser alemán, ni siquiera los alemanes y la prueba es que no tienen hijos»; porque su sistema de pensiones es privado, por eso buscan cobrar las deudas que sus bancos corruptos invirtieron en negocios dudosos de las inmobiliarias españolas, irlandesas y norteamericanas, como afirma Mélenchon, político de la izquierda francesa.
¿Resistirá la UE esta embestida? Ojalá encuentre su camino en una Europa nueva, exenta de los prejuicios de antaño, fundada como una comunidad de pueblos libres, con justicia social y equidad en todos los sectores de su sociedad, porque no sólo el viejo continente sino el mundo entero necesita de un punto de equilibrio que les dé resguardo del mal encarado y temible Trump, quien no comprende de sutilezas parlamentarias ni de otras lisuras que no sean las relaciones de fuerza.
Si la UE desea que EEUU tome en serio sus puntos de vista y no la menosprecie como hasta ahora, tendrá que oponerse firmemente a la política de Trump. Un ejemplo de ello es que, a pesar de que Trump le pidió a la Sra. Merkel que dejara de apoyar el proyecto el North Stream 2, ha comenzado desde el lado alemán la construcción de este gasoducto, que tiene un costo de 9.500 millones de euros; otra es que la UE refuerza la cooperación económica con Irán, incluido el sector de energía. El Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, anunció que los líderes de la UE van a permitir al Banco Europeo de Inversiones dar facilidades a la inversión de las empresas europeas en Irán, puesto que la UE continuará cooperando con este país. También, la Comisión Europea ha declarado que «la UE se ha comprometido a suavizar la influencia de las sanciones de EEUU en los círculos empresariales europeos y emprende medidas para respaldar el crecimiento de las relaciones económicas y comerciales entre la UE e Irán, que se iniciaron desde el momento en que se levantaron las sanciones»; agrega que «se continuará y se fomentará la colaboración sectorial con Irán y se le prestará ayuda incluyendo al sector energético y en relación a las pequeñas y medianas empresas». Por ahora se han dado pasos firmes en la dirección correcta. Ojalá no se detengan.
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