Pescadores en el río Congo. Foto: Manfred Oßner (Pixabay).
Desde 1887, el pueblo congoleño ha sido víctima de severos castigos, humillaciones de todo tipo y saqueos de sus recursos naturales.
Fuertes y resilientes, lucharon contra el colonialismo pagándolo con la propia vida. Estos colonos, supuestamente por nuestros intereses, cortaron las manos de nuestros ancestros, muchos de ellos fueron vendidos y deportados… Nuestra riqueza sirvió para construir el poder colonial y levantar sus respectivos países.
En 1960 nos liberamos del yugo de los colonos. Como personas independientes y soberanas, establecimos un compromiso firme: no tolerar nunca más una forma tal de colonialismo.
Sesenta años más tarde, el 30 de junio de 2020, el rey belga pidió perdón por las peores atrocidades cometidas en el Congo. La población, que espera una reparación de los daños causados, sigue manteniendo viva la llama contra toda forma de neocolonialismo para proteger sus intereses, su riqueza, contra toda depredación neocolonial y todo diktat [1].
Por desgracia, algunas ONG internacionales les hacen la cama para imponer la agenda de los nuevos colonos en la RDC. Conspiraciones contra actores políticos y operadores económicos, chantajes, amenazas, campañas de boicot… La plataforma PPLAAF [2] o la ONG Global Witness son los medios utilizados por los nuevos colonos para imponer su agenda en el Congo.
Todo aquel que se niega a doblegarse o a ponerse de rodillas ante ellos es destruido sistemáticamente en los medios de comunicación internacionales por medio de sus grupos de presión. Aborrecen a los nacionalistas.
Trabajan para destruir nuestro patriotismo, nuestra unidad nacional. Buscan que nos dividamos para conseguir sus objetivos. Al igual que los colonos, quieren controlar nuestra vida política, económica y social. ¡Es simplemente un cambio de formas para llegar por otro camino a los mismos objetivos!
El escándalo del abogado William Bourdon, del que hablaremos en escasas horas, es la perfecta ilustración de «estos colonos belgas» de otro tipo que continúan pisoteándonos. Soros y sus organizaciones criminales tienen que dejar de tratarnos como niños.
La falsificación de documentos, las falsas acusaciones o los sobornos a funcionarios congoleños que han proporcionado información falaz, saltándose así la ley, no son más que algunos de los intentos de intervenir en nuestras vidas con fines imperialistas.
Es momento de poner fin al colonialismo de Soros y a sus organizaciones. El Congo es un Estado soberano.
¡El pueblo congoleño sigue alerta y está decidido a luchar contra estas antiguas prácticas que han contaminado los primeros sesenta años de su independencia!
Henri Mutombo. Movimiento Ciudadano DGAOD
Notas de la traducción:
[1] Se usa aquí el término alemán diktat como sinónimo de la pena severa que, antiguamente, imponía el bando vencedor sobre el vencido. Actualmente se usa para nombrar las reglas impuestas por una potencia extranjera sobre cualquier potencia local.
[2] Siglas procedentes de la denominación inglesa Platform to Protect Whistleblowers in Africa («Plataforma para proteger a los denunciantes de injusticias en África», por su traducción, aún no acuñada, al español)..
Texto original: «RDC : un mouvement citoyen dit « non » au néocolonialisme derrière des ONG internationales !»
Traducido por Fátima Gómez Cáneba para Umoya.
Fuente; https://umoya.org/2020/08/14/rd-congo-neocolonialismo-ong-internacionales/