La muerte de un joven de raza negra ha reabierto el debate racial en EEUU en el 20 aniversario -que se celebra hoy- de los disturbios de 1992 en Los Angeles. 53 personas murieron en una revuelta que sacó a la luz la tensión que existía entre las distinas comunidades.
Trayvon Martin, un joven de 17 años de raza negra, murió a causa de un disparo el pasado 26 de febrero en Sanford (Florida) reabriendo el debate racial en el seno de Estados Unidos. Su agresor fue detenido el 12 de abril acusado de homicidio en segundo grado, pero de momento se encuentra en libertad bajo fianza.
Este suceso ha desatado multitudinarias protestas para pedir el encarcelamiento del sospechoso y se ha acusado tanto al presunto autor como a las autoridades locales de actuar bajo prejuicios raciales. Esta sucesión de hechos ha recordado a lo ocurrido en 1992 en Los Angeles, cuando cuatro policías golpearon brutalmente al joven Rodney King después de que hubiera sido detenido por exceso de velocidad el 3 de marzo de 1991.
Un año más tarde, el 29 de abril de 1992, los cuatro policías autores de la paliza fueron absueltos por un jurado de diez personas de raza blanca, un hispano y un asiático. Tras conocerse el fallo, 100.000 personas salieron a la calle para protestar contra el racismo.
La manifestación derivó en actos de violencia, saqueos, incendios de viviendas y negocios… Solo cuatro días después, tras la intervención del Ejército, se calmaron las aguas, aunque los disturbios siguieron.
«¿No podemos vivir juntos?» preguntó Rodney King en televisión, resumiendo el sentimiento de una población marcada por la tensión entre las diversas comunidades y la frustración derivada de la discriminación de negros, hispanos y asiáticos.
veinte años después
Han pasado veinte años desde aquellos sucesos, pero sigue siendo un tema candente en una ciudad impregnada por las desigualdades raciales y sociales.
Periodistas, escritores, maestros, policías y líderes comunitarios coinciden en que la situación ha mejorado, aunque la cuestión de la discriminación racial sigue preocupando en esta ciudad.
«Hubo cambios positivos», asegura el reverendo Cecil Murray, profesor de ética en la Universidad del Sur (USC), «ha habido un gran cambio en la Policía». «Pero la historia nos ha demostrado que todavía no hemos aprendido a convivir pacíficamente» añade.
El portavoz de la asociación en defensa de los inmigrantes Chirla, Jorge Cabrera, cree que no se ha erradicado «ni el racismo, ni los estereotipos, aunque tengamos menos miedo». Aunque se muestra optimista, ya que opina que «los disturbios de 1992 han dejado una cicatriz tan profunda que dudo que pueda haber una nueva erupción de violencia» similar.
Sin embargo, Nina Eliasoph, socióloga de la USC, asegura que el mayor peligro hoy en día es la desigualdad de clases y no la racial. El empobrecimiento entre la comunidad hispana ha aumentado de un 20% a un 24% en los últimos 20 años y de un 18% a un 22,3% entre la comunidad negra. «El conflicto de clases será más importante que la tensión racial», augura. «Y Los Angeles es un caso extremo. Contamos con más desigualdad aquí que en otras ciudades del país», afirma.
Con cuatro millones de habitantes, la población hispana y asiática en Los Angeles es la que más ha aumentado en las últimas dos décadas. Hoy por hoy, la comunidad latina abarca el 48% de la población, la comunidad blanca supone el 28%, los asiáticos representan el 13% y los negros, el 8%.
La víctima de aquellos sucesos que derivaron en graves incidentes violentos hace veinte años, Rodney King, quien ahora tiene 47 años, acaba de publicar un libro que lleva por título «The Riot Within» para conmemorar ese triste aniversario.
«Les perdoné», asegura King refiriéndose a los cuatro policías absueltos que le propinaron la brutal paliza, «debido a que Estados Unidos me ha perdonado muchas cosas, y me ha dado muchas oportunidades. Hay que poder tener una segunda oportunidad y yo la tuve».