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Ya tenemos suficientes promesas, ahora ¿dónde está la ayuda a África?

Fuentes: Fundación Sur

Traducido por Rosa Moro de Mail & Guardian, para el Departamento África de la Fundación Sur

 

Los donantes internacionales y las instituciones gubernamentales africanas tienen que cumplir sus promesas de ayuda para África, según decía el ‘African Monitor’ el 29 de mayo. «las promesas para África ya están hechas. Ahora es la hora de actuar», decía el presidente del ‘African Monitor’, el arzobispo anglicano, Njongonkulu Ndungane, en Johannesburgo el día 29.

Un estudio del ‘African Monitor’ ha averiguado que la ayuda a África ha sido estática desde 2005, a pesar de las promesas de los países donantes de duplicar sus esfuerzos por el continente. Se prevé que la ayuda disminuya en 2007 y 2008. «El apoyo de los donantes a la agricultura y el desarrollo rural ha decrecido en los dos últimos años», afirma Ndungane, «Mientras que los gobiernos africanos han priorizado el gasto en agricultura, ellos tampoco han alcanzado el objetivo de aumentar el gasto en agricultura hasta el 10 % del presupuesto general».

Ndungane asegura que la quiebra de la ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio, ha paralizado las negociaciones sobre comercio internacional, que está influenciado contra los países en desarrollo y restringe el acceso a los mercados a los países africanos.

Mientras que el índice de crecimiento africano ha sido impresionante en los últimos dos años, esto no ha derivado hacia mejoras en las condiciones socioeconómicas de los pobres, ya que la pobreza sigue en aumento. «Pedimos a los países donantes, como los del G8, la Unión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, incluidas las Instituciones de los Gobiernos Africanos, como la Unión Africana y el NEPAD (El nuevo Partenariado para el desarrollo africano), que se atengas a las promesas de dar una ayuda efectiva y acelerada al continente», añade.

Las promesas del G8

El G8, que ha estado siempre a la cabeza en hacer promesas de ayuda a África, una vez más, ha prometido poner África en su agenda cuando se reúna en su encuentro anual, en Alemania.

Ndungane, dice que el G8 ya ha fracasado en lograr los objetivos que se marcó en 2005, en Gleneagles, Escocia, de destinar a todos los países africanos el 0,7 % de su producto interior bruto, para el desarrollo. En lugar de eso, está enviando el 55 % de la ayuda solamente a Nigeria, Etiopía, Sudán, la República Democrática del Congo, Tanzania, Congo, Mozambique, Uganda, Ghana y Zambia.

«Estos son los 10 países más queridos por los donantes, en África, ¿que por qué?, usted sabrá tanto como yo. Si quieren que la ayuda sea eficaz en África, el G8 debe dejar de favorecer a ciertos países y apostar por el desarrollo en todos los países del continente», sentencia el arzobispo, quien añade otra razón para el estancamiento de la ayuda en África, y esta es que los donantes quieren imponer ciertas condiciones, a la fuerza, a los países africanos para que adopten sus políticas, antes de concederles sus ayudas. «Las condiciones impuestas a los países africanos obstaculizan el desarrollo del continente». Si las organizaciones como el G8 se tomasen en serio la erradicación de la pobreza en África, deberían abolir la tarifas y ampliar el acceso al mercado de los países africanos, para que pudieran participar en el comercio mundial. «Al final del día, el comercio es la única manera de que África salga del atolladero de la pobreza», afirma Ndungane, «Estaremos pendientes de la cumbre del G8, y esperamos que este año empiecen a cumplir sus promesas», concluye el arzobispo.

Se ha dicho que el Primer Ministro británico, Tony Blair afirmaba que quería utilizar su viaje de despedida a África, para incitar a las naciones ricas en el encuentro del G8 para que se concentren en África y presionen para lograr un acuerdo de mercado mundial. Blair esperaba que el G8 reafirmase los generosos compromisos sobre la deuda y la ayuda que hizo en el encuentro de Gleneagles, y que además hagan nuevas promesas sobre educación y SIDA.