Los incidentes en las regiones anglófonas de Camerún que decidieron declarar simbólicamente «la independencia» dejaron al menos siete muertos este fin de semana, por la represión policial enviada por las autoridades de la capital, Yaundé, para contener las manifestaciones. Los sectores separatistas anglófonos anunciaron que elegirían la fecha de este domingo 1 de octubre para […]
Los incidentes en las regiones anglófonas de Camerún que decidieron declarar simbólicamente «la independencia» dejaron al menos siete muertos este fin de semana, por la represión policial enviada por las autoridades de la capital, Yaundé, para contener las manifestaciones.
Los sectores separatistas anglófonos anunciaron que elegirían la fecha de este domingo 1 de octubre para declarar la independencia de Yaundé, fecha en la que se conmemora la unificación entre las zonas de habla francesa e inglesa en 1961.
La independencia fue proclamada simbólicamente en las redes sociales en la mañana del domingo por Sisiku Ayuk, presidente autoproclamado de Ambazonia, nombre dado a la república separatista.
En vísperas de la fecha, el poder central de Yaundé decretó toques de queda en la zona, prohibió las reuniones de más de cuatro personas en el espacio público y limitó los desplazamientos.
Desde noviembre de 2016, la minoría anglófona, que representa cerca del 20% de la población, protesta por la marginalización que siente frente al resto del territorio.
La minoría de habla inglesa del país, de 22 millones de habitantes, se ha quejado durante mucho tiempo de la desigualdad en el reparto de los ingresos petroleros del país.
La posibilidad de una independencia de las regiones anglófonas fue rechazada categóricamente por Yaundé, que desplegó a las fuerzas de seguridad especialmente en Buea, la mayor ciudad del suroeste, y Bamenda, en el noroeste.
Los habitantes de Bamenda, contactados por la AFP por teléfono, indicaron que se escuchaban tiros de las fuerzas de seguridad, sin dar más precisiones.
Balas contra los manifestantes.
Al menos tres personas murieron en manifestaciones, dos por heridas de bala en Ndop, a 40 kilómetros de Bamenda, indicaron varias fuentes.
El alcalde de Kumbo, Donatus Njong, informó que en la localidad también se registró una víctima mortal.
En Kumbo, tres prisioneros que quisieron aprovechar las manifestaciones para escapar de la cárcel fueron abatidos y en el incidente tres reclusos resultaron heridos, según una fuente cercana a las autoridades regionales.
En esta localidad, que tiene fama de estar en rebeldía desde el inicio de las protestas en 2016, las fuerzas de seguridad mataron a tiros el sábado a un joven.
El presidente de Camerún, Paul Biya, condenó en las redes sociales «de forma enérgica todos los actos de violencia, sin importar de dónde vinieran o quiénes fueran los autores» y efectuó un llamado al «diálogo».
Algunos anglófonos exigen la vuelta al federalismo, mientras que una minoría reclama la partición de Camerún.
Contactado por la AFP desde Buea, el vicepresidente del Frente Social Demócrata (SDF, principal fuerza de oposición), Joshua Osih, criticó a las fuerzas de seguridad que «disparan balas de verdad contra los manifestantes».
«Levantar una bandera no merece la muerte», dijo, aclarando que está en contra de la secesión.
Para Hans de Marie Heungoup experto del centro de estudios International Crisis Group dijo a la AFP, contactado por teléfono desde Libreville, que «desde el inicio de la crisis fue el endurecimiento del gobierno lo que radicalizó a la población».