El supremo defecto antihumano del ATP era el advenimiento de un clandestino gobierno mundial controlado por las mega-trasnacionales israelí-anglosajonas de «bajos salarios
El hierático ATP ya estaba agónico antes de las elecciones presidenciales de EU y sólo faltaba el anuncio de su defunción oficial, cuyas exequias ofició ahora el presidente 45 Trump.
Antecedentes: desde hace tres años advertí, cuando Trump ni aparecía en el radar, que el Senado de EU había aniquilado al mortinato ATP (https://goo.gl/yRELxK).
Justamente fue el ala progresista del Partido Demócrata en el Senado la que había bloqueado los dos tratados mercantilistas del simulador Obama y su legendaria duplicidad: el ATP y la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés). Fue cuando pregunté si en el «México neoliberal itamita» los «adherentes fast track al ATP estadunidense por la vía de la hostil y subrepticiamente latinófoba Alianza del Pacifico» estaban conscientes de que su genuflexión había sido pospuesta por lo menos tres años.
En medio de las tendencias de la desglobalización, el año pasado postulé el Epílogo de la era Obama: revuelta global contra su secreta triada neoliberal financierista (ATP/TTIP/TISA) (http://goo.gl/PqzxC8).
Luego apunté que los Tres tratados secretos de EU, mejor dicho, del fracasado Obama, tenían destinatarios geoestratégicos: «ATP vs China, TTIP vs Rusia, y TISA vs el mundo (http://goo.gl/rrLhRQ)».
Finalmente, hace exactamente un año expuse el «masoquismo del México neoliberal itamita»: el menos remunerado de la ATP, según el Banco Mundial (http://goo.gl/JxOVw8)» y refrendé «la evidencia de que «el México neoliberal itamita» no aprende de sus estruendosos fracasos mercantilistas, como el TLCAN y el ATP» cuando el destino de la tormenta perfecta develó el espejismo del neoliberalismo global.
El problema en el «México neoliberal itamita» es que acaban creyendo sus alucinaciones y no están acostumbrados a los cantos de sirenas de la crítica cartesiana cuando carecen de las herramientas de la dialéctica que alienta la antítesis.
Por desgracia, tuve la razón histórica ante los lubricados turiferarios por el sistema desinformativo y sentencié hace un año, a guisa de epitafio, que «tal sería el ‘México neoliberal itamita’ del ‘futuro’: más mediocre y catatónico que nunca y maquillado por las telenovelas hilarantes del ‘Mexico’s Moment’ y ‘SavingMexico'».
No me complace para nada haber tenido razón.
Hechos: al primer día de su trabajo oficial, Trump cumplió su promesa de liquidar el ATP, mediante una fulminante orden ejecutiva, prerrogativa que elude al Congreso.
Trump busca otorgar empleo a la desahuciada clase media descalabrada por la globalización financierista, mediante el renacimiento manufacturero -que pasaría del outsourcing (deslocalización) al insourcing (relocalización)- y la inversión gigantesca de un billón de dólares en infraestructura, con entonaciones nostálgicas de la reaganomics: disminución de las regulaciones y los impuestos, según la polémica «curva Laffer (http://goo.gl/wyM1vH)». Hasta el NYT, que suele ser el máximo vociferante anti-Trump, admite que el ATP era «cismático (http://goo.gl/MbRMZV)».
Nunca faltan las cifras alegres de los interesados apologistas del lobby mercantilista de Wall Street y los 12 países firmantes, entre ellos el «México neoliberal itamita»: el ATP representaba 28 billones de dólares: 40 por ciento del PIB global y una tercera parte del comercio mundial.
No era ningún secreto exhibir que EU se llevaría la tajada del león debido a su ventaja competitiva tecnológica en un sinfín de servicios: finanzas, ingeniería, software, educación, aspectos legales, tecnología de la información, patentes, marcas, etcétera.
El supremo defecto antihumano del ATP era el advenimiento de un clandestino gobierno mundial controlado por las mega-trasnacionales israelí-anglosajonas de «bajos salarios (http://goo.gl/h537ZO)».
Ya antes el NYT había aceptado que el ATP no beneficiaría los empleos en EU que, además, está(ba) a punto de entrar a la polémica automatización/robotización que seguirá afectando la dispar correlación de fuerzas entre las beneficiadas finanzas y los alicaídos empleos (http://goo.gl/M7y0qM).
The Financial Times, portavoz del fallido neoliberalismo global hoy en franca putrefacción, detecta que el TPP-exit (por las siglas del tratado en inglés) se gesta después de una advertencia de Trump a los ejecutivos de las trasnacionales de EU de no mover su producción al extranjero, y a quienes adelantó la creación de un «muy alto impuesto fronterizo (http://goo.gl/hqwsdv)».
Empezó el desmantelamiento del obamismo mercantilista, lo cual para Trump significa una gran cosa para el trabajador estadunidense.
La tónica de Trump es negociar tratados bilaterales comerciales justos que generen empleo e industria en EU.
Para el pugnaz senador republicano de Arizona John McCain, el TPP-exit es un grave error que colisiona con la política de libre mercado durante décadas del Partido Republicano, agregando que ello beneficiaría a China, mientras envía una señal perturbadora de la retirada de EU en la región Asia-Pacífico.
Ni vale la pena preguntar qué advendrá de la putrefacta APEC, en la que se clavó el locuaz Fox con una carga de desastres a cuestas: desde el extinguido Plan-Puebla-Panamá, pasando por sus seis quiméricas refinerías en Centroamérica, hasta la hilarante/delirante enchilada completa migratoria de su efímero canciller.
De acuerdo con una representante de ATTAC -movimientoaltermundista antifinancierista internacional (http://goo.gl/VyZDPM)-, con la triada geoestratégica del ATP/TTIP/TISA, lo que ha pretendido EU es frenar a las economías emergentes y al BRICS cuando «EU ha intentado acelerar su crecimiento a costa de otras economías (http://goo.gl/mMgTZ8)».
Por cierto, el muy popular en las huestes laborales senador Bernie Sanders apoyó el TPP-exit de Trump, ya que «sólo beneficia a las trasnacionales (http://goo.gl/aHDpp2)».
Para WP, portavoz del establishment anti-Trump, el TPP-exit «cambia el papel de EU en la economía mundial (http://goo.gl/GzeHdm)».
Los ultraglobalistas están desconsolados, como el Chicago Boy Eswar Prasad, ex funcionario del FMI, quien alucina que EU perderá su capacidad para mantener su influencia y liderazgo en la economía mundial y en los asuntos políticos.
Para Richard Haass, presidente del CFR, el TPP-exit levanta preguntas fundamentales sobre la confiabilidad en EU y deja a nuestros aliados y socios comerciales tambaleando. Crea oportunidades estratégicas para China.
Por cierto, China impulsa su propio acuerdo regional económico (RCEP, por sus siglas en inglés) de 16 países, que incluye a India y Japón (http://goo.gl/cdCscV).
Conclusión: ¿cuál será el precipicio de la hilarante Alianza del Pacífico (México, Chile, Perú y Colombia) sin su director estadunidense de orquesta? Los regionalismos, al unísono de la demografía migratoria, vencieron ya a la cruel globalización financierista: tendencia que detecté hace 10 años (http://goo.gl/4eK4sM).
Hoy el zeitgeist es geoestratégico, lo cual no entienden los fracasados negociadores mercantilistas del «México neoliberal itamita» y su modelo oligofrénico.
El comercio de EU se militarizó: una de las señales del cambio tectónico de paradigma.
www.alfredojalife.com
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/01/25/opinion/016o1pol