Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Veintinueve presos políticos marroquíes víctimas de la locura desencadenada tras el 11 de septiembre (uno de los cuales es Elkassim Britel, secuestrado por la CIA, víctima de las transferencias ilegales) están en huelga de hambre desde hace 33 días en Marruecos. Sus vidas corren peligro.
Dejaron de alimentarse el 24 de noviembre en señal de protesta tras haber sido sometidos a todo tipo de tratos degradantes en la prisión de Oukacha [1]. No es su primera huelga de hambre. El estado de salud de seis de ellos es alarmante.
La Asociación de Derechos Humanos Marroquí An-Nassir indica en su comunicado que «el estado de salud de los huelguistas de hambre en la prisión de Oukacha es alarmante. Seis detenidos islamistas de los 29 que están en huelga de hambre desde el 24 de noviembre de 2009 están en peligro. Hassan Kettani se encuentra en aislamiento total. Pedimos una intervención rápida por parte del mundo para salvar la vida de estos presos».
Ninguna ONG se ha dignado responder a este llamamiento ni a los gritos de dolor de las preocupadas familias, impotentes a la hora de hacer que las cosas se muevan.
Hemos contactado con varias ONG en Ginebra para saber si pensaban intervenir ante las autoridades marroquíes. Nos sorprendió bastante descubrir la ausencia de reacción, la indiferencia incluso, por parte de estos supuestos defensores de los derechos humanos cuando hay vidas en juego.
La mujer de Elkassim Britel, [2] nos confesó que le chocaba la indiferencia que rodea a estos presos marroquíes, víctimas de detenciones arbitrarias y de violencias. Italia, su país, no hace nada para exigir a Marruecos la liberación de su marido.
[1] En la cárcel de Oukacha, en Casablanca, hay ocho mil personas detenidas.
[2] Elkassim Britel es el único ciudadano europeo que continúa detenido a consecuencia de una extraordinary rendition [detención extrajudicial por parte de las autoridades estadounidenses, n. de la t.]. No tenía problema alguno con la justicia italiana. Llevaba 13 años viviendo fuera de Marruecos cuando en 2002 fue secuestrado y transportado en avión por la CIA a Marruecos, entregado a los torturadores del reino para que lo torturaran en este país.