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Un nuevo punto de partida para el Congo

Fuentes: Umoya

El Congo va a vivir un momento histórico el día 6 de diciembre: el juramento del primer Presidente elegido por sufragio universal desde la independencia del país. Con la mirada fija en el joven Jefe del Estado y en los numerosos dignatarios extranjeros, entre ellos varios Jefes de Estado africanos, múltiples Ministros europeos, así como […]

El Congo va a vivir un momento histórico el día 6 de diciembre: el juramento del primer Presidente elegido por sufragio universal desde la independencia del país. Con la mirada fija en el joven Jefe del Estado y en los numerosos dignatarios extranjeros, entre ellos varios Jefes de Estado africanos, múltiples Ministros europeos, así como Louis Michel (Comisario europeo encargado del desarrollo y ayuda humanitaria), las cámaras de TV corren el riesgo de dejar en la sombra al principal héroe del día: el pueblo congoleño. Después de más de 40 años de dictadura y guerra, el pueblo, con su serenidad y determinación, ha salvado un proceso electoral que tenía mal aspecto por el comportamiento poco responsable de los candidatos a la magistratura suprema.

Las elecciones congoleñas han sido ejemplares por muchos motivos: organización impecable en el conjunto del territorio a pesar de las inmensas dificultades logísticas, comportamiento irreprochable de la inmensa mayoría de los agentes electorales y policías, participación masiva del pueblo en la mayor parte de las provincias, transparencia total en todas las etapas -desde la apertura de los colegios electorales hasta la compilación de los resultados. Esta apreciación se basa en más de 8.000 informes de observadores nacionales e internacionales pertenecientes a organizaciones no gubernamentales congoleñas y europeas1 desplegadas en el conjunto del territorio. Es verdad que los observadores han señalado irregularidades: utilización abusiva de las listas electorales previstas para categorías especiales de electores, falta de respeto de las directrices para el acompañamiento de los electores analfabetos, tasas de participación anormalmente grandes en algunos colegios electorales… Pero hablar de «elecciones sucias» o de «atraco electoral» como hacen los detractores del proceso es un insulto al pueblo congoleño. Por desgracia, muchos congoleños de la diáspora recogen ese discurso, destilado por gente perteneciente a la dictadura mobutista como Honoré Ngbanda. Antes de que se celebren las elecciones locales previstas para 2007, convendría encontrar contrapartidas a los fallos del sistema, en la que algunos individuos se han precipitado. Debilitar la influencia del rumor sobre los congoleños y llevarlos a la objetividad será un trabajo más largo.

Al día siguiente de la entrada en funciones del nuevo Presidente, los desafíos a los que se enfrentará son innumerables: arreglar el problema de los grupos armados en el Este, garantizar a todos el acceso al agua potable, la sanidad y la enseñanza; construir carreteras, rehabilitar los servicios públicos, combatir la impunidad y la corrupción, reformar el Ejército, reactivar la agricultura, transformar la explotación de los recursos naturales en motor de un desarrollo duradero… El Presidente Kabila ¿estará a la altura de la misión que el pueblo congoleño le ha confiado? Sin embargo, la tarea a realizar es tan inmensa que sería injusto hacer que toda la responsabilidad repose en sus hombros. El nuevo gobierno, los diputados y los nuevos elegidos provinciales tendrán que demostrar rápidamente que se ponen al servicio de la reconstrucción del país. «Hagan lo que hagan, lleguen adonde lleguen, Excelencias y Honorables, no pueden nunca olvidar que nuestros electores de ayer van a mirarnos», escribe Patient Bagenda, una de las figuras de pro de la sociedad civil congoleña, en una carta que acaba de dirigir a los elegidos. «Los que os han izado hoy, son los mismos que os harán bajar si cometéis la imprudencia de ir donde ellos no se encuentran». Este 6 de diciembre, los congoleños no esperan la llegada de San Nicolás, sino un nuevo comienzo para su país.

El aumento de la asistencia ya prometida al Presidente elegido y a su Gobierno por Louis Michel, ¿ayudará al Congo a iniciar ese nuevo punto de partida tan esperado? Sí, si se acompaña con una exigencia de transparencia y se acrecienta el buen gobierno. Si no ocurre así, en lugar de reforzar a las nuevas instituciones democráticas, la ayuda europea corre el riesgo de permitir al nuevo Ejecutivo escapar del control efectivo de los representantes elegidos por el pueblo. La Unión Europea tendrá que dar prueba de firmeza con los vecinos de la RDC, en particular Uganda y Ruanda. La red de élites de esos países tiene una gran responsabilidad en el tráfico de armas, ligadas al saqueo de los recursos naturales, que perpetúa la inseguridad en el Este e hipotecan la estabilidad de todo el país.

Es grande la desconfianza de muchos congoleños hacia la Comunidad internacional, aunque el pueblo ha alabado la asistencia electoral internacional y la intervención de los soldados europeos del EUFOR. Para convencerles de su buena fe, Europa tendrá que hacer algo más que aumentar su ayuda. Los contratos mineros leoninos firmados con las empresas occidentales durante los años de guerra y los de transición, son un escándalo que conocen los congoleños. Esos arreglos transfieren al sector privado una parte importante del patrimonio nacional de la RDC, sin que haya seguridad de que se va a remunerar al país de manera adecuada. Una comisión de investigación del Parlamento de Transición había estimado que muchos de esos contratos deberían rescindirse. El Ministro belga de Asuntos Exteriores, Karen De Gucht cree, sin embargo, que la prioridad está en otro lugar «porque la revisión de los contratos puede llevar a largos procedimientos judiciales que sólo serán provechosos para los abogados». Prefiere investir en un sistema que permita seguir el rastro de los minerales congoleños, a pesar del extremo escepticismo de los expertos en la materia. Una actitud así sólo puede llevar a que se refuerce la desconfianza de los congoleños.

Son numerosas las promesas que tienen que cumplir los nuevos dirigentes congoleños y sus asociados internacionales. Se requiere la vigilancia de una oposición «fuerte y republicana», como la anunciada por Jean-Pierre Bemba durante la confirmación de la victoria del Presidente Kabila.

Arnaud Gorgemans Director de Eurac, red de ONGs europeas para África Central www.eurac-network.org’