En la mañana de ayer cerca de un centenar de jóvenes levantó barricadas e incendió varios neumáticos en el barrio periférico de Kibera, en Nairobi, como protesta contra el atraso en el anuncio de la formación del gobierno de coalición. «La policía intervino con gases lacrimógenos consiguiendo dispersar a los manifestantes, que habían comenzado a […]
En la mañana de ayer cerca de un centenar de jóvenes levantó barricadas e incendió varios neumáticos en el barrio periférico de Kibera, en Nairobi, como protesta contra el atraso en el anuncio de la formación del gobierno de coalición. «La policía intervino con gases lacrimógenos consiguiendo dispersar a los manifestantes, que habían comenzado a cantar consignas y a incendiar neumáticos a eso de las 10 de la mañana», relataron testigos presenciales.
También se realizaron manifestaciones y se produjeron disturbios en Kisumu, una localidad asentada sobre las riveras del lago Victoria, en el oeste del país. Según fuentes de MISNA, todos los negocios se encontraban ayer cerrados y algunas carreteras permanecieron bloqueadas durante horas por grupos de manifestantes que salieron a las calles a las 16 h. (hora local).
Tras la falta de acuerdo sobre los nombramientos ministeriales y la composición del gabinete de gobierno entre el grupo del presidente Mwai Kibaki y la oposición, liderada por Raila Odinga, el país vive un clima de tensión y frustración.
Al igual que Kibera, Kisumu es baluarte de la oposición, y los manifestantes dirigen sus protestas contra el presidente Kibaki. «Por el momento no estamos en disposición de dar un balance de los acontecimientos, pero la tensión se ha vuelto muy alta muy rápidamente», dijo una fuente de Kisumu.
«Hemos suspendido las negociaciones a la espera de que nuestras condiciones para un ejecutivo de bases paritarias sean satisfechas», dijo el secretario general del partido naranja, en la oposición, Anyang Nyongo.
Muchos temen que el desacuerdo entre las partes para la formación de un gobierno de coalición pueda ocasionar nuevos episodios de violencia como los que siguieron a las elecciones del pasado 27 de diciembre, causantes de cerca de mil muertos y más de 300.000 desplazados.