Desde el primero de abril de 2008 Lufthansa ofrece 295 asientos tres veces a la semana en un soberbio Airbus para quien desee ir de Frankfurt a Malabo. Qué lejos parecen quedar los años noventa en los que únicamente Iberia iba de Madrid a Malabo el domingo por la mañana y volvía cuanto antes la […]
Desde el primero de abril de 2008 Lufthansa ofrece 295 asientos tres veces a la semana en un soberbio Airbus para quien desee ir de Frankfurt a Malabo. Qué lejos parecen quedar los años noventa en los que únicamente Iberia iba de Madrid a Malabo el domingo por la mañana y volvía cuanto antes la misma tarde con algunos funcionarios, unos cuantos religiosos y un puñado de ecuato-guineanos.
Este nuevo enlace de Guinea Ecuatorial con el resto del mundo más allá de sus vecinos africanos, se une a los de Air France, Swiss International Air Lines, Royal Air Maroc, KLM, Spainair, Sonair, Jet Air y alguna más. Incluso en Internet se ofrecen vuelos a Malabo desde aeropuertos sin precisar en Europa con compañías que se anuncian como miembros de IATA aunque no figuran en la lista oficial de ésta.
Las aerolíneas justifican su intensa actividad por las crecientes oportunidades de negocio en el país africano y los cambios habidos en el mismo: «Bendecida últimamente por una economía pujante, el país mantiene numerosas relacionales comerciales, principalmente en el sector energético.» (http://www.lufthansa.com
Sin embargo, los viajeros experimentados no se ponen de acuerdo al respecto. Simon Mann declaró a primeros de marzo a la cadena de televisión británica Channel 4 que creía que «las cosas eran endemoniadamente malas» en Guinea Ecuatorial y que «el cambio de régimen era una necesidad a gritos». Añadió que «que el régimen se tambaleaba, que el Estado se hundía» (http://www.asodegue.org
Mann es el prototipo del gentleman inglés. Fue educado en Eton, el colegio más elitista del mundo y escuela de grandes viajeros desde su fundación en 1440. Tras dejar sus aulas pasó los siguientes treinta años viajando por cuatro continentes con otros pistoleros pegando tiros por encargo o por iniciativa propia para ganar dinero. Su último viaje, con el mismo objetivo de los anteriores, empezó en Sudáfrica en 2004 con destino a Malabo, en cuya cárcel acaba de ingresar tras permanecer una temporada en otra de Zimbabwe.
Aunque a mucha gente le enseñaron sus profesores que viajando se aprende, Mann piensa de forma diferente. Le ha bastado una semana sin moverse de la cárcel de Black Beach para cambiar la imagen negativa que tenía de Guinea Ecuatorial y proclamar a los cuatro vientos que el país «ha experimentado un cambio increíble en cuatro años».
Justo lo contrario piensa Severo Moto, presidente del gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio, que en las mismas fechas declaró desde España, donde vive como refugiado político: «¡Vuelvo a casa!» con el fin de llevar la libertad y la democracia al país (http://www.guinea-ecuatorial
A Moto le pasa al revés que a Mann: cuanto más viaja más se aleja de Guinea Ecuatorial. Se ha desplazado a diversos países en busca de apoyos de todo tipo para su vuelta a casa y ninguno le ha acercado siquiera a medio camino. Es más, ha estado cerca de perder la vida y su condición de asilado en España.
Mann y Moto no están solos en su desgracia. Uno de sus principales apoyos, Mark Thatcher, hijo de la que fue primera ministra británica, después de una vida dedicada a los viajes de placer, apenas puede moverse de Inglaterra desde 2004. Ningún país le da un visado por haberse metido de nuevo en aventuras que le quedan muy grandes. ¿Cómo sus socios no repararon antes en que este auténtico cenizo ha fracasado en todos los proyectos deportivos, empresariales y financieros en los que se ha embarcado?
Mann se queja ahora de que Moto y Ely Calil, otro apoyo financiero, le engañaron. Thatcher dice que el helicóptero que contrató para que aquellos lo usaran en su plan, en realidad era para ser usado como ambulancia. Moto no sabe nada de qué golpe de estado hablan. Calil, que se hizo millonario con negocios petroleros, ha dejado su residencia habitual en el elegante barrio londinense de Chelsea y se desconoce su paradero actual.
Lo único claro en este nuevo camarote de los hermanos Marx, pues, es la conveniencia de elegir cuidadosamente a los compañeros de viaje si el negocio de uno es la toma del poder. Esto es algo que saben mejor los líderes de la oposición interna al régimen de Obiang, los que sobreviven en Guinea Ecuatorial. Para ello es fundamental cultivar las relaciones con los centros de poder político internacional. Con otras palabras: viajar de Malabo a las capitales de Europa y Estados Unidos.
Lamentablemente sus viajes tampoco han fructificado a pesar de que son invitados con frecuencia a países importantes con mucha influencia en Guinea Ecuatorial. En vísperas de las elecciones legislativas que se celebrarán el próximo mes de mayo en Guinea Ecuatorial, Convergencia Para la Democracia Social (CPDS), partido de oposición fundado en la clandestinidad hace casi veinte años (1990), cuenta con dos de los cien diputados que se sientan en el parlamento ecuato-guineano. Los noventa y ocho restantes son partidarios de Obiang.
Puede entonces que lo decisivo no sea el número de viajes sino la calidad de los mismos. De momento parece que el secretario general de CPDS, Pácido Micó, no ha aprendido lo que Moto sabe: que los gobiernos de todo el mundo están más interesados en el petróleo de Guinea Ecuatorial que en los derechos humanos de sus habitantes. Tampoco le han servido para aprender lo que sabe Obiang y cualquier otro dictador que se apoya en el amigo estadounidense: que mientras sea útil a la política del imperio se mantendrá en el poder a no ser que su propio pueblo lo derroque.
Micó no se cansa de declarar en cada ciudad que visita, que CPDS «es un partido político con vocación de realizar cambios en Guinea Ecuatorial desde el gobierno, al que aspira acceder democráticamente. Para llegar a ello, lucha pacíficamente por el establecimiento de un régimen democrático en Guinea Ecuatorial». Por más increíble que parezca, añade que confía en que el gobierno de Estados Unidos puede cambiar su actual política sobre Guinea Ecuatorial (http://cpds-gq.org/laverdad56
Éstas y otras declaraciones similares son palabras de amor para los oídos de Obiang y de los gobernantes de todo el mundo que le sostienen en el poder, por lo que están encantados de financiarle cuantos viajes realiza. El líder de la oposición no les causa problemas y sobre todo les garantiza que el aumento exponencial de las inversiones y el comercio con Guinea Ecuatorial no están en peligro. Incluso les permitiría mostrar a la despreocupada opinión pública que fomentan la democracia en el país africano porque reciben a Micó, en el remoto caso de que ésta se preocupara algo del asunto.
No ha de extrañar que cada vez más compañías aéreas oferten más vuelos hacia Malabo, ya que las oportunidades de negocio para los inversores extranjeros no corren peligro, lo que no sucede con los derechos humanos de los ecuato-guineanos. Al parecer a los empresarios no les llegan noticias de que la policía de Obiang persigue e incluso elimina a miembros de la oposición, que los negocios son solamente para la elite y que la democracia es una entelequia.
Un observador que conoce como pocos lo que ocurre en Guinea Ecuatorial, aunque curiosamente no viaja allí, expone claramente el 17 de marzo las razones por las que empresarios de Europa y otros lugares se desplazan a este país:
«En los últimos años hemos oído demasiadas veces que Guinea Ecuatorial estaba cambiando. Lo cierto es que desarrollo como tal no ha habido; se ha producido, eso sí, un crecimiento enorme de los negocios de las familia Obiang y de las empresas asociadas a ellos que les ha hecho inmensamente ricos mientras la gran mayoría de la población sigue en la pobreza.» (http://www.asodegue.org
Añade que «las noticias que llegan desde distintos lugares de Guinea Ecuatorial nos hablan de poco entusiasmo por parte de los ciudadanos a la hora de inscribirse en el censo. Están cansados de ver que siempre gobiernan los mismos, se vote lo que se vote. Algunas de estas informaciones hablan también de irregularidades.» (http://www.asodegue.org
Mientras tanto, el propio Obiang y sus familiares también viajan frecuentemente a Europa y Estados Unidos, aunque en aviones privados. En cada viaje Obiang recibe abrazos y halagos. En la conferencia de prensa del 12 de abril de 2006, con motivo de un viaje a Estados Unidos, la secretaria de estado Condoleezza Rice declaró: «muchas gracias por su presencia entre nosotros. Es usted un buen amigo y le damos la bienvenida.» (http://www.state.gov/secretary
Alguna que otra vez tiene que escuchar «recomendaciones» y «sugerencias» sobre gobernabilidad y derechos humanos, pero eso no le impide aumentar sin cesar sus cuentas bancarias y sus propiedades al tiempo que crecen los beneficios de las empresas de los países anfitriones que operan en Guinea Ecuatorial.
Como Obiang también tiene su corazoncito, se molesta y en ocasiones responde airado. Tiene razón: ¿por qué le critican con la boca medio cerrada los mismos que le cortejan para invertir en su país? Por eso Obiang está reorientando sus viajes hacia China: ya ha realizado cinco a este país. (http://www.embajadachina.org
Los desplazamientos de los presidentes, a su vez, dan origen a nuevos viajes, esta vez hacia Guinea Ecuatorial, por parte de ministros, altos funcionarios y grandes empresarios de Estados Unidos y Europa. Si con un par de sandalias y un asno, Herodoto fue capaz de realizar agudas observaciones sobre las actividades políticas de las que fue testigo en sus viajes, ¿qué no serán capaces de escribir aquellos desde uno de los veinte asientos de primera clase del A330-300, que cuenta con «cama de dos metros, bodega, Cocinero Estrella, juegos de vídeo y gemas musicales»? (www.lufthansa.com)
A su regreso declaran que han constatado durante su visita -de dos o tres días- al país importantes pasos hacia la democratización, avances en la situación política y una atmósfera óptima para las oportunidades de inversión.
Por eso se dice que viajando se aprende. En cuanto sienten en uno de esos aviones a los miles de ecuato-guineanos de dentro y fuera del país que aún no han viajado, empezarán a ver lo que políticos y empresarios ya ven. Moraleja: aumenten las conexiones aéreas con Guinea Ecuatorial.