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Del 27 de abril al 6 de mayo

Uno de los dirigentes de las revueltas de los jóvenes en Iraq, Udey al-Zeidi, de visita en el estado español

Fuentes: IraqSolidaridad

Nota informativa de la CEOSI

Udey al Zeidi, uno de los dirigentes de las revueltas de los jóvenes en Iraq, se ha convertido con poco más de 30 años en un referente de la revuelta popular que desde el 25 de febrero se extiende por todo Iraq.

Desde 2009 preside el Frente Popular para la Liberación de Iraq (FPLI), un movimiento patriótico popular ligado a los movimientos populares que luchan contra la ocupación.

El Frente está formado por diversas personalidades nacionalistas y fuerzas tales como el Frente Popular para la Salvación de Kirkuk, el Movimiento para la Liberación del Sur de Iraq, la Organización de Estudiantes y Jóvenes de Iraq Libre y la Liga Nacional de Tribus del Centro y Sur de Iraq.

Durante sus tres años de existencia este movimiento ha organizado numerosas protestas y manifestaciones desde el extremo norte de Iraq, en Erbil, hasta el sur más profundo, en Fao.

El FPLI ha conseguido un reconocimiento indiscutible en el entorno antiocupación iraquí por sus acciones y su posicionamiento político inamovible, que responde a las demandas del pueblo iraquí y de sus derechos básicos:

1.- Liberar totalmente Iraq, tanto en lo militar como en lo político y económico, expulsando a todas las fuerzas ocupantes.

2.- Mantener la unidad de Iraq, tanto de su territorio como de su pueblo.

El FPLI exige el final de este régimen que apoya la segregación y división de Iraq y aspira a establecer un Estado civil basado en la alternancia pacífica del poder emanado de la voluntad popular, un Estado en el que se garanticen todas las libertades y el respeto de los Derechos Humanos, un Estado, en fin, en el que el sectarismo sea un delito.

El FLPI, junto con otros grupos de jóvenes, ha conseguido poner en jaque al gobierno de al-Maliki, que antes de lograr completar su gabinete (falta aún el nombramiento de los tres titulares ministeriales que se reparten las competencias en materia de seguridad) ya está tambaleándose.

En apenas dos meses, las protestas populares han puesto al descubierto la fragilidad y la inoperancia de este nuevo gobierno títere de la ocupación. La división entre las coaliciones que conforman el gobierno de Iraq, que se autodenomina de ‘unidad nacional’, ha hecho que algunos de sus miembros ya calculen el coste político que supondrá para al-Maliki el descontento popular y, por ello, empiezan a distanciarse de él.

La dureza con la que las fuerzas gubernamentales de seguridad han respondido a las manifestaciones pacíficas no hace sino minar más si cabe la imagen popular no solo de al-Maliki sino de todo el sistema político construido por la Ocupación.

Udey al-Zeidi es un ejemplo de cómo las fuerzas de seguridad se emplean contra los manifestantes. El 14 de febrero de 2011 tras lograr el permiso necesario para manifestarse en la plaza Firdaus, en el centro de Bagdad, los manifestantes fueron obligados, una vez comenzada la concentración, a que ésta trasladarla a una zona llamada Abu Nuwas, zona deshabitada y considerada zona militar.

Antes del traslado del lugar de la concentración, Udey fue requerido a ir al nuevo emplazamiento propuesto con e l coronel Aquid para inspeccionar la zona. Al llegar allí lo introdujeron en un coche en el que fue brutalmente agredido e insultado.

Udey al-Zeidi e stuvo prisionero durante cinco días en una celda de aislamiento en un lugar desconocido donde fue golpeado con palos y porras eléctricas y sometido a electrochoques para que confesara que trabajaba para el Partido Baaz.

Durante su secuestro por las fuerzas de seguridad Uday siempre negó este extremo. Una vez liberado tuvo que ser ingresado durante dos días en el hospital al-Kindi para recuperarse de las lesiones que le causaron las fuerzas de seguridad por las palizas propinadas: una pierna izquierda rota, hematomas en la espalda y costillas, el hombro y la muñeca derechas dislocadas, así como intensos dolores de cabeza.

La presión internacional y el hecho de ser hermano de Muntada al Zeidi (el periodista que lanzó dos zapatos a George Bush) le permitieron recibir un trato más benévolo que otros detenidos. Así sucedió tras ser detenido de nuevo en las manifestaciones del 25 de febrero en la plaza Tahrir de Bagdad.

La presencia de Udey al Zeidi es una oportunidad única para conocer de primera mano cómo se organizan las manifestaciones populares en Iraq, quién está detrás de las mismas, cuáles son sus exigencias y las repercusiones que ya están teniendo en este país clave para la política no solo árabe sino regional.

La implicación de las fuerzas iraníes en la represión de las manifestaciones así como el silencio estadounidense sobre las violaciones de los Derechos Humanos que acompañan la represión en Iraq son dos indicios a seguir para entender la posible evolución de este país abandonado a su suerte por la comunidad internacional.

Ver programa de la visita en: http://www.iraqsolidaridad.org/2011/docs/gira_uday.html