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Marruecos

Vulnerados los derechos y la dignidad de las personas para proteger las fronteras de Europa

Fuentes: Rebelión

El pasado mes de diciembre una delegación de la Asociación Pro-Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) visitó Tánger (Marruecos) y sus alrededores en colaboración con la asociación marroquí Shabaka de ayuda a los migrantes. La situación de las comunidades visitadas, compuestas por hombres, mujeres y niños de diversas nacionalidades, mayoritariamente nigeriana y congoleña, fue desoladora. Presentan […]


El pasado mes de diciembre una delegación de la Asociación Pro-Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) visitó Tánger (Marruecos) y sus alrededores en colaboración con la asociación marroquí Shabaka de ayuda a los migrantes.

La situación de las comunidades visitadas, compuestas por hombres, mujeres y niños de diversas nacionalidades, mayoritariamente nigeriana y congoleña, fue desoladora. Presentan una gran precariedad alimenticia con signos obvios de desnutrición. La comida la obtienen de la mendicidad o buscando en las basuras. Los alojamientos de las personas que viven en la ciudad consisten en una habitación compartida entre 8 personas, mientras que los que viven en los montes de alrededor de Tánger se cobijan en chabolas hechas con plásticos. Ninguna de estas personas tiene acceso a una higiene básica y, en cuanto a la salud, se les discrimina y deja de atender en los hospitales por el hecho de ser negros. Como único modo de supervivencia, utilizan su propia organización por nacionalidades para procurarse la ayuda básica entre ellos mismos. En cuanto a la situación encontrada para las mujeres y niños es de un dramatismo extraordinario. Las mujeres son violadas constantemente y se las obliga a mendigar en los mercados utilizando a sus hijos, la mayoría nacidos en Marruecos producto de las violaciones.

Los niños y niñas nacidos allí, así como los que partieron de sus países de origen, se encuentran en situación de altísimo riesgo e indefensión. Sin asistencia social, ni sanitaria, ni escolar, en un estado de precariedad alimenticia e higiénica, su situación es muy incierta. Queremos denunciar la situación de los niños nacidos en Marruecos, que no tienen ningún derecho legal porque no existen (no están registrados en ningún consulado ni tienen pasaporte). Se trata de niños «apátridas», sin nacionalidad, cuyo único soporte y válvula de salvación son sus madres, sometidas a las necesidades en cada momento de sus compañeros de viaje hacia Europa, buscando un mundo mejor, libre de guerras tribales, conflictos armados y hambrunas. A la situación escalofriante e inhumana que están viviendo estas personas, tenemos que añadir las actuaciones que ejercen contra ellos la policía y otros entes en el mismo Marruecos y desde instituciones internacionales. A continuación se relata parte de esa horrible situación tomando como ejemplo las barbarie ejercida por las supuestas fuerzas de orden público contra los migrantes subsaharianos durante las últimas semanas que recoge tanto el informe elaborado sobre la Frontera Sur por nuestra asociación (http://www.apdha.org), como el elaborado por Amnistía Internacional (http://www.amnistiainternacional.org).

Un poco más de un año después de los trágicos acontecimientos del otoño del 2005, los nacionales subsaharianos en Marruecos, víctimas de las políticas «de seguridad» efectuadas por la Unión Europea y sus «socios», siguen siendo perseguidos únicamente en nombre de la protección de las fronteras de Europa. Entre el 23 de diciembre y el 29 de enero se realizaron sucesivas redadas de envergadura en los barrios populares de Rabat donde viven numerosos migrantes. Decenas de policías y agentes de las fuerzas auxiliares penetraron en las viviendas, detuvieron sin distinción a los subsaharianos que se encontraban ahí (incluidos mujeres embarazadas y niños) con el fin de transportarlos a la frontera argelina, en una zona desértica alrededor de Oujda, y los desposeyeron de sus pertenencias, entre ellas pasaportes y certificados del ACNUR (agencia internacional encargada del estado de los refugiados). Las operaciones de detenciones se realizaron «por el color de piel» (faciès) sin previo examen de la situación de las personas. Durante los referidos días, más de 1000 personas sufrieron dichas detenciones, según nuestras informaciones.

Por todo ello y junto con otras muchas organizaciones, denunciamos las graves violaciones a los derechos humanos perpetradas en nombre de la protección de las fronteras exteriores de Europa y nos unimos a las diferentes denuncias realizadas durante el mes de enero de 2007 contra esta barbarie.

* Juan López Cortés es miembro de la APDHA