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Un colegio religioso concertado segregará a niños y niñas en Salamanca

Fuentes: Rebelión

El Colegio Montessori de Salamanca, centro religioso conocido por su vinculación con la secta ultraderechista Opus Dei, anunció su decisión de implantar para el próximo año académico clases separadas para niños y niñas en 1º de Educación Infantil (3 años), aludiendo a criterios de rendimiento académico. Las razones que le llevan a implantar elste proyecto […]

El Colegio Montessori de Salamanca, centro religioso conocido por su vinculación con la secta ultraderechista Opus Dei, anunció su decisión de implantar para el próximo año académico clases separadas para niños y niñas en 1º de Educación Infantil (3 años), aludiendo a criterios de rendimiento académico. Las razones que le llevan a implantar elste proyecto -llamado Montessori Educación Específica (diferenciada o disgregada)- es que llevan «años registrando grandes diferencias en las notas, el comportamiento y las habilidades lecto-escritoras entre niños y niñas. Hemos revisado diferentes estudios y en EEUU y varios países europeos ya se sigue este criterio de separación», en palabras de Francisco Fernández de la Lama, profesor de Montessori (El Adelanto de Salamanca, 10-02-09).

El Partido Comunista de Salamanca (PCE) condena lo que considera una gravísima segregación que sólo contribuye a fortalecer las diferencias de género en la escuela, y que vulnera los criterios de igualdad entre ambos sexos recogidos en el artículo 14 de la Constitución Española, la Ley Orgánica de Educación y la legislación contra la violencia hacia las mujeres, y por tanto exige a la Junta de Castilla y León que retire el concierto a dicho centro si finalmente realiza esta separación en las aulas.

En este sentido, el Grupo de Trabajo de Feminismo del PCE-Salamanca recuerda que la concepción de la mujer como un género inferior en nuestra sociedad contemporánea es una idea que sólo puede ser combatida precisamente en el aula, a través de la convivencia en la misma de ambos sexos, y mediante programas pedagógicos de igualdad en los que los niños y las niñas aprendan a compartir un mismo rol social. Por tanto, separar a los niños en clase sólo conlleva a fortalecer las diferencias sociales que se atribuyen al género masculino y femenino respectivamente, y a imposibilitar una educación en clave de igualdad.

Para el PCE-Salamanca segregar a los niños y a las niñas no es sólo pedagógicamente erróneo, sino que olvida que el principal cometido de un centro educativo está por encima de la mera adquisición de conocimientos, para contemplar aspectos fundamentales como la adquisición de habilidades sociales de la persona, y el aprendizaje de la igualdad de género, y por tanto debe estar basado en los principios de igualdad y no discriminación tal y como señala el artículo 14 de la Constitución. Esta práctica de segregación de género es propia de tiempos del franquismo donde imperaban los modos de educar de la sección femenina y que los pedagogos y psicólogos desterraron hace ya muchos años.

En contraposición a la postura de este centro, la mejor herramienta para combatir la violencia y la discriminación machista que padecen las mujeres es la coeducación en las escuelas, desde donde se deben transmitir a los niños y niñas valores de igualdad tanto en derechos como en oportunidades, combatiendo los roles sexistas que se transmiten en la actualidad en muchos ámbitos de la sociedad. Dicha coeducación, sólo será posible si previamente existe una escuela mixta.

Por lo tanto, para la coeducación es el único modo que permitirá superar la diferenciación machista de las funciones sociales de hombres y mujeres, y se encuentra en las antípodas de la filosofía educativa del Colegio Montessori, que demuestra no merecer llevar el nombre de la pedagoga italiana María Montessori, perteneciente a los movimientos de renovación pedagógica.

Por tanto el PCE-Salamanca critica duramente a la Junta de Castilla y León por mantener un concierto educativo con este centro, y llama a la Junta a que obligue a este centro a cumplir las leyes de igualdad de género, bajo amenaza de retirada del concierto educativo que lo financia. «Nos puede parecer más o menos aceptable que unos pedagogos obsoletos decidan separar a los niños y a las niñas en su más tierna infancia, pero lo que resulta intolerable es que esta decisión se financie con dinero público», concluye el comunicado.