Los conservadores como es sabido se autodenominan “patriotas”, y, como todo buen “patriota”, hipócritamente odian la inmigración. Digo hipócritamente ya que ellos mismos son producto de la migración, descienden de inmigrantes, ellos mismos son inmigrantes y viven en un país históricamente desarrollado gracias a la presencia, la inteligencia y el trabajo de inmigrantes de diversas partes del mundo.
Vienen elecciones, Joe Biden desea reelegirse y muy seguramente retomará su desgastada promesa de reforma migratoria, al mismo tiempo que intenta, tímidamente, demostrar que también los demócratas saben tratar con severidad a todo aquel que busca tocar suelo estadounidense de forma irregular.
Del otro bando (el republicano) seguirán arreciando los ataques y las calumnias en contra de los indocumentados. Conforme se acercan las elecciones, van a seguir insultando a México, a los mexicanos y a todos los países exportadores de migrantes, al mismo tiempo que van a prometer infinidad de cosas al electorado. Además, van a actuar como si los grandes temas de Estados Unidos se solucionasen muy fácilmente, por ejemplo, como cuando Donald Trump, entre muchas otras cosas, en campaña decía que iba a levantar un muro y México lo iba a financiar (cosa que jamás ocurrió).
No es nada nuevo que en tiempos de elecciones haya una competencia entre (posibles) candidatos conservadores a la presidencia por ver quién es un antiinmigrante más efectivo. Trump, con Twitter o sin Twitter, al parecer, no ha perdido su base de seguidores (al cierre de esta nota sigue como el candidato obvio del partido republicano). Ron DeSantis, que parece ser el único que le podría dar batalla a Trump en una elección primaria, no se ha destapado oficialmente pero se especula que en cualquier momento lo hará.
Yo creo que usar el tema migrante para ganancia política en tiempos de elecciones, a través del discurso más antiinmigrante que alguien pueda tener, en realidad solo “gana puntos” dentro del mismo sector conservador de la sociedad estadounidense que, por cierto, son minoría y volverán a perder la presidencia en el 2024.
A pesar del odio y las calumnias en su contra, la noble lucha del pueblo inmigrante debe continuar, ya que está claro que el conservadurismo como es su costumbre seguirá haciendo su trabajo sucio de vilipendiar a los más pobres y desamparados de la sociedad.
Sin importar quien esté en el poder, todos aquellos quienes luchan junto a los inmigrantes debemos continuar haciendo nuestro trabajo de apoyo y seguir demandando la aprobación de una amplia reforma, con la cual se otorgue la legalización a millones de hombres y mujeres.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.