Francisco Goldman luego de su presentación, tomando un tequila en la legendaria Puerto Viejo, de Mazatlán. Foto: Alejandro Páez Varela, SinEmbargo Francisco Goldman luego de su presentación, tomando un tequila en la legendaria Puerto Viejo, de Mazatlán. Foto: Alejandro Páez Varela, SinEmbargo El autor de Circuito interior y Di su nombre, participó en la retornada […]
El autor de Circuito interior y Di su nombre, participó en la retornada Feria Internacional del Libro y de las Artes (Feliart), donde entre otras cosas refrendó su pasión por México y analizó el clima prelectoral que mantiene en vilo a la sociedad estadounidense.
Mazatlán, Sinaloa, 13 de diciembre (SinEmbargo).- «Donald Trump no surgió de la nada; sus posturas expresan el pensamiento de casi la mitad de la sociedad estadounidense blanca y fascista», dice el escritor Francisco Goldman, autor de la reciente Circuito interior, una novela o crónica de género inclasificable y no por ello menos conmovedora, donde propone un mapa o antimapa de la Ciudad de México, cuna de su consuelo y bálsamo al mismo tiempo de su dolor.
Para el también periodista de The New Yorker, que participa en la Feria Internacional del Libro y las Artes (FELIART), fundada en 1997 con el nombre Jornadas por las lecturas y que ha regresado luego de un parate de cuatro años, es impensable otro candidato que no fuera el tristemente célebre magnate neoyorquino para obtener el primer lugar en las primarias del Partido Republicano, a llevarse a cabo el año próximo.
No coincide Goldman con el pronóstico que el ex Alcalde de Los Ángeles Antonio Villaraigosa compartió con su auditorio en la FIL Guadalajara, en el sentido de que el ex conductor de The Apprentice no sería el candidato de la derecha en los Estados Unidos.
Para el autor nacido en Massachusetts, Boston, y que reparte su tiempo entre su casa de La Roma y Nueva York (donde imparte clases en el Trinity College) ni Ted Cruz (a quien sus propios compañeros de Partido consideran una mala persona), ni Marco Rubio (un pensamiento conservador demasiado joven todavía) podrán evitar que Trump se alce con una candidatura que en todo caso beneficiará a su rival Hillary Clinton, la ficha fuerte de los demócratas.
Feliz por el resultado de la cuarta edición del Premio Aura Estrada, que coronó a la joven Liliana Colanzi en el concurso que lleva el nombre de la esposa fallecida de Goldman, el escritor se encuentra inmerso en la escritura de una trilogía que, alejada no del todo de la literatura autobiográfica que le ha hecho ganar una gran masa de lectores en los últimos tiempos, ha optado esta vez por mantener ese tono íntimo y cercano pero narrando hechos exclusivos de la ficción.
En Mazatlán, Francisco Goldman o Frank, como lo llaman sus muchos amigos mexicanos, dice haber madurado y ya no perderse en borracheras demenciales con las que trataba infructuosamente de aplacar los efectos de su trágica viudez.
Vuelto a casar con una mujer también de origen mexicano, dice que sus profundos lazos con nuestro país nunca fueron planeados, al tiempo que admite en entrevista exclusiva con SinEmbargo que su libro Circuito interior, editado por Turner y que ya va por su tercera edición, ha cambiado en forma definitiva su relación con México.
Frank vuelve a la ficción, sin abandonar el tono íntimo y personal de sus dos recientes libros editados por Turner. Foto: Luis Alonso Enamorado/Feliart Frank vuelve a la ficción, sin abandonar el tono íntimo y personal de sus dos recientes libros editados por Turner. Foto: Luis Alonso Enamorado/Feliart
-¿Cómo ves México después de Circuito interior?
-La experiencia de escribir Circuito interior sin duda cambió en forma definitiva mi relación con México. Antes de eso, yo estaba enamorado de la ciudad, pero no había profundizado en ella. Circuito interior fue la primera vez que yo escribía sobre la ciudad, que a su vez se convirtió en un gran escenario de mi vida. Fue muy extraño para mí cuando la ciudad se convirtió en un elemento que me sirvió para curar, analizar, desafiar ciertas cosas de mi existencia. Pero así fue. Y lo que produjo esa escritura no se puede decir que fue un desencanto de la ciudad, pero ahora vivo con mayor disgusto el DF, porque estoy metido en la ciudad, la conozco más. Veía sólo lo lindo y también lo feo me gustaba; valoraba el gobierno progresista que siempre tiene el DF, disfrutaba de ese saberme distinto al resto del país, pero ahora sé cómo funcionan realmente las cosas. No es que el Gobierno de Miguel Ángel Mancera sea perfecto, pero el que está ahora en el Gobierno Federal es un asco.
-Tienes en México tu muerte más cercana, tu amor presente y si todo va bien tendrás un hijo mexicano…La vida y la muerte estarán aquí para ti, ¿lo habías planeado así? -¡Nunca! Algo pasa entre México y yo. Mi amor no correspondido más difícil, antes de Aura, también se dio en México. Aquí he tenido mis experiencias más importantes y me siento ahora, no sé cómo decirlo, como si las cosas con este amor inesperado que empezó después de cinco años de la muerte de Aura, fueran fruto de haber luchado duro. Es un cliché, pero en mí es cierto eso de que si no te vence te hace más fuerte. Claro que también aquello que no te vence puede dejarte débil y miedoso, lo que me pasa es que sigo aprendiendo día a día…
-¿Qué pasa cuando dices «este gobierno es un asco» en un mundo donde se ha puesto de moda el discurso de la corrección política incluso aplicado a la política?
-Bueno, lo que me pasa es que no conozco ningún gobierno que no me dé asco. Obama también me parece asqueroso. No soy alguien que vaya diciendo por ahí eso de que por qué México no puede ser como los Estados Unidos. La verdad es que prefiero no tener que pensar tanto en esas cosas. Hace falta una nueva manera de ver el mundo, porque la realidad actual nos hace caer en la cuenta de que los problemas ya no son nacionales sino globales. Hay luchas planetarias muy importantes en las que todos tienen que participar. Y esos temas se salen de los contextos partidarios, sin ninguna duda. Las brechas entre el mundo blanco y el mundo negro en los Estados Unidos son cada vez más profundas, al igual que hondas son las diferencias entre los ricos y los pobres y así…
-Las nuevas guerras globales parecen represiones globales encubiertas, como para que la gente abandone prontamente sus ansias de crecimiento.
-Sí, es verdad. Para mí lo más importante es acabar con la impunidad, porque el fin de la impunidad permitirá abrir espacios participativos para la gente. La violencia, la intimidación, sofocan toda posibilidad de cambio positivo en una sociedad.
-¿Qué piensas de Donald Trump?
-Nosotros que no nos identificamos con la población blanca estadounidense, siempre hemos sabido que gran parte de esa población blanca estadounidense es racista y fascista. Por años hemos convivido con ese lenguaje medio oculto de los republicanos, códigos casi secretos de racismo que incluso pueden encontrarse en círculos que uno de antemano considera liberales como cierta élite neoyorquina.
-Entonces Donald Trump no salió de la nada
-¡Donald Trump no salió de la nada! Es un monstruo inevitable. Una expresión apocalíptica que llevará al Partido Republicano al desastre electoral y a muchos estadounidenses a darse cuenta de que están paralizados por el miedo y dominados por el odio. Yo voto en el Estado de Nueva York, donde está asegurado el voto demócrata, pero hay otras regiones como el sur estadounidense, donde no existe la democracia. No me entusiasma mucho Hillary Clinton, pero no hay otra opción.
-¿Dirías que es la más conservadora de los demócratas?
-Diría que es una Clinton y eso quiere decir muchas cosas. Los Clinton son íntimos con el poder y el establishment, pero también vienen de la época hippie y tienen ese corazoncito liberal que te puede sorprender en cualquier momento. Por eso las comunidades negras votan siempre a los Clinton. Se identifican con ellos y sus valores democráticos.
-Dice Antonio Villaraigosa que no ganará Trump la candidatura.
-Sí, puede ganar…va ganando. Ted Cruz lo amenaza desde la ultraderecha evangélica, pero Cruz es un hombre repulsivo, odiado incluso por los senadores de su propia bancada; Marco Rubio es conservador más moderado, pero es demasiado joven…
-Ay, enuncias una galería de verdaderos demonios.
-La verdad que sí, son precandidatos que dan mucho miedo…