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Túnez

¿Y si «nuevo» gobierno no fuera sinónimo de «democrático»?

Fuentes: info actuable

Hace apenas unos meses, una delegación de defensores de miembros de la sociedad civil y defensores de derechos humanos tunecinos, desembarcaron en Madrid de la mano de la organización ACSUR- Las Segovias, para relatar los problemas a los que se enfrentaban día a día por vivir bajo un régimen represor y dictatorial. Conscientes de la […]

Hace apenas unos meses, una delegación de defensores de miembros de la sociedad civil y defensores de derechos humanos tunecinos, desembarcaron en Madrid de la mano de la organización ACSUR- Las Segovias, para relatar los problemas a los que se enfrentaban día a día por vivir bajo un régimen represor y dictatorial. Conscientes de la falta de interés que suscitaba un tema como este -sin villanos oficiales y sin una ONU o unos medios internacionales denunciando las graves violaciones de derechos humanos que se cometían diariamente en el país árabe-, la organización anfitriona decidió apelar a nuestros bajos instintos implicándonos en los hechos y recordándonos que sí, que Túnez es un «paraíso para los turistas», pero una pesadilla para aquellos que intentaban proponer cambios para su país con libertad.

No hay ni que decir el grado de interés que mostraron los medios por el tema, salvo curiosas excepciones. Y digo curiosas porque el único periódico que se hizo eco de las jornadas que tuvieron lugar en Madrid, no se atreve a tildar de dictadura al régimen de Ben Alí -utiliza un prudente entrecomillado-, a pesar de que recuerda que lleva 22 años en el poder.

Es posible que, por eso, el levantamiento que ha tenido lugar en el país norteafricano, nos haya pillado con cierta sorpresa. Cuando los tunecinos decidieron decir basta, no había un villano conocido ni un dictador de manual sobre el que cebarse. Hasta hace poco, Ben Alí era un dirigente más que acudía a cumbres y se movía sin (dar) problemas entre los líderes europeos, no un terrible represor que espiaba en incluso llegaba a manipular los frenos de los coches de los defensores de derechos de su país. «Túnez es un país muy moderno; las mujeres visten igual que las de aquí», decían algunos después de pasar las vacaciones allí, como si no llevar velo fuera sinónimo de total libertad.

Hoy, medios de todo el mundo anuncian la formación de un nuevo gobierno tras la «revolución democrática en el Magreb». Pero antes de celebrar el triunfo de la democracia, soltar la lagrimilla y pasar a otra cosa, no estarían de más algunas reflexiones. Para empezar, que repartirse el poder entre el oficialismo y los grupos de oposición -legalizados por el oficialismo- y celebrar elecciones, no es sinónimo de democracia y libertad (el mismo Ben Alí celebró -y ganó- comicios durante gran parte de su mandato); tampoco lo es el hecho de haber salido elegido como presidente después de una revuelta popular (Ben Alí llegó así al poder). Pero sobre todo, que la mayor parte de los países vecinos (Egipto, Argelia, Libia…) sufren tanto como lo hacían los tunecinos, y no es descabellado pensar que pudiera ocurrir algo parecido en los próximos meses. Hasta entonces, nuestros presidentes seguirán alternando con los Mubaraks y los Gadafis como si nada. 

Eugenia Redondo es periodista y activista digital. Fue redactora de soitu.es desde su fundación.

Fuente: http://info.actuable.es/2011/01/%C2%BFy-si-nuevo-gobierno-no-fuera-sinonimo-de-gobierno-democratico/