Traducido del francés por Alberto Nadal
«Venceremos… permanezcamos unidos y movilizados, la victoria está al alcance de la mano», grita con genio Louisette Ighil Ahriz en medio de una multitud de jóvenes en la emblemática plaza de Maurice Audin (Argel).
A los 83 años, la antigua resistente, apoyándose en una muleta, desafía a la enfermedad y al calor de un mes de julio ardiente, galvaniza a las y los manifestantes que la rodean este 23º viernes consecutivo de insurrección ciudadana. «¡Cómo quiere vd que abandonemos cuando mujeres del talante de esta moudjahida (luchadora por la independencia) salen cada viernes a luchar por la libertad!», afirma un joven manifestante enarbolando una pancarta hostil al régimen. «Esto nos da valentía, energía y ganas de continuar nuestro combate hasta la instauración de una Argelia libre y digna».
Este ha sido el sentimiento que ha dominado la jornada de revuelta popular de ayer, viernes 26 de julio, que emprende su sexto mes con la misma determinación que al inicio. Si, en efecto, la movilización no es como la de las primeras semanas de la insurrección, no ha perdido nada de su vigor. Tan incansable como irreductible, el «pueblo de los viernes» no se deja ganar ni por la duda ni por la incertidumbre.
No se deja distraer por las vacaciones. «Estamos liberando al país de las manos de los tiranos; tendremos toda la vida para descansar», declara una manifestante que no se ha perdido ningún viernes desde el 22 de febrero. Signo de la resistencia que caracteriza la revolución democrática en curso en el país.
Es el gran aliento de la larga marcha hacia la verdadera democracia que resiste la prueba del tiempo, pero sobre todo la prueba de las maniobras politiqueras. «A su astucia les oponemos la inteligencia colectiva de un pueblo que se levanta. Frente a los estrechos intereses que la gente del poder defiende, proponemos un ideal de felicidad para toda la nación», dice discretamente un viejo mientras sube la calle Didouche Mourad que se llena de gente hacia las 15 h.
A grito pelado, las principales consignas hostiles al poder político se suceden a medida que las y los «insurrectos» refuerzan la movilización. En medio de la alegría que acompaña a las manifestaciones de los viernes, las y los argelinos entonan «Dawla madania, machi askaria» (Estado civil y no militar), «Poder asesino», «El pueblo quiere la independencia», «No a las elecciones con las bandas» o «No a la injerencia de los emiratos». Inevitablemente, las figuras políticas del poder han sido recordadas por las virulentas críticas de los y las manifestantes. Gaid Salah, Bensalah y Bedoui han recibido lo suyo. Se han convertido en los favoritos de las y los manifestantes desde la dimisión de Abdelaziz Buteflika.
El panel rechazado, sus miembros abucheados
Conscientes de lo que está en juego y sobre todo de las maniobras que se realizan en las sombras, las y los argelinos que se manifiestan desmontan las maniobras, prevén los acontecimientos y elaboran respuestas políticas tan pertinentes como contundentes. El «viernes» de ayer ha estado adaptado a las últimas «evoluciones» políticas acontecidas a lo largo de la semana. La oferta de diálogo del poder y la constitución de un panel [1] , que ha sido recibido anteayer por la presidencia de la República, han sido un planteamiento que ha estimulado a las y los ciudadanos que sienten el «deber» de pronunciarse.
El rechazo de la nueva «oferta» envenenada proveniente del palacio inhabitado de El Mouradia no deja lugar a dudas. «No al diálogo con las bandas» o «Decidle a Younès (Karim) que es el pueblo quien decide» han resonado con fuerza como para significar el rechazo a la nueva iniciativa del jefe del Estado para emprender un diálogo de cara a la organización de unas elecciones presidenciales. Así, Karim Younès, antiguo presidente de la Asamblea Nacional (2002-2004) con relaciones con el FLN, figura ya en la lista de personalidades cuestionadas por el movimiento popular.
Las pancartas en las que estaba escrito «Karim Younès lárgate» han florecido ayer. El panel que dirige ha sido el objetivo de las y los manifestantes. Incluso el economista Smail Lalmas, a pesar de haber participado en todas las manifestaciones desde el 22 de febrero, ha sido violentamente cuestionado.
Fieles a la célebre consigna de «Yatnehaw ga3» (largaos todos), distintivo del movimiento popular, inscrita en el frontispicio de la revolución, las y los argelinos no dejan de insistir en la necesidad de un cambio radical del sistema político. Pero también y sobre todo en que ese cambio no puede hacerse sin el pueblo y aún menos en su contra. «El diálogo es una virtud, sin embargo la ética política exige transparencia, pero sobre todo la voluntad expresada en los actos y no profesiones de fe».
«Por el momento, nada indica que el poder esté realmente dispuesto a negociar el cambio del sistema. Las personas que componen el panel en el mejor de los casos son ingenuas y en el peor, cómplices», comenta un antiguo ministro en ruptura con el poder desde finales de los años 1980. «Quieren negociar a espaldas del hirak» , fulmina un grupo de manifestantes que ha venido de Boumerdès. Difícil encontrar partidarios de los «seis» recibidos el jueves pasado en la Presidencia.
En suma, el 23º viernes no ha derogado la línea de conducta que se ha fijado la revolución democrática. Mantener la presión, no ceder nada en las cuestiones de fondo y no dejarse arrastrar a luchas marginales.
Y todo ello con alegría, de forma gozosa y amable. «La revolución de la sonrisa» se confirma, se enraíza, se consolida. Determinados como nunca, las y los argelinos mantienen la dirección. «Vivimos un momento increíble, histórico y conmovedor».
«¿Cómo pueden no oír a este pueblo maravilloso? Así y todo, vamos por el buen camino. Esta insurrección nos ha devuelto el honor y el orgullo», exclama Lounès venido, como cada viernes, de la lejana localidad de Mizrana (Tigzirt).
Signo de una conmoción histórica que se ha realizado en el país desde el brumoso 22 de febrero de la que ha surgido la resurrección de la nueva Argelia, figura emblemática del combate democrático, Djamel Zenati, dividido entre «el optimismo de la voluntad y el pesimismo de la razón», estima que «este 23º viernes es un «viernes memorable. El movimiento ha confirmado el carácter inquebrantable de su determinación. El poder se empeña inútilmente en querer mantener el sistema. La transición es inevitable». Punto seguido.
Nota:
[1] Las seis personalidades que conforman este panel, cuya designación ha seguido caminos opacos y rocambolescos, fueron recibidas el jueves por el Jefe del Estado. A sus demandas de tomar medidas de apaciguamiento y democratización, éste respondió con vagas promesas. Sectores de la oposición que rechazan unas elecciones presidenciales en las condiciones actuales consideran que este panel de personalidades está reconocido por el poder con vistas a crear unas condiciones mínimas para poderlas llevar a cabo y perpetuar así el sistema. ndt.
Fuente: https://www.elwatan.com/a-la-une/23e-vendredi-de-mobilisation-populaire-inlassable-27-07-2019
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y Rebelión.org como fuente de la traducción.