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Un pasado indestructible

Fuentes: Rebelión

Nassim Taleb, en su libro El impacto de lo altamente improbable, analiza los límites del aprendizaje basado sólo en la observación y la experiencia. En Europa durante mucho tiempo se pensó que todos los cisnes eran blancos, hasta que se descubrió Australia y el cisne negro, acabando así con siglos de evidencia. Nassim denomina Cisnes […]

Nassim Taleb, en su libro El impacto de lo altamente improbable, analiza los límites del aprendizaje basado sólo en la observación y la experiencia. En Europa durante mucho tiempo se pensó que todos los cisnes eran blancos, hasta que se descubrió Australia y el cisne negro, acabando así con siglos de evidencia. Nassim denomina Cisnes Negros a sucesos excepcionales, de gran impacto social, y que sólo se pueden predecir cuando ya han ocurrido. Sucesos que cada vez son más frecuentes.

Antes que él, Hegel sostenía que la necesidad se revela a través del accidente, es decir, que cualquier acontecimiento impredecible puede convertir la acumulación de descontento en un cambio real del sistema.

Que más de seis mil trabajadores, en mas de diez empresas, mantuvieran una huelga de dos meses bajo el franquismo, en una provincia pequeña y conservadora, era impredecible, pero no fue casual. El impulso inicial lo proporcionó la Coordinadora Obrera de Vitoria, que agrupaba organizaciones sindicales y políticas clandestinas, la chispa prendió porque los trabajadores asumieron reivindicaciones necesarias y sentidas, la organización la proporcionaron las asambleas de fábrica y las asambleas conjuntas, y la unidad de acción se fue concretando, día a día, en la Coordinadora de Comisiones Representativas de empresas en huelga.

El acierto de la dirección, la participación masiva, y la unidad en la lucha, forjaron una alianza tan potente que el asesinato de cinco trabajadores desnudó ante el mundo una dictadura anacrónica y cruel. Pagamos un alto precio pero, como decía Benedetti: «Algunos cantan victoria porque el pueblo paga vidas pero esas muertes queridas van escribiendo la historia».

En abril se aprobaba una Ley de Relaciones Laborales que obligaba a readmitir en caso de despido improcedente, revisión semestral del salario en función del IPC, presunción directa del contrato indefinido, cuatro horas semanales menos de trabajo, medidas a favor de la igualdad de hombres y mujeres, y un conjunto de derechos y garantías laborales.

Nadie cuestiona hoy el impacto y la trascendencia de aquella confrontación, pero entonces no se quiso, o no se pudo, sacar todas las lecciones de una lucha inacabada. En 1977 se firmaba una Ley de Amnistía que establecía la impunidad para todos los responsables de crímenes bajo el franquismo, y dejaba intactos el poder económico, judicial, policial y administrativo de la dictadura.

Cuatro décadas después, la profundidad de la crisis ha revelado el deterioro de las principales instituciones democráticas, entre ellas; el Bipartidismo, Tribunal de Cuentas, Banco de España, Tribunal Constitucional, Hacienda Tributaria, Monarquía, o Consejo del Poder Judicial. Los casos Barcenas, Noos, Gurtel, Campeón, Pretoria, Pallerols, los cientos de políticos investigados, o la amnistía fiscal, son la punta del iceberg. Tan sólo el año pasado hubo más de 500 indultos; a banqueros, alcaldes, o altos cargos, condenados por corrupción, y a policías condenados por torturas.

El PP, heredero de la antigua Alianza Popular, acompañado de CIU y PNV, esta siguiendo la senda abierta por el PSOE, desmantelando a golpe de decreto el sistema público, y los derechos laborales y sociales, en beneficio de intereses privados. La sanidad, la educación, y la ayuda a la dependencia, están siendo los sectores mas afectados pero, en tan sólo un año de reformas, hay un millón de parados mas, los despidos mas baratos se han duplicado, los descuelgues salariales multiplicado, y millones de trabajadores están amenazados con quedarse sin convenio.

La respuesta está en la calle. Las mareas; verde en la enseñanza pública, blanca en la sanidad, violeta por la igualdad de género, naranja por los derechos sociales, negra de los empleados públicos. La desobediencia civil; ante los desahucios, los peajes, las tarifas eléctricas, o el euro por receta. Los movimientos sociales como el 15M, las movilizaciones de partidos y sindicatos obreros, la lucha de los Comités de Empresa. Sólo falta tomar conciencia de nuestra fuerza y ejercerla juntos.

Decía Saint Exupéry: «Si quieres construir un barco……primero has de saber evocar en los hombres el anhelo del mar libre y abierto». Este es nuestro principal reto, comprender que el capitalismo es una totalidad cuya lógica se impone en todos los sectores de la comunidad, y en todos los países, y que hay que combatirlo al mismo nivel, forjando una alternativa global para construir un mundo distinto.

Frente al saqueo organizado de los bienes públicos respuestas unitarias, contundentes, sostenidas en el tiempo, y con objetivos precisos. Para decir NO a una Europa de mercaderes, para que el gobierno legal pero ilegítimo del PP dimita, la Constitución sea reformada a fondo, la gran Banca y sectores económicos estratégicos nacionalizados, las Reformas Laborales de Rajoy y Zapatero derogadas, las privatizaciones en Sanidad o Educación frenadas, el control obrero en las empresas regulado, y el poder devuelto al pueblo como único soberano legítimo.

Decía Honoré de Balzac que «la resignación es un suicidio cotidiano», y la mejor vacuna el «efecto Pigmalión»; creer firmemente que podemos darle la vuelta a la actual situación, tener la expectativa de que lo vamos a lograr, y enviar mensajes que animen a su consecución.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.