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Trump, oportunidad para América Latina y el mundo

Fuentes: Rebelión

Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias, en nombre de la libertad.Simón Bolívar

El viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos. Antonio Gramsci

Toda crisis es una oportunidad.Albert Einstein

En el ámbito político, el enfoque psicológico suele ser menospreciado, cuando no ignorado. Especialmente en el caso de un individuo que ocupa un espacio de toma de decisiones que afectan a miles de millones de personas, el perfil psicológico no debe tomarse a la ligera.

Narcisismo, impulsividad y megalomanía

José Carlos Fuertes, doctor en medicina, especialista en psiquiatría clínica y forense, sostiene: “Trump posee una personalidad dura y combativa, capaz de generar un impacto emocional severo en quienes lo rodean. Su tendencia a ver el mundo en términos dicotómicos –amigos o enemigos– refleja un pensamiento rígido y una incapacidad para aceptar críticas.

Y sigue José Carlos Fuentes: “La megalomanía es otro componente crucial de su psique, manifestándose en su creencia de que tiene el poder de cambiar la realidad a su antojo. Esta percepción distorsionada de la realidad le permite ignorar las normas sociales y políticas”.

El especialista abunda señalando: “Trump presenta rasgos antisociales, como la falta de consideración por las consecuencias de sus acciones. Esto se evidencia en su escasa atención a las opiniones ajenas y su tendencia a actuar sin reflexionar sobre el impacto a largo plazo de sus decisiones. La incapacidad para reconocer o identificarse con las emociones ajenas es alarmante, especialmente en un líder que debe representar y cuidar los intereses de una nación diversa”.

Si bien es importante entrevistar a quien se describe, en el caso de un personaje público como Trump podemos considerar valioso este análisis.

Trump y su frente interno

La diferencia entre Trump y anteriores presidentes de Estados Unidos de América (EUA) es que él es cínico y explícito, mientras los anteriores fueron hipócritas y simuladores. Lo que todos tienen en común es que terminan sometiéndose al Estado Profundo –que se halla en manos de grandes corporaciones globales–, controlado por sionistas que gobiernan a EUA desde las sombras, en función no de los intereses de los ciudadanos estadounidenses (lo que ofrece Trump, al menos en discurso) sino de las grandes corporaciones.

Respecto a su política de relaciones comerciales basadas en amenazas y aranceles, internamente se enfrenta a legisladores y empresarios corporativos con inversiones en otros países e importadores de productos y servicios.

Economistas reconocidos, legisladores federales, empresarios de sectores afectados por los aranceles que planteó a Canadá, México y China no tardaron en reprobar dicha medida señalando que tendría consecuencias inflacionarias y de freno al desarrollo económico nacional.

El Wall Street Journal editorializó el tema con el título “La guerra comercial más tonta de la historia”. En esa línea, diversas organizaciones dedicadas al análisis económico señalaron que, de cumplirse la amenaza de aplicarles aranceles a Canadá, México y China, entre otros países, les costaría a los consumidores estadounidenses más de un billón de dólares a lo largo de los próximos 10 años.

El abogado mexicano Simón Levy-Dabbah, fundador de la Cátedra México-China de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ofrece una explicación de por qué Trump planteó aranceles del 10% a China y del 25% a sus principales socios comerciales: “Trump quiere que la inversión en su reindustrialización se dé en EUA, no se dé en Canadá y México; con el 25% de aranceles, México pierde su ventaja por la relocalización (nearshoring) y al mismo tiempo motiva a las empresas radicadas en China –no pocas de capitales estadounidenses– a trasladarse a EUA y no a México”.

Un poco de historia

Genocidios, invasiones, golpes de Estado, organización y financiamiento de grupos terroristas, saqueos, destrucción de países enteros y miles de millones de personas asesinadas son algunas de las acciones de EUA en el mundo a lo largo de su historia en nombre de la “libertad” y su “seguridad nacional”.

En 1945, al término de la Segunda Gran Guerra, Estados Unidos aportaba más del 50% del producto interno bruto global. En 2024, solo el 22%. El militar es el principal recurso de EUA, pero el golpe mayor a la decadencia de EUA como potencia hegemónica no será un enfrentamiento militar, sino la caída sostenida del dólar estadounidense como moneda dominante en el comercio y las finanzas globales, de los depósitos de bancos centrales del mundo en 1999 en dólares era del 71%, hoy es de menos del 60%.

Como todo imperio en la historia de la humanidad, el de EUA acabará; no será mañana ni en años próximos, pero caerá, como todos los que lo precedieron.

EUA se resiste a reconocer que está perdiendo la hegemonía que obtuvo al final de la Segunda Guerra Mundial. Hay muchos más datos en lo económico, lo político y lo social: a) en 2023 EUA registraba 40 millones de pobres (12% de la población); b) según datos del Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el consumo de fentanilo cobró la vida de 107.500 personas en 2023; c) el lavado de dinero en EUA asciende a 100.000 millones al año, según la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen.

El contexto geopolítico y económico que enfrenta Trump

Groenlandia, Canadá, el Canal de Panamá, Gaza; la orden de imponer sanciones financieras y de visas a las personas y sus familiares de la Corte Penal Internacional que ayuden en las investigaciones sobre ciudadanos estadounidenses o aliados de Washington, como Israel, y los disparates que ponga sobre la mesa en las próximas horas son solo una muestra de la política internacional de ignorar del marco legal internacional.

Nada de esto es casual. En las formas responde al perfil de Trump, pero el fondo del problema debe examinarse en el marco del cambio de época, en el contexto de un nuevo orden mundial en gestación desde hace al menos 20 años que lleva una tendencia –según datos verificables– irreversible.

En 2024, en su 16ª reunión, BRICS dio la bienvenida a 13 países y se anunció que 30 naciones más manifestaron interés en sumarse a este bloque.

En 1992, la participación en el PIB mundial del G7 (integrado por EUA, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) fue del 45%; la de las naciones del hoy BRICS, del 16%.

En 2024, el G7 participó con el 30% y los BRICS con el 35%.

Entre 2000 y 2023, los países del hoy BRICS+ incrementaron su participación en las exportaciones mundiales del 10 al 23%, mientras la del G7 cayó del 45 al 29%. En términos de crecimiento económico, el FMI indicó que en 2024 el bloque BRICS+ tuvo una tasa de crecimiento promedio del 3,6%, y el G7, del 1%.

Según los datos que proporcionan los organismos internacionales de referencia, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, EUA no puede detener el crecimiento económico de China: China ahorra el doble que EUA como proporción del PIB, invierte el doble que EUA como proporción del PIB. La formación bruta de capital fijo de la economía de EUA es de un 20% del PIB y la de China es del 45% del PIB. China tiene superávit comercial del orden de 700.000 millones de dólares al año; EUA, un déficit comercial mayor a un trillón de dólares por año. La deuda de EUA es de 130% del PIB; la de China es del 75%.

EUA trata a los países que lo permiten –o que no tienen más remedio– como subordinados, y a los que no, como enemigos. Hoy su disputa no es solo con China, como se pretende hacer creer: es con BRICS+, donde China tiene una posición de liderazgo junto a Rusia. Mientras EUA busca imponerse incondicionalmente, BRICS+ no confrontan, promueven la colaboración solidaria y el ganar-ganar, lo que está mereciendo el interés de cada vez más países por sumarse al grupo que se está transformando en un nuevo polo de poder mundial multipolar, no hegemónico. Esta es la mayor preocupación de EUA, ya que, con datos de 2023 (ver Tablas 1 y 2), BRICS+ ya es el principal bloque económico mundial.

Tabla 1

PIB NOMINAL EN MILLONES DE DÓLARES

EUA-Canadá-México BRICS+
EUA 26 949 643 China 17 700 899
Canadá 2 117 805 Rusia 1 862 470
México 1 811 468 Brasil 2 126 809
    Sudáfrica 380 906
    India 3 732 224
    Egipto 398 397
    EAU 509 179
    Etiopía 155 804
    Irán 366 438
    Indonesia 1 417 387
    Bielorrusia 68 864
    Bolivia 46 796
    Cuba 107,350
    Kazajistán 259 292
    Malasia 430 895
    Nigeria 390 002
    Tailandia 512 193
    Turquía 1 154 600
    Uganda 52 390
    Uzbekistán 90 890
    Vietnam 433 356
Total 30 878 918   32 197 141

Fuente: FMI, Banco Mundial y The World Factbook (CIA), 2023.

Tabla 2

Crecimiento del PIB en el T-MEC. Datos de 2023

País Porcentaje
            T-MEC  
México 3,2
EUA 2,9
Canadá 1,2
Promedio T-MEC 2,4
            BRICS+  
Brasil 2,9
China 5,2
Rusia 3,6
India 8,2
Sudáfrica 0,6
Promedio BRICS 4,1
Promedio BRICS+* 6,6

*Incluye a los países de reciente ingreso, ver Tabla 1.

Fuente: FMI, Banco Mundial y The World Factbook (Publicación de la CIA), 2023.

¿Qué le han dejado a México el TLCAN y el T-MEC?

Consultado sobre las relaciones con América Latina, Trump aseguró que “deberían ser geniales. Ellos nos necesitan. Mucho más de lo que nosotros les necesitamos a ellos. Nosotros no les necesitamos. Ellos nos necesitan. Todos nos necesitan”.

Tanto el TLCAN impulsado por Salinas de Gortari y puesto en vigor en 1994, como el T-MEC impulsado por Trump en su primer período presidencial, son instrumentos mediante los cuales EUA impone condiciones a México y Canadá.

¿Qué le ha dejado a México el TLCAN y el T-MEC? Un dato es revelador: la balanza comercial en el período 1994-2024, según datos del Banco de México, fue deficitaria en 172.602 millones de dólares, y el crecimiento del PIB anual rondó el 1%.

Por el contrario, “en la etapa de desarrollo estabilizador, los 15 años que van de la devaluación de 1954 a 1970, se alcanzó un alto crecimiento económico, de alrededor de 3,6% en términos per cápita, estabilidad cambiaria y bajas inflaciones de 2,5% en promedio, similares a las de economías desarrolladas. De 1958 a 1970, el crecimiento promedio anual del PIB fue de 6,8%, mientras que la producción industrial creció 8% cada año. Se trata de un período que también fue de crecimiento para las economías desarrolladas, de 4% anual en términos per cápita, con una inflación de solamente 3.3% en promedio. Fue una suerte de época de oro del capitalismo, de la que México pudo participar gracias a sus políticas económicas internas.”1 Obviamente, el contexto mundial era otro, pero se destacaba la independencia y soberanía de México en la toma de decisiones.

La presidenta Claudia Sheinbaum convocó a mantener la cabeza fría y a analizar y actuar a partir de hechos firmes, ya escritos, y no en relación con los dichos de Trump, decisión acertada pero insuficiente a la luz de la insistencia en considerar positivo el T-MEC y el tener México más del 80% de su intercambio económico con EUA, que debería considerarse un riesgo grave de dependencia a la luz de los resultados de 1994 a 2024 señalados, y planteando una visión estratégica de mediano y largo plazo.

El Centro de Estudios Estratégicos Nacionales, A. C. (CEEN), en su documento “Propuesta de agenda estratégica para profundizar la transformación de México” –entregado en mano a la presidenta Claudia Sheinbaum y a su coordinador de asesores– expuso que, al igual que con su antecesor, “con el T-MEC México no puede tomar medidas autónomas para promover la industria nacional con políticas de estímulos preferenciales a empresas de capital nacional, es decir, fuera del tratado, que permitan acompañar y promover el desarrollo económico del país, sin que sean objeto de controversia e incluso amenazas de intervención de cortes internacionales.

“El T-MEC –insiste el CEEN– es un obstáculo para sustituir el modelo neoliberal por un modelo que perfile cabalmente los atributos de un Estado de bienestar con carácter nacionalista y humanista, conceptos que son contrarios a los términos de dicho tratado.

“El T-MEC es un instrumento de dominación económica –y por consecuencia política– que regula un ‘libre mercado’ en beneficio de EUA”.

En otras palabras, el TLCAN y el T-MEC han sido instrumentos neoliberales para transformar a México en una maquiladora de corporaciones estadounidenses y de otros países, que nada aportan al desarrollo nacional soberano. Por lo anterior, el T-MEC debe denunciarse y deberían tomarse las medidas necesarias para, en tiempo y forma, liberarse de la dependencia que implica.

 

¿Por qué Trump ofrece una oportunidad a América Latina y el mundo?

A raíz de lo expuesto, parece que México, América Latina y el mundo están ante un panorama sombrío. Pero, parafraseando a Albert Einstein, toda crisis es una oportunidad.

EUA sigue siendo la potencia hegemónica, pero su proceso de continua pérdida de dicha condición desde hace al menos 20 años es la causa principal del aumento de su agresividad. El Estado Profundo –en manos de las grandes corporaciones controladas por los sionistas– que gobierna al país desde las sombras, se resiste a asumir su lenta pero inexorable pérdida de hegemonía.

La disputa se está dando en tres frentes: el económico, el político y el cultural y propagandístico. En el militar hay una relativa paridad en materia tecnológica, y EUA tiene la delantera por su falta de escrúpulos para generar terror y muerte. En el frente político EUA está a la defensiva. Solo en el cultural y propagandístico lleva la delantera por su poder para imponer mitos (como el supuesto “fracaso del neoliberalismo” 2), verdades a medias y francas mentiras, gracias al control casi total de los medios de comunicación globales.

Obviamente, no se trata de adoptar una actitud maniqueísta. Es prácticamente imposible poner fin a la relación de dependencia con EUA –con cualquier potencia– sin enfrentar graves consecuencias, pero sí debe asumirse dicha realidad y, en el marco del cambio de época, del nuevo orden mundial en gestación, generar las acciones objetivas para aprovechar las condiciones del proceso en curso.

En el caso concreto de México, geográficamente pertenece a América del Norte, pero histórica, política, cultural y económicamente pertenece al ámbito de la Patria Grande, América Latina. Como los demás países del mundo, especialmente los periféricos al sistema capitalista mundial –al que, es importante mencionar, también pertenece China, aunque como capitalismo de Estado–, se encuentra ante el desafío de no ser espectador sino activo participante del cambio de época, del nuevo orden mundial en gestación. Sin duda el papel que desempeñen otras potencias como China y Rusia será vital. La precaución y aparente tolerancia de estas frente a EUA seguramente tiene que ver con la convicción de que EUA está buscando una reacción que le permita escalar el conflicto en el ámbito militar, por la falta de escrúpulos que a lo largo de la historia han hecho evidente sus líderes. Sin prisa y sin pausa, con inteligencia, todos los países que aspiran a un mundo mejor, justo y solidario deben dar la batalla en los tres frentes.

Daniel Moser: Analista político y editor, argentino y mexicano, director de Helios Comunicación (heliosmx.org), integrante del Centro de Estudios Estratégicos Nacionales, AC (ceen.org.mx).