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Entrevista a Jesús Rodríguez, uno de los guionistas del documental perseguido "Ciutat Morta"

«Un guardia urbano me detuvo por la calle y me dijo literalmente: Te cortaremos el cuello»

Fuentes: Cafeambllet

Jesús Rodríguez es periodista de la ‘Directa’ y uno de los guionistas del documental ‘Ciudad Muerta’. Comenzó a investigar el ‘caso 4-F hace’ 9 años cuando, ante la puerta de los juzgados, conoció a la familia de uno de los detenidos y, entre lágrimas, le aseguraban que se trataba de una injusticia. Los 5 minutos […]

Jesús Rodríguez es periodista de la ‘Directa’ y uno de los guionistas del documental ‘Ciudad Muerta’. Comenzó a investigar el ‘caso 4-F hace’ 9 años cuando, ante la puerta de los juzgados, conoció a la familia de uno de los detenidos y, entre lágrimas, le aseguraban que se trataba de una injusticia. Los 5 minutos censurados del documental ‘Ciudad Muerta’, producido por Metromuster y emitido por Televisión de Catalunya, corresponden a su intervención. Esta opinión le ha costado una demanda del ex jefe de información de la Guardia Urbana de Barcelona, Víctor Gibanel, que lo denuncia por una supuesta violación de su derecho al honor y a la propia imagen. La demanda exige 45.000 euros de indemnización.

¿Por qué han censurado tu fragmento en el documental Ciudad Muerta?

Lo que querían era que pedir la censura de aquellos 5 minutos fuera la excusa para censurar todo el documental. El objetivo era evitar la emisión por TV3. Durante más de un año se ha pasado en 150 locales la versión íntegra y nunca se consideró un agravio para nadie. En el momento que saben que se emitirá por TV3 ponen la demanda. Pero, además, los 5 minutos concretos censurados probablemente dan pistas y alertan de cómo funcionan las cloacas del sistema. Explican mucho sobre cómo se mercadea con la información por parte de ciertos grupos y de unidades policiales. Estos grupos utilizan información policial de forma interesada. Incluso utilizan información que afecta jueces o políticos. Si un jefe de información policial habla de esa manera sobre un juez…, ¿qué dirá de una persona cualquiera? Esta es la alarma. Ese fragmento descalifica tanto la imagen de la policía, que se ve en la necesidad de censurar, no sé si como agravio personal o como problema corporativo.

Tienes una denuncia judicial por lo que dices en el documental. ¿Qué puede pasar?

La denuncia inicial era contra mí, la productora del documental Metromuster y Televisión de Cataluña. La demanda estaba fundamentada en la emisión de un contenido concreto con imágenes del expediente del caso Macedonia y por la emisión de opiniones por mi parte. Si se retiraba el contenido, no continuaría la demanda contra TV3 y Metromuster. El demandante, pues, ha retirado la acción judicial contra ellos, pero la mantiene contra mí por la emisión de una opinión. Me piden una indemnización de 45.000 euros. Ahora el juzgado se ha puesto en contacto conmigo y me ha comunicado que tengo 20 días para personarme ante el tribunal en la espera de que la juez decida si convoca o no juicio.

¿Crees que la policía puede tenerte a ti y a otros periodistas en el punto de mira debido a tus investigaciones como periodista?

Sí, sí, es evidente que algunos policías me tienen en el punto de mira. He sufrido en mi tarea de periodista de calle, cuando hago seguimiento de abusos policiales o cuando cubro manifestaciones para la Directa, muchos problemas y obstáculos con la policía. Por ejemplo, en algunas manifestaciones ha habido agresiones a periodistas porque sabían quiénes eran, para qué medio trabajaban y qué trabajo hacían. Cuando publiqué las investigaciones sobre el caso Macedonia, donde había implicados agentes de la Policía Nacional, los Mossos y de la Guardia Urbana, donde se investigaba si tenían relaciones con una banda de narcotraficantes, un agente de la Guardia Urbana que pertenece a la misma unidad que el que ahora me ha denunciado me detuvo por la calle y me dijo literalmente: «Te cortaremos el cuello». Hay un seguimiento específico sobre periodistas que hacemos investigaciones que ellos quieren ocultar. No es que lo crea, sino que lo tengo demostrado. Es una práctica habitual.

¿Qué presiones has recibido?

Recuerdo como un agente de los Mossos gritó el nombre de un periodista justo antes de dispararle un proyectil de goma. ¡Sabían cuál era su nombre! Esto lo hemos visto muchas veces. Yo, aparte de amenazas o de agresiones graves, he tenido que sufrir un tipo de acoso más de pequeñas presiones durante los últimos años. Me han tenido retenido en manifestaciones durante 15 minutos registrándome y diciendo que era algo rutinario aunque sabían perfectamente quién era y que estaba trabajando como periodista. Usan lo que les permite la ley de manera discrecional contra gente específica. La ley los ampara para retenerme durante 5 o 10 minutos cuando quieran. No se lo hacen a todos. Pero así evitan que un periodista pueda ver cosas que no debe ver. Te retienen y no puedes hacer nada. Luego no te denuncian ni te hacen nada. Yo creo que es un abuso de autoridad.

Tú has estado investigando el caso que denuncia el documental Ciudad Muerta desde 2006. ¿Por qué empezaste a dudar de la versión oficial de la policía y del Ayuntamiento?

Justo en la misma puerta del juzgado en 2006, cuando me encontré por primera vez con toda la familia de Rodrigo, uno de los acusados. Estaban llorando y deshechos. Vi que algo raro estaba pasando. Ellos estaban convencidos de que era un montaje. He visto muchas detenciones en muchos casos, pero su convicción de que eran inocentes era muy palpable. Después empezamos a investigar, hablamos con vecinos y comerciantes de la calle Sant Pere més Baix y empezamos a entrever contradicciones en la versión oficial. Después algunos vecinos nos explicaron que la Guardia Urbana hablaba con los organizadores de aquella fiesta, una tendera nos dice que ella vio el tiesto roto que habría caído sobre el guardia urbano, el movimiento okupa se demarca de los hechos y explica que lo que se hacía en ese edificio estaba sirviendo para justificar los planes urbanísticos del Ayuntamiento …

Pero el gobierno del Ayuntamiento decía: la justicia de forma independiente condenó unas personas ante las pruebas existentes en ese momento; si ahora no hay pruebas nuevas, no se puede reabrir un caso ya juzgado. ¿Qué responderías?

La justicia no ha investigado nunca el caso 4-F. Nunca. Ninguna unidad de policía investigó qué pasó. Simplemente, dos agentes que estaban delante del edificio afirmaron que el objeto que hirió al guardia urbano fueron piedras lanzadas desde la calle, y no desde la casa. Pero no hay testigos, ni ninguna otra denuncia. Todo apuntaba en dirección contraria. Excepto la versión de los dos agentes. Cada prueba que se presentaba a la juez que investigara era rechazada sistemáticamente por ella. La justicia renunció a investigar el caso 4-F. Necesitaban una cabeza de turco.

¿Crees que hay censura en la prensa catalana en los casos de denuncias por represión, torturas o acusaciones relacionadas con la Guardia Urbana y los Mossos?

Hay un excesivo dirigismo por parte de los gabinetes de prensa de los cuerpos policiales. La palabra de los gabinetes de prensa va a misa. Los periodistas no cuestionan nada. Han renunciado a hacer periodismo sobre información policial. Cuando hay una rueda de prensa o comparecencias policiales, no hay preguntas por parte de los periodistas. Hay mucha dejadez. Esto nos debería hacer pensar en la profesión. Además, hay un problema más perverso aún: hay un mecanismo de puertas giratorias entre periodistas de medios y los gabinetes de prensa de los ayuntamientos, de la Generalitat o de la policía donde se cobra mucho mejor que haciendo de periodista. Esto es el entierro de la profesión del periodista.

¿Cuáles son las otras Ciudades Muertas? Ponme ejemplos de casos investigados y denunciados por la Directa que no hayan llegado aún a salir publicados con suficiente contundencia a los grandes medios.

Si la Directa no hubiera investigado el caso Esther Quintana y los movimientos sociales no hubieran perseverado en la denuncia, todo ello habría quedado sepultado por la maquinaria de los gabinetes de prensa. La policía decía que no había habido lanzamiento de balas de goma y nosotros lo fuimos investigando. Al final la consejería tuvo que cambiar varias veces de versión oficial. El problema es que la redacción recibimos muchos casos con indicios, pistas o denuncias sobre abusos, pero no siempre hemos tenido capacidad humana para hacer la investigación. Debería ser la Administración la que investigue y tire del hilo. No puede ser que una persona o un colectivo sólo tenga la opción de llamar a la puerta de la Directa. Hay otros 4-F que nadie ha investigado nunca ni se han visualizado nunca. Pero desde hace muchos años hay un silencio muy grande entre periodistas sobre los abusos contra los derechos humanos. Y, entonces, el problema es la impunidad. El nuestro es un trabajo de hormiguita y de perseverancia que debería extenderse a todos los grandes medios de comunicación.

Fuente: Cafeambllet

Ver documental completo: Ciutat morta