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Víctimas de una guerra civil: africanos negros en Libia

Fuentes: Znet

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Bengasi, Libia – Detenidos africanos sentados ante un muro dentro de un complejo de seguridad dirigido ahora por rebeldes.El consejo de oposición que ahora gobierna Libia oriental llevó a periodistas extranjeros a ver a los 50 africanos negros y libios que supuestamente han combatido por Muamar Gadafi. (Foto de Luis Sinco/Los Angeles Times)

Han pasado casi dos meses desde el comienzo de la guerra civil en Libia, y aunque Gadafi todavía no ha sido derrotado es obvio que su capítulo en el Libro de la Historia terminará en derrocamiento. Con el abierto apoyo a los rebeldes de EE.UU., Occidente y Arabia Saudí y su suministro de ayuda política y militar sólo es cuestión de tiempo que un nuevo gobierno se haga cargo del país rico en petróleo. E incluso aunque al capítulo todavía le faltan algunas páginas hay algunos altibajos que ya parecen conocidos, aunque en gran parte no se hayan mencionado.

Para empezar no acabará en: «Y todos vivieron felices para siempre». Ninguna historia acaba así. Y para los africanos negros en Libia -o los que han huido o todavía siguen huyendo- eso no podría ser más cierto. Su historia subraya la tragedia de la Revolución Árabe. Para muchos, lo que había comenzado como inmigración para encontrar trabajo a fin de alimentar a sus familias, una historia que se vive en todos los continentes, se ha convertido rápidamente en una crisis humanitaria, mientras huyen para salvarse.

Libia, situada en el norte de África, tiene una población de mayoría árabe. También tiene un problema de racismo. En un país de más de 6 millones de habitantes, un tercio de los cuales son africanos negros -el grupo más oprimido del país- sería totalmente adecuado preguntar: ¿Por qué no forman parte de la rebelión? ¿Por qué es una «revuelta árabe»? Es muy sorprendente ver que el grupo más oprimido no sólo no está involucrado en una revolución sino que además huye aterrorizado. Otra pregunta interesante es: Si los rebeldes necesitan ayuda extranjera para vencer y para protegerse de una masacre, ¿por qué no han apelado a la comunidad negra para que se una solidariamente a su lucha?

He tomado contacto varias veces con la dirigencia rebelde (desde el 28 de marzo de 2011) para preguntar si tienen alguna intención de pronunciarse sobre los abusos contra los africanos negros y para pedirles que se unan solidariamente a su revolución, y no he recibido una respuesta. Ahora, el Consejo Nacional Interino (INC) emitió recientemente anuncios sobre el trato dado a prisioneros (que vinieron después del informe altamente crítico en Los Angeles Times mencionado a continuación) y Al-Obaidi, pero no han dicho una sola palabra sobre los sufrimientos de sus hermanos y hermanas de piel más oscura. Pienso que es una pregunta totalmente justificada si se quiere saber por qué los disidentes por los derechos humanos no sacan la cara por la clase inferior negra; pueden hablar con especificidad sobre los horrores impuestos a una mujer árabe, pero no son capaces de romper una lanza por los negros.

Y aunque el racismo árabe hacia los negros en Libia no es nada nuevo, no es por culpa, como se ha afirmado, de Gadafi -quien ciertamente ha demostrado sus propias tendencias racistas como hizo cuando trató de pedir apoyo al mundo diciendo que si le remuevenm del poder «Europa se volverá negra» porque sólo él puede detener a las hordas negras en su sitio del norte.

El periodista Andrew Pervis ha estado en Libia durante gran parte del levantamiento, mantuvo un diario y documentó el racismo:

La discriminación contra los negros en Libia que ha ayudado a impulsar gran parte del actual éxodo es espantosa. En los autobuses, no es poco común que los libios de piel más clara suban las ventanillas cuando se sube un africano para ‘ventilar’ el sitio… una especie de chiste. A los africanos subsaharianos y libios de tez más oscura les cobran de más en los negocios, me dicen. En la calle, el mundo árabe se refiere rutinariamente a ellos como ‘esclavos’, abd. Las pandillas rondan las calles atacando a los negros, robándoles lo que tienen, golpeando al que se resista. Para gente orgullosa, que llegó a Libia a fin de hallar dinero para alimentar a sus familias en su país, es una profunda humillación. Cuando los medios estatales anunciaron hace algunas semanas que se contrataba a africanos negros como mercenarios en las fuerzas de Gadafi, toda la comunidad supo que el racismo latente corría peligro de convertirse en un pogromo, de modo que la mayoría se ocultó o huyó hacia la frontera.

Vale la pena considerar esa última frase. El temor que sienten los negros no proviene sólo de las fuerzas de Gadafi sino también de las de los rebeldes. Los oprimidos tienen a menudo un sentido agudo de cómo están las cosas -cuando se tiene una bota sobre el cuello se puede sentir ese efecto- y cuando Gadafi anunció que tiene su propia «coalición de los dispuestos», y que no serán sus partidarios los que abusen de ellos por la ayuda de los soldados negros vecinos (es decir «mercenarios») sino los árabes de la rebelión; los africanos negros sintieron un temor que resultó justificado.

Lo que necesitamos ahora, probablemente más que cualquier otra cosa, es que más periodistas vayan a los refugiados en Egipto y Túnez, a entrevistar a los africanos negros que han huido, y documenten sus historias. Lo digo porque considerando los efectos del sistema de propaganda debemos esperar que una limitada y politizada historia sobre Gadafi se exagere mientras que otras partes de la historia se ignoren (de modo que si tenemos algún deseo de conocer toda la historia esto parecería algo elemental). La ONU ya tiene un grupo en Libia y está documentando las desapariciones forzosas de cientos de personas que creen que eran críticas con el régimen de Gadafi. ¿Pero qué pasa con las víctimas de la rebelión? Y teniendo en cuenta los informes de principios de este mes de los abusos sobre los negros por parte de las fuerzas rebeldes (abusos que han ido de acosos a masacres completas) valdría la pena ver cómo van las cosas casi un mes después. Andrew Pervis estuvo recientemente en Egipto, pero honestamente, no sacamos gran cosa de sus informes fuera de que numerosos africanos negros se encuentran allí sin idea de qué hacer o dónde ir.

Mientras los africanos negros en Libia reciben golpes de las dos partes en litigio, lo que constituye una tragedia es que sean víctimas de la rebelión en particular. Sin duda muchos esperaban que este levantamiento abriera un futuro mejor, y puede que para los árabes lo haga, pero simplemente no parece ser el caso para los negros.

Ojalá comiencen a recibir más atención y simpatía. Deberíamos estar muy preocupados por la suerte de los que no escapen antes que los rebeldes tomen Trípoli.

Como he señalado, el racismo afecta desde hace tiempo a Libia y a los africanos negros, como la mayoría de la gente indígena, han sido frecuentemente víctimas de la opresión. En octubre de 2000 la BBC informó de que «miles de inmigrantes africanos que viven en Libia han sido atacados por residentes locales. Algunos han tenido que refugiarse en sus respectivas embajadas.»

Hace poco más de un año, UN Watch, una rama de derechos humanos de la organización internacional, publicó un informe sobre el racismo en Libia: «Libia debe acabar con sus prácticas de discriminación racial contra los africanos negros, particularmente su persecución racista de dos millones de trabajadores emigrantes africanos negros. Existe evidencia sustancial del modelo y práctica de discriminación racial de Libia contra trabajadores emigrantes.»

En Monthly Review uno de sus editores, Yoshie Furuhashi, escribió: «Al Jazeera informa de que los trabajadores africanos negros viven ahora atemorizados en los territorios en manos de los rebeldes en Libia. Algunos han sido atacados por turbas, otros han sido encarcelados y algunas de sus casas y talleres han sido incendiados. ‘Numerosos trabajadores africanos dicen que se sentían más seguros bajo el régimen de Gadafi’, dice Jacky Rowland de Al Jazeera, informando desde Bengasi,» y que «Probablemente tardará un cierto tiempo antes que el resto de la izquierda comprenda la naturaleza fraudulenta del producto que se ofrece al mundo.»

El 23 de febrero de 2011, el UNHCR [Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados], dijo que la ONU «se preocupa cada vez más» por los numerosos migrantes y demandantes de asilo africanos en Libia. «No tenemos acceso por el momento a la comunidad de refugiados», según Melissa Fleming, portavoz del UNHCR. Desde entonces han obtenido acceso a los refugiados y agradecieron a Egipto su ayuda, mientras señalan que los servicios se deterioran mientras llegan más y más refugiados.

Un mes después del antes mencionado informe de febrero, un periodista del Daily Mail británico estuvo en Bengasi informando sobre los «mercenarios» e informó:

«Los africanos que vi variaban entre uno de 20 años y otro de cuarenta y muchos, con una barba entrecana. La mayoría llevaba puesta ropa informal. Cuando se dieron cuenta de que yo hablaba inglés estallaron en protestas.

‘No hicimos nada’, me dijo uno, antes de que lo silenciaran. ‘Somos todos obreros de la construcción de Ghana. No dañamos a nadie.’

Otro de los acusados, un hombre en overoles verdes, mostró la pintura en sus mangas y dijo: ‘Este es mi trabajo. No sé cómo disparar un arma.’

Abdul Nasser, de 47 años, protestó: ‘Mienten sobre nosotros. Nos sacaron de nuestra casa de noche, cuando estábamos dormidos.’ Mientras se seguían quejando, se los llevaron. Es difícil juzgar su culpa.»

El mismo día, la BBC informó: «Un obrero turco de la construcción dijo a la BBC: «Teníamos entre 70 y 80 personas de Chad trabajando en nuestra compañía. Los cortaron en pedazos con podaderas y hachas; los atacantes decían: ‘Suministráis tropas a Gadafi’. Los sudaneses también fueron masacrados. Lo vimos nosotros mismos.'»

Otro ejemplo para ilustrar el factor racial: Hay un vídeo de manifestantes que circula por Internet, que los muestra coreando: «¡Somos árabes!» (aproximadamente a las 2:20)

International Business Times publicó un artículo el 2 de marzo que dice:

«Según los informes, más de 150 africanos negros de por lo menos una docena de países diferentes escaparon de Libia en avión y aterrizaron en el aeropuerto de Nairobi, Kenia, con horribles historias de violencia.

«Fuimos atacados por gente del lugar que dijo que éramos mercenarios que mataban a la gente. Quiero decir que no querían ver negros,» dijo a Reuters Julius Kiluu, un supervisor de construcciones de 60 años.»

Ante esta perspectiva podemos comenzar a comprender por qué los negros representan una gran mayoría en las prisiones de la rebelión, y están ausentes de la revolución.

Los Angeles Times publicó recientemente un artículo titulado «Rebeldes libios parecen seguir el ejemplo de Gadafi», en el que dice:

«Funcionarios de la oposición en Bengasi, cuyas amplias redadas para detener a presuntos partidarios de Gadafi han sido criticadas, llevaron a periodistas a una gira estrictamente controlada a centros de detención. Muchos de los detenidos dicen que son trabajadores inmigrantes y niegan que hayan combatido por Gadafi».

Y en otro artículo relacionado, con el título: «Periodistas visitan prisioneros detenidos por rebeldes en Libia», se nos dice que: «Toda la escena provocaba un sentimiento perturbador, como si esos hombres ya hubieran sido juzgados y condenados y lo único que faltaba era su ejecución. En un extraño giro, nos dijeros que agentes de la seguridad interior del régimen de Gadafi utilizaron anteriormente la instalación para detener, torturar y matar a disidentes políticos.» (La imagen al principio de este artículo acompaña la historia.)

Por lo que vemos en la prensa, las fuerzas de Gadafi son en su mayoría árabes. Esto significa que hay que formular algunas preguntas. ¿Cómo es posible que cuando la prensa visitó recientemente una prisión dirigida por los rebeldes los prisioneros fueran sobre todo negros? En el reciente documento del INC anunciando su «visión para una sociedad democrática» denunció el racismo. Pero a la luz de su silencio sobre los sufrimientos de los africanos negros y de los informes sobre ataques contra ellos (incluidos los horrendos vídeos que muestran a dos hombres negros muertos atados a la capota de un camión como si fueran ciervos cazados) y la cantidad desproporcionada de su representación en prisiones rebeldes, ¿qué confianza podemos tener en esa afirmación? ¿Quieren que creamos que se trata simplemente de una coincidencia, o que ha sido más fácil capturar a negros que a árabes? Esas preguntas son importantes para lo que podamos esperar en el próximo capítulo en Libia.

En su mayor parte, la historia de la guerra civil libia ha tenido un sabor a narrativa de bueno contra malo, de un dictador que se aferra implacablemente a su régimen de cuarenta años, mientras la primavera trae la promesa de una revuelta árabe. Bajo este barniz existe una historia más tenebrosa de las víctimas de la rebelión, y es una historia que debe ser conocida si han de prevalecer la verdad y la justicia.

Fuente: http://www.zcommunications.org/victims-of-a-civil-war-black-africans-in-libya-by-michael-mcgehee

rCR