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“Estados Unidos admite que está activamente implicado en un esfuerzo de cambio de régimen”

Zimbabwe y la batalla de las ideas

Fuentes: Black Agenda Report

Traducido para Rebelión por Jesus María y Mariola García Pedrajas

Los revolucionarios cubanos con frecuencia señalan la importancia de lo que llaman la «batalla de las ideas» y explican como «las ideas tienen más valor que las armas.» Es razonable pensar por lo tanto que el objetivo de tales batallas es ganar los corazones y las mentes de la gente. Puesto que el llamado Mundo Occidental domina actualmente los métodos de información más sofisticados y omnipresentes la gente debería examinar cuidadosamente las ideas promocionadas y popularizadas por tales fuentes. Eso significa que nunca deberíamos dar por sentado nada de lo que leemos o escuchamos y solo la mitad de lo que vemos.

El 11 de septiembre de este año dos partidos rivales de Zimbabwe, La Unión Nacional Africana de Zimbabwe – Frente Patriótico (ZANU-PF) y el Movimiento para un Cambio Democrático (MDC-T, una facción de éste liderada por el candidato presidencial Morgan Tsvangiria) firmaron un acuerdo para compartir el poder que detalla varios puntos críticos. Algunos de esos puntos que es importante destacar son:

– Reafirma el principio de la Carta de las Naciones Unidas de no interferencia en los asuntos internos de los miembros (estados/naciones);

– Acuerda que nadie de fuera tiene el derecho de hacer un llamado o campaña a favor de un cambio de régimen en Zimbabwe;

-Hace un llamado a los gobiernos que son la sede y/o financian estaciones de radio exteriores que emiten en Zimbabwe a cesar tales actividades; (que son ilegales de acuerdo con las leyes internaciones pero que Estados Unidos patrocina y ha patrocinado en varios lugares)

-Acepta la irreversibilidad de la adquisición y redistribución de tierras;

-Acuerda hacer un llamado al gobierno de Reino Unido para que acepte la responsabilidad principal de pagar compensaciones por las tierras adquiridas de anteriores propietarios para reasentamientos;

-Reconoce la consiguiente contribución del aislamiento financiero y económico occidental al avance del declive de la economía; y

-Acuerda que se levante cualquier forma de medidas y sanciones en contra de Zimbabwe.

Aquellos que no lean este acuerdo y solo lo entiendan a través de la telaraña de ideas corruptas tejidas por las fuentes del mundo occidental y las fuentes apoyadas por occidente es seguro que malinterpretarán a Zimbabwe. Es seguro que malinterpretarán los elementos en contienda en esta particular batalla de ideas y qué los motiva. Malcolm X llamó a esto ser «embaucado.»

«Diplomáticos estadounidenses y británicos han confirmado a Business Day que su consejo a Tsvangirai ha sido que no firme el borrador del acuerdo.»

Actualmente es común escuchar posiciones de rechazo y duda respecto al acuerdo de unidad en un momento en que una confianza entusiasta sería una posición mucho más constructiva y concienzuda. Esta renuencia se atribuye mayormente a la presunta imposibilidad de confiar en un «ZANU-PF represivo» del que se dice que se aferra al poder por el simple poder. Estas nociones no se han reafirmado sin el correspondiente y más que dudoso telón de fondo.

Lo que es más, el acuerdo histórico para la unidad nacional no nació sin el típico intento de interferencia extranjera. «Diplomáticos estadounidenses y británicos han confirmado a Business Day que su consejo a Tsvangirai ha sido que no firme el borrador del acuerdo y que negocie para obtener más poder. Sus gobiernos – que se están preparando para proveer ayuda para una nueva administración – no apoyarían ningún acuerdo en el cual Mugabe retuviera el poder, dijeron.» Esto explica por qué, tras firmar la formación del MDC liderada por Arthur Mutambara 13 acuerdos con el ZANU-PF, Tsvangirai se retiró abruptamente de las conversaciones facilitadas por Sudáfrica. Solo volvió tras darse cuenta de que su persistencia podría llevarle a perder su derecho a desempeñar algún papel en el nuevo gobierno.

El telón de fondo

La idea de que un autoritario Mugabe asumió la presidencia de Zimbabwe en una elección sin oposición en 2008 domina el pensamiento desde los conservadores a los liberales. «Sin oposición» significa suponer un proceso antidemocrático donde el electorado tenía solo una opción, Robert Gabriel Mugabe. También nos bombardean con la idea de que una campaña de violencia apoyada por el estado, equivalente a la que siguió a las elecciones en Kenia en diciembre de 2007, precedió la segunda vuelta de las elecciones en Zimbabwe para intimidar a su gente y que sintieran que incluso el secreto del voto no era suficiente para expresar su voluntad. Estas historias son repetidas como loros por analistas políticos «de izquierdas» y activistas respetados por su ideales «progresistas» y «democráticos». El objetivo aparente de estas ideas es popularizar la aceptación de un cambio de régimen en Zimbabwe.

Cuando se trata de Zimbabwe, los gobiernos imperialistas, los medios ya sea corporativos o liberales y las llamadas organizaciones de apoyo a África, todos refuerzan el mismo mensaje simple. Estas narrativas sin embargo, descuidan la naturaleza intrincada de los eventos en Zimbabwe y el telón de fondo real en el cual tienen lugar. Este artículo deconstruirá la esencia y los métodos de la propaganda imperialista en contra de Zimbabwe diseccionando la desinformación en dos artículos considerados como visiones/fuentes progresistas: Dictaduras africanas y doble rasero, por Stephen Zunes, y Votos frente a balas en Kenia y Zimbabwe, por Briggs Bomba.

Comparación burda

El artículo de Bomba compara burdamente las elecciones de Zimbabwe y Kenia. Primero el autor no consigue aclarar que las tensiones étnicas manipuladas entre los Kikuyu frente a los Luo y otros grupos fueron el centro de la situación en Kenia. Ningún factor de ese tipo desempeña un papel en Zimbabwe. La polarización en Zimbabwe es de naturaleza ideológica, dos tendencias políticas opuestas.

Bomba, zimbabuense, engaña a los lectores sobre la situación en su país insinuando que hubo «una oposición victoriosa» en las elecciones presidenciales del 29 de marzo a pesar de que la constitución del país requiere que un candidato gane más del 50% de los votos para salir victorioso y ni Morgan Tsvangirai del MDC-T ni Robert Mugabe del ZANU PF lo consiguieron. Aunque siempre se pinta una imagen de Mugabe como un líder muy impopular recibió el 43% de los votos el 29 de marzo, solo un 4% menos que Tsvangirai. Lo que es más, el candidato que recibió más votos en la necesaria segunda vuelta del 27 de junio fue Robert Mugabe, 2.150.269 votos frente a 233.000 (un 85.5% frente a un 9.3% de los votos). Sí, el autor cuenta con que sus lectores aceptan la premisa falsa pero comúnmente repetida de que la segunda vuelta fue sin oposición debido al anuncio de Tsvangirai a los medios una semana antes de celebrarse ésta de que se retiraba de la elección. Sin embargo, Tsvangirai nunca siguió los procedimientos establecidos para rescindir su candidatura, que requieren que los candidatos lo notifiquen a la Comisión Electoral (Zimbabwe Electoral Comission, ZEC) por escrito como mínimo 21 días antes del día de las elecciones. Incluso el grandilocuente anuncio a los medios fue después de esa fecha límite obligatoria, que probablemente está diseñada para prevenir que los candidatos saboteen una elección en curso precisamente de esa forma. Sin mencionar además que la segunda vuelta del 27 de junio incluía también la elección para tres vacantes en el Congreso, elección en la cual el MDC-T de Tsvangirai continuó participando y aceptó su victoria para una de las vacantes. Por lo tanto, contrariamente a la versión consistentemente difundida por los medios ésta no fue una elección sin oposición. Todo el asunto de la retirada de las elecciones fue claramente una farsa de un candidato (con instrucciones de sus amos occidentales) que no estaba seguro de tener éxito en la segunda vuelta.

Vuelco electoral

Permitirme divagar alejándome del artículo de Bomba por un momento. Porque es lógico preguntarse, ¿que pudo haber hecho cambiar al electorado para que Mugabe recibiera 1.106,818 votos más en junio que en marzo y para que Tsvangirai recibiera 936.860 menos? Ésta es una cuestión importante.

Primero estaba el hecho de que el MDC-T anunció falsamente su victoria a la presidencia, reclamando que habían recibido más del 50% de los votos el 29 de marzo, aunque sus propias cifras mostraban que no era así. Y siguieron cambiando sus afirmaciones de cifras tales como 58%, al 53% para bajar al 50,3% o algo así. Estos anuncios eran además una violación de la ley ya que la ZEC es la única entidad autorizada para hacer el anuncio oficial. El MDC-T estuvo de acuerdo con esta ley de forma expresa en vista de la situación en Kenia. Por lo tanto la gente pudo tomar esta violación de la ley como deshonesta y un intento de incitar a los ciudadanos a la violencia.

Después estuvo la forma en que el MDC-T y los países occidentales trataron el retraso de la ZEC en hacer públicos los resultados del 29 de marzo. Gordon Brown de Gran Bretaña y Condoleeza Rice de Estados Unidos se dedicaban a exigir que se hicieran públicos los resultados de forma inmediata en vez de enfatizar la importancia de que éstos fueran precisos. No se dejó claro al mundo lo que los zimbabuenses ya sabían. Esta era la primera vez que el país estaba celebrando «elecciones harmonizadas», lo que significa elecciones no solo para la Presidencia sino para el Parlamento, Senado y en muchas municipalidades para la alcaldía, etc. Por supuesto esto hacía que se tardara más tiempo en contar y surgieran retos imprevistos y por lo que había pasado en Kenia, la ZEC fue especialmente cuidadosa para asegurarse que los resultados eran exactos. En vez de dejar esto claro el MDC continuó afirmando en los medios de comunicación internacionales que la ZEC era una extensión del partido ZANU-PF en el poder y que el retraso era un intento de amañar los resultados. Sin embargo, el 50% de los miembros de la ZEC son de hecho designados por el partido de la oposición de acuerdo con las pautas electorales de la Comunidad del Desarrollo de África del Sur (Southern African Development Community, SADC), por lo tanto era deshonesto decir que son una extensión del ZANU-PF.

«La ZEC fue especialmente cuidadosa para asegurarse que todos los conteos eran exactos.»

Otra cosa que retrasó los resultados y pudo haber tenido un impacto en como el electorado votó en junio fue que algunos funcionarios de la ZEC fueron pillados manipulando los resultados a favor de la oposición. Esto hizo que el ZANU-PF pidiera recuentos de votos y más tarde algunos de MDC también. El frenesí de los medios de comunicación cómplices no hizo más que empeorar el asunto. ¿Cuántos de nosotros ha escuchado la historia, que fue portada del New York Times, respaldada por una foto del niño de 11 meses cuyas piernecitas habían sido destrozadas por los brutos del ZANU-PF que buscaban aterrorizar a las oposición durante el periodo previo a la segunda vuelta? De los que escucharon la historia, pocos se enteraron de lo que la mayoría de los zimbabuenses supieron muy pronto, que la historia era una completa mentira.

Hubo tantos intentos de desacreditar las elecciones que uno podía fácilmente no enterarse de informaciones sobre el despliegue de jóvenes que pertenecían en realidad al MDC-T ataviados para hacerse pasar por miembros del ZANU-PF que aterrorizaban a su propia gente. Esto parece más creíble que, a la vez que negaba al mundo que estuviera usando la violencia, el ZANU-PF desplegara gente ataviada de forma que los identificara tan claramente. Por otra parte, atacar a sus propios miembros no es algo tan alejado del carácter del MDC, como Trudy Stevenson puede atestiguar.

En el periodo anterior a la segunda vuelta hubo también un incidente extremadamente sospechoso cuando funcionarios de la embajada de Estados Unidos cogieron a policías de Zimbabwe tras una persecución a gran velocidad después de haber sido descubiertos en un área en la que no estaban autorizados para estar. Se descubrió finalmente que los «diplomáticos» estaban en una reunión con miembros del MDC-T.

Fue en el contexto mencionado más arriba en el que el ZANU-PF lanzó su campaña para ganar más apoyo en la segunda vuelta. A esa campaña ayudó también el comportamiento de Tsvangirai, el cual pidió más intervención extranjera. Tsvangirai estaba cortejando el apoyo mundial en un tiempo en el que tendría que haber estado hacienda campaña dentro del país, y ninguna de sus paradas en busca de apoyo fue ni siquiera en un país africano. ¿Si fueras zimbabuense, votarías por él? Miembros de su propio partido decían que debería volver a Zimbabwe. Se dijo incluso que el embajador de Estados Unidos en Zimbabwe, James McGee tuvo que dar instrucciones a Tsvangirai para que volviera a su país porque estaba dilapidando su credibilidad.

Entonces para rematar el asunto, una vez en el país, en un intento dramático para ganar simpatía y desacreditar la segunda vuelta de las elecciones Tsvangirai pretendió que su vida estaba en peligro y se «refugió» en la embajada holandesa de Zimbabwe, ¡de todos los lugares! Cualquiera que conozca la historia de los holandeses en Sudáfrica de los que son descendientes los Boers comprende por qué eso puede haberle hecho a Tsvangirai perder votos. Pero por alguna razón Bomba quiere insistir en que la oposición fue o incluso puede ser victoriosa bajo tales circunstancias.

Más falta de contexto

De vuelta a la comparación de Kenia y Zimbabwe de Bomba, éste pregunta retóricamente, «En la batalla de los votos frente a las balas, ¿puede celebrarse una contienda justa?» Bomba ignora con esto el hecho de que el MDC-T tiene todo el peso de las fuerzas más poderosamente siniestras del mundo de su lado, el imperialismo inclinando las escalas políticas a su favor. Puesto que la situación de Zimbabwe es completamente distinta a la de Kenia, las preguntas retóricas de Bomba deberían ser más como las preguntas basadas en hechos del columnista Stephen Gowans en su concienzudo artículo, Zimbabwe en guerra: «¿Debería una elección llevarse a cabo cuando un país está sometido a sanciones y se ha dejado claro al electorado que las sanciones se levantarán si el partido de la oposición es elegido?»

«¿Debería permitírsele operar libremente a un partido político que es la creación, y está financiado, por fuerzas extranjeras hostiles, y cuyo programa es alzar el pestillo de la puerta desde dentro para permitir la libre entrada a poderes extranjeros para que establezcan un gobierno neo-colonial?»

«¿Deberían los líderes de un movimiento de oposición que recibe dinero de poderes extranjeros hostiles y que han dejado clara su intención de derrocar al gobierno por cualquier medio disponible ser acusados de traición»?

«El MDC-T tiene todo el peso de las fuerzas más poderosamente siniestras del mundo de su lado, el imperialismo inclinando las escalas políticas a su favor.»

Como es zimbabuense, quizás Bomba no entiende que semejante situación no sería jamás ni remotamente tolerada en Estados Unidos. Los líderes de cualquier partido en Estados Unidos que tuvieran el tipo de relación con gobiernos extranjeros que tiene el MDC con Gran Bretaña y Estados Unidos serían intensamente vilipendiados e inmediatamente encarcelados por traición.

Bomba también engaña a sus lectores apuntando que la SADC adoptó los «Principios y Pautas que Gobiernan las Elecciones Democráticas» destinados a «aumentar la transparencia y credibilidad de elecciones y gobiernos democráticos a la vez que se asegura la aceptación de los resultados por parte de los partidos en la contienda». Pero después omitiendo que Zimbabwe fue el primer país miembro de la SADC que implementó estas pautas en 2005 y que observadores de la SADC y de otros organismos han aprobado las elecciones de Zimbabwe en conformidad con estas pautas.

Piel de cordero

Bomba trata de reforzar la fe en el desarrollo de una «sociedad civil independiente» en África, donde independiente significa organizaciones sin lealtad a los gobiernos africanos. Mirado superficialmente esto puede parecer apropiado pero hay numerosas razones para ser escéptico con esta idea, particularmente considerando cómo de «independiente» esta sociedad civil puede ser realmente. Por ejemplo está el hecho de que durante décadas gobiernos imperialistas han usado organizaciones de la sociedad civil en otros países para implementar objetivos de políticas extranjeras inmorales proveyéndolas de financiación y directrices que disfrazan como «asistencia técnica». Una referencia muy reveladora es un artículo del antiguo agente de la CIA Philip Agee, llamado Terrorismo y sociedad civil como instrumentos de la política de Estados Unidos en Cuba. Agee señala que los hechos de 1979 en varios países, incluyendo Zimbabwe, fueron el ímpetu para que Estados Unidos creara la Fundación Política Americana para explorar las formas en que Estados Unidos pudiera explotar la sociedad civil en otros países para sus propios fines. Agee pasa a explicar como esto empezó a determinar las agendas de la USAID y finalmente llevó a la creación de la NED (Nacional Endowment for Democracy) en 1983. Ahora la NED financia abiertamente actividades que fueron en otro tiempo operaciones encubiertas de la CIA.

Bomba debería pensar en las palabras de T.A. Raheem, Secretario General del Movimiento Panafricano radicado en Uganda cuando dijo: «¿Por qué es «apropiado» que ONGs africanas estén financiadas por gobiernos no africanos y es «inapropiado» si son financiadas por gobiernos africanos? La impresión que se difunde es que de alguna manera los gobiernos europeos están más interesados en (el buen gobierno) que sus homólogos africanos. ¿Por qué nuestro futuro debería basarse en la (telescópica e hipócrita) buena voluntad de los contribuyentes europeos y americanos?….¿Por qué a las ONGs u organizaciones de la sociedad civil que se relacionan bien con nuestros gobiernos o incluso reciben algún apoyo de ellos se las ve como «politizadas» o «marionetas» mientras que aquellas dependientes de los gobiernos occidentales son por ese mismo hecho «independientes»? ¿Quién está engañando a quien?»

Con las mismas palabras Bomba acusa a la judicatura en Zimbabwe de estar dominada por «partidarios del régimen» pero si eso fuera verdad Tsvangirai estaría en prisión ahora mismo por su complot para llevar a cabo un golpe de estado contra el gobierno y asesinar a Mugabe. Y uno podría hacer una lista de otras sentencias judiciales que han favorecido a la oposición en formas que refutan totalmente esta aseveración.

«La impresión que se difunde es que de alguna manera los gobiernos europeos están más interesados en (el buen gobierno) que sus homólogos africanos.»

El artículo de Bomba está lleno de acusaciones contra el gobierno de Zimbabwe pero no aporta pruebas para ninguna de ellas. En un párrafo claramente usa incidentes ocurridos en Kenia para vilipendiar a Zimbabwe. Hace la afirmación carente de pruebas de que «el ejército de Zimbabwe, la policía y los servicios secretos se fusionaron con la maquinaria de campaña violenta del gobernante ZANU PF». Después pasa a referirse a incidentes en Kenia donde «la policía se mantuvo en el lado del Presidente Kibaki y masacró brutalmente cientos de activistas de la oposición en las protestas que siguieron a la disputada elección.» Este es un movimiento destinado a que los lectores asuman que incidentes similares a los de las elecciones de Kenia tuvieron también lugar en Zimbabwe cuando en realidad no hubo ninguna información de nada parecido. Es instructivo notar aquí que mientras que el número de muertos en Kenia tras las elecciones alcanzó los 5000 aproximadamente, no ha habido más de 100 muertes post-electorales en Zimbabwe y la policía incluso ha retado públicamente a los acusadores de la oposición para que aporten pruebas de que todos esos asesinatos tuvieron lugar. Hasta el momento la oposición no ha presentado tales pruebas.

La única diferencia entre Kenia y Zimbabwe que el autor se molesta en identificar no es tampoco exactamente verdad. Bombas dice «en Kenia, al contrario que en Zimbabwe, la oposición usa movilizaciones masivas y amenazas de parálisis económica total para afianzar su poder….» Pero es que la oposición en Zimbabwe intentó una movilización de este tipo en abril de 2008, para simplemente fracasar en la obtención de apoyo «masivo». El propio aparato de propaganda imperialista de Estados Unidos La Voz de América (VOA), que favorece de forma consistente a la oposición admitió incluso en un informe del 15 de abril que la huelga «fue en gran parte ignorada por los zimbabuenses, la mayoría de los cuales se presentaron a trabajar el martes.» Esta no es la primera vez que la gente ignora tales llamados. La oposición en Zimbabwe, incluyendo el Congreso de Sindicatos de Zimbabwe, hacen frecuentes llamados a la huelga que pasan «en su mayor parte ignorados».

Hay demasiadas contradicciones en el artículo de Bomba para tratarlas todas. Esto ocurre cuando una premisa ideológica es tan errónea. La suya es una premisa que ignora la naturaleza de los intereses y políticas de Estados Unidos-Gran Bretaña en África, cuando hace referencias estrambóticas al «acceso» y «presión diplomática» que los salvadores de occidente no tienen con Mugabe de forma que puedan ayudar a enderezar las cosas en Zimbabwe. Subestima la «interferencia» de los poderes occidentales en Zimbabwe diciendo que «no siempre ayuda», y aboga por una «intervención equilibrada» y es cuidadoso en «no decir que occidente no tiene ningún papel que jugar.»

«Estados Unidos y Gran Bretaña querían la opción de jugar la carta del fraude cuando los resultados no les favorecieran.»

«En Kenia,» dice Bomba, «los Estados Unidos, Gran Bretaña, la AU, y otros actores en la comunidad internacional jugaron un papel fundamental en promover el acuerdo para compartir el poder…» Pasa por alto el hecho de que en Kenia Estados Unidos y Gran Bretaña no están metidos en sus manejos de cambio de régimen y se sienten cómodos con que sus intereses en África están seguros tanto si está Kibaki en el poder como si es Odinga. Incluso habían extendido felicitaciones prematuras a Kibaki por su «victoria electoral» teniendo que rescindirlas dos días después una vez que se supo de las discrepancias en los resultados y empezaron los disturbios. En Zimbabwe por otro lado tanto Estados Unidos como Gran Bretaña han estado obsesionados con el resultado de las elecciones desde el año 2000. Las han condenado consistentemente como amañadas incluso antes de que tuvieran lugar. Esto ha ocurrido únicamente porque las perspectivas de victoria de su favorecido MDC no les parecían suficientemente buenas y querían la opción de jugar la carta del fraude cuando los resultados no les favorecieran.

Bomba dice, «La respuesta de Mugabe a la diplomacia aislacionista de «patio de colegio» de Gran Bretaña ha sido arrojar sus juguetes y actuar como si no le importara.» Estoy perdido a la hora de ver cuales de las acciones de Mugabe encajan en esta analogía pero más elocuentemente aún, ¿a que diplomacia se refiere? Los Estados Unidos y Gran Bretaña han dejado claro que no aceptarán nada que no sea el cambio de régimen en Zimbabwe. No hay nada diplomático en esto. Esto no son acusaciones sin fundamento de Mugabe. Hay pronunciamientos públicos al respecto de los propios Estados Unidos y Gran Bretaña.

Ideas liberadoras

Una ideología africana revolucionaria reconoce que ahora es más importante que nunca impulsar una solución totalmente africana, una guerra continental en contra del neo-colonialismo. No importa con que valentía la gente de Zimbabwe resista a los imperialistas, se trata de un intrincado sistema global que no puede ser derrotado por un único microestado, o incluso una alianza de microestados como la SADC, ECOWAS, COMESA, etc. Los africanos deben ayudarse unos a otros a reconocer a escala masiva la necesidad vital de una integración total del continente, bajo un gobierno socialista. Ninguna otra cosa funcionará y es una pérdida total de tiempo.

Kwame Nkrumah entendió esto claramente cuando enfatizó la necesidad de un gobierno de unión completamente africano, sindicatos completamente africanos, federaciones de mujeres y estudiantes, un ejército totalmente africano y un frente unido de organizaciones políticas completamente africano. A demasiados de nosotros se nos llena la boca con la unidad africana mientras que la sustituimos por alianzas con los llamados partidarios de África, con asociaciones poco precisas de base regional de jefes de estado y gobierno, con frentes unidos de africanos que carecen de ningún principio revolucionario serio, y similares.

«Bomba excusa totalmente los esfuerzos desestabilizadores de Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea en contra de su propio país.»

Con semejante movimiento revitalizado de abajo hacia arriba, África puede establecer un sistema monetario panafricano con una moneda uniforme, al contrario del Banco para el Desarrollo Africano controlado por los imperialistas. Necesitamos un sistema de telecomunicaciones panafricano que sirva al continente de forma muy similar al TeleSUR de Latinoamérica y un sistema de transporte continental que ayude a facilitar el comercio, el desarrollo económico y los intercambios culturales y sociales que son los intereses primeros y más importantes de todo el pueblo africano. Estas cosas pueden hacerse pero no mientras una ideología derrotista dependiente domine a la gente.

Bomba ve la falta de credibilidad de Estados Unidos minada simplemente por las prácticas de la actual administración en vez de como el resultado de la historia y naturaleza del imperialismo, demostrados incluso por sus políticas internas. ¿Olvida que, como Rodesia Estados Unidos es un país de colonos, el cual hasta el día de hoy continúa privando de sus derechos a la población indígena? ¿Qué sobre el hecho de que haya represión policial de africanos (negros) y latinos y represión política de activistas por la justicia social? Hay no menos de 70 prisioneros políticos en los Estados Unidos, algunos de ellos encarcelados mucho antes de que Zimbabwe consiguiera su independencia. El proceso electoral de Estados Unidos quita el derecho al voto a la gente de color y a los pobres. Bomba también reduce la crítica a la política exterior de Estados Unidos a «una desacreditada guerra de Irak» y su «apoyo a dictadores favorecidos,» pero ignora la multitud de crímenes más allá de la administración Bush, tales como otras invasiones militares, derrocamiento de líderes elegidos democráticamente y exacerbación de guerras devastadores. Esta lista incluye Corea, Cuba, Congo, Ghana, Vietnam, Angola, Chile, Iran, Grenada, Nicaragua, El Salvador, Panamá, Afganistán, y la lista sigue y sigue.

No puedo entender por qué Bomba excusa totalmente los esfuerzos de desestabilización de Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea en contra de su propio país en la forma de sanciones económicas omnipresentes designadas para estrangular su país y obligarlo a someterse, operaciones encubiertas usando provocadores, y propaganda sofisticada que perpetúa la desinformación, medias verdades y auténticas mentiras contra Zimbabwe. Nada de esto es aplicable a Kenia, ni es un secreto si se hace un poco de investigación.

El doble rasero de Zunes

Stephen Zunes trata de ser más sofisticado en su artículo, Dictaduras africanas y doble rasero. Está claro que Zunes no quiere que se le asocie con la práctica común de demonizar a Zimbabwe mientras que se pasa por alto a los gobiernos neo-coloniales de Estados Unidos en África. Sin embargo, su reducción de la política exterior de Estados Unidos con respecto a Zimbabwe a meras condenas tiene repercusiones igualmente graves. Como se ha apuntado más arriba Estados Unidos admite su activa implicación en esfuerzos de cambio de régimen. El 5 de abril de 2007 fue otra ocasión en la que el Departamento de Estado de Estados Unidos declaró públicamente que, entre varias medidas, estaba trabajando para «desacreditar al gobierno de Mugabe.» Hechos que tanto Zunes como Bomba ignoran. Ningún análisis honesto de política externa puede ignorar tales hechos.

Que Zunes diga que el gobierno de Estados Unidos «ha criticado justificadamente al régimen de Zimbabwe del liberador tornado en dictador Robert Mugabe» es como decir que el mismo gobierno que apoyó el régimen de apartheid racista de Ian Smith en Rodesia del Sur antes de que se convirtiera en Zimbabwe y ese mismo gobierno que conspiró para asesinar a Patrice Lumumba, derrocó a Kwame Nkrumah, bombardeó Libia, orquestó incontables golpes de estado en contra de gobiernos legítimos elegidos democráticamente en África y otras partes del mundo, y es actualmente responsable de la segunda mayor crisis de refugiados de la historia con sus acciones en Irak y Afganistán, se vuelve altruista cuando se refiere a Zimbabwe. Estados Unidos también tiene mucho que ver con la mayor crisis de refugiados palestinos que fueron testigos de la creación de Israel a expensas de Palestina y la ocupación de los territorios adyacentes.

«Zunes parece minimizar la naturaleza de las sanciones de Estados Unidos contra Zimbabwe.»

Zunes elogia a la administración Bush por unirse a lo que él llama «una resolución unánime del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenando la campaña de violencia desencadenada en contra de los activistas pro-democracia y llamando a un incremento de las sanciones diplomáticas….» Una corrección: La administración Bush no se «unió» a nada sino que colaboró con Gran Bretaña para conseguir que otros se unieran a ellos. En la manera típica en su comentario Zunes se guarda de señalar que la violencia en el país se ha determinado como proveniente de los «partidarios» de «ambos bandos» y aparte de meras acusaciones sin probar aunque repetidas una y otra vez por la oposición, ninguna de esta violencia se ha confirmado que esté precipitada o instigada por el gobierno de Mugabe. La policía de Zimbabwe arrestó a partidarios de ambos partidos por violencia políticamente motivada. De hecho el propio Mugabe reprendió públicamente a los partidarios del ZANU-PF que perpetraron actos de violencia (Zimbabwe Sunday Mail, 18 de mayor, 2008), mientras que el aspirante presidencial Tsvangiria y el secretario general de su partido Tendai Biti han hecho públicamente lo contrario (BBC, 30 de septiembre, 2000 y Washington Post, 16 de mayo, 2008)

De forma similar a la «diplomacia aislacionista» de Bomba, Zunes parece minimizar la naturaleza de las sanciones de Estados Unidos contra Zimbabwe cuando se refiere a ellas como «sanciones diplomáticas.» No veo ninguna otra razón para poner esas dos palabras juntas al menos que el autor esté intentando ayudar a promover la falsedad de que las sanciones en contra de Zimbabwe se limitan a los viajes de ciertos funcionarios del gobierno de Zimbabwe. Las sanciones de Estados Unidos en contra de Zimbabwe (junto con las de Gran Bretaña y la Unión Europea) trazan explícitamente estipulaciones diseñadas para dañar la economía negando cualquier extensión de créditos al gobierno o cualquier asistencia a la balanza de pagos por las instituciones financieras internacionales. Además disuaden activamente de la inversión en, o el comercio con el país. Estas medidas han tenido efectos devastadores sobre los ciudadanos comunes de Zimbabwe, un hecho que Zunes y Bomba consistentemente ignoran en su análisis. Lo que pasa normalmente es que los síntomas de estas sanciones se atribuyen a «la mala gestión económica de Mugabe.»

Raramente alguien hace preguntas escudriñadoras como las del periodista ugandés, Timorthy Kalyegira: «Antes de que el gobierno de Mugabe empezara a expropiar a los agricultores blancos en 2000, este gobierno mantuvo la inflación al 5%, 8% (o al 11% en años difíciles) ¿Como, entonces, un país con los mismos factores y líderes de 1980 al 2000 de pronto (porque los agricultores comerciales blancos han sido expropiados) ve la inflación dispararse a niveles de record mundial en el espacio de solo 6 años empezando en el año 2000? ¿Y como es que un país estable como Zimbabwe tiene una tasa de inflación 1500 veces superior a la de Somalia, un país sin un gobierno desde 1991?»

Es importante hacer notar que esta resolución de incrementar las sanciones, la cual Zunes elogia como unánime, de hecho no fue aprobada en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dejando a los gobiernos indiscutiblemente racistas de Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea ejecutar sus propias sanciones. ¡Y este es el llamado carácter unánime de la resolución!

Zunes distorsiona la esencia del doble rasero de Estados Unidos con respecto a Guinea Ecuatorial y Zimbabwe presentándolo solo como el resultado del hecho de que Estados Unidos quiere el petróleo de Guinea Ecuatorial, como si no quisiera nada de Zimbabwe aparte de democracia y derechos humanos. La reciente agresión del imperialismo contra Zimbabwe se debe a la confiscación por parte del gobierno del ZANU-PF de tierras de la minoría de colonos blancos en vistas del descontento de una mayoría africana privada de sus derechos. También tiene que ver con movimientos por parte de Zimbabwe para empezar a controlar sus recursos naturales mineros y su repudio de los Programas Económicos de Ajuste Estructural del Banco Mundial/Fondo Monetario Internacional. Éstas son omisiones reveladores por parte de un analista de política exterior.

Tácticas frente a principios

Muchos de los llamados defensores de África intentan confundir sobre el hecho de que Zimbabwe abandonó los Programas de Ajuste Estructural aduciendo que el gobierno sigue devolviendo el préstamo que recibió del Banco Mundial en 1990. Aunque esto es cierto, los Programas de Ajuste Estructural y el préstamo en sí ligado a ellos, son dos cosas separadas. Éstas son además actitudes deshonestas por parte de estos activistas puesto que la mayoría de ellos jamás han hecho un llamado a los gobiernos africanos para que rehusen devolver los préstamos. En vez de ello su trabajo en esta área es meramente tratar de convencer al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (imperialismo) de que «alivien» o «cancelen» la deuda de varios países, excepto Zimbabwe. Aunque Zimbabwe es el único país africano que ha abandonado los inmorales Programas de Ajuste Estructural, los cuales hacen los tratos con estas instituciones financieras tan dañinos, estos defensores de África nunca lo elogian por ello.

Existe otra actitud de doble rasero relacionada con esto que también explica por qué Zimbabwe está devolviendo el préstamo. Hace un par de años cuando el gobierno bolivariano de Venezuela terminó de devolver un préstamo del Banco Mundial que había heredado de un gobierno previo, muchos de estos mismos defensores de la sociedad civil lo reconocieron como destreza económica. Incluso aunque Venezuela consiguió liberarse de una situación tan odiosa, el país es aún un miembro del Banco Mundial. ¿Por qué?

Si estos detractores del ZANU-PF y Mugabe fueran honestos admitirían que el actual orden mundial capitalista pone a los países subdesarrollados o antiguas colonias entre la espada y la pared y su negativa a devolver estos préstamos expulsaría completamente a un país de la economía global. Esto se debe a que las economías del mundo no operan con dinero en efectivo. Todo es a crédito y el FMI y el Banco Mundial son los árbitros del crédito internacional. Si un país se sale del Banco Mundial está de hecho también fuera de la economía mundial. Zimbabwe ya se enfrenta a duras sanciones económicas. ¿Puede alguien imaginar a que represalias se enfrentaría el país si además de deshacerse de los Programas de Ajuste Estructural dejara de pagar el préstamo? Hay cuestiones estratégicas y tácticas. Por lo tanto pretender que es una cuestión de principios porque conviene a un argumento es deshonesto, particularmente teniendo en cuenta que esos defensores de África dedican la mayoría de sus esfuerzos a este asunto, mostrando deferencia hacia esas mismas instituciones financieras y no hacia los países bajo su yugo.

Lo mismo se aplica a por qué los activos de Oppenheimer en Zimbabwe permanecen sin tocar por el momento. Algunos intentan desacreditar el proceso de reclamación de tierras en Zimbabwe señalando la enorme cantidad de tierra que aún pertenece a la familia del infame colono Ian Smith, junto con las del conglomerado internacional Oppenheimer. Sin un movimiento panafricano más fuerte Zimbabwe tiene pocas opciones excepto tolerar esto. Se puede, en esencia comparar con el hecho de que Cuba tolere la ocupación de Guantánamo por el ejercito de Estados Unidos, de hecho en violación de las leyes internacionales. Sin embargo, que Cuba hiciera algo sobre esto incitaría a una batalla que no va a favor de sus intereses en el presente. Cuando el periodista Pared Ball, en una visita a Zimbabwe preguntó al Ministro de Exteriores por qué la tierra de Oppenheimer no había sido re-asignada, se le dijo que «debido al poder de Oppenheimer en el control de una amplia variedad de recursos del petróleo al azúcar, el cobre y el trigo, podría, bien inundando el mercado con estos bienes, o bien impidiendo su llegada al mercado, destruir nuestra economía.»

De nuevo, no importa con cuanta valentía la gente de Zimbabwe o nuestra gente en cualquier otra parte de África y el mundo resista al imperialismo; es un sistema global que solo puede ser derrotado por un internacionalismo que presupone una visión panafricana como la de Kwame Nkrumah y Ahmed Sekou Ture. Debemos revitalizar la marcha hacia los Estados Unidos de África que una vez floreció en los corazones y mentes de tantos miembros políticamente conscientes de la comunidad negra.

Compañeros de cama

Zunes señala que en una visita a Estados Unidos Obiang de Guinea Ecuatorial ha sido recibido efusivamente por Cordoleeza Rice y George W. Bush pero, ¿ha tenido alguna vez Mugabe una relación tan cálida con el imperialismo? ¿En que momento de la historia puede uno señalar una ocasión en la que Mugabe se sentara con funcionarios de Estados Unidos semejantes a estos? Sin embargo, es del dominio público que el MDC-T tiene ese tipo de relación con Estados Unidos y Gran Bretaña, agentes a los que Zunes se refiere como «activistas pro-democracia». ¿Cómo afecta a la situación en Zimbabwe todo esto que Zunes tan visiblemente descuida mencionar? ¿Qué nos dice sobre su análisis de Zimbabwe? En su artículo Zunes constantemente reduce las acciones de Estados Unidos a condenas, que son meras denuncias verbales o escritas, insinuando que el factor que motiva todo esto es la necesidad de los estadounidenses de «sentirse superiores moralmente». Francamente parece como si este artículo fuera para ayudar a Zunes a sentirse superior moralmente mientras que ayuda a la desestabilización de Zimbabwe a través de la propaganda. Es decir, suplementándola con la condena de un dictador real respaldado por Estados Unidos en África. Zunes dice incluso que los benevolentes Estados Unidos no deberían esperar «a cesar primero su apoyo a Obiang y otras dictaduras africanas para unirse el resto de la comunidad internacional en su condena de la represión en Zimbabwe». Esto no es más que más basura del tipo de «la carga del hombre blanco».

Conclusión

Mientras este comentario ve la luz el Presidente de Zimbabwe Robert Mugabe estará en Nueva York para dirigirse a la Asamblea General de las Naciones Unidas reunida en su sesión número 63, y se encontrará de nuevo cara a cara con los que son no solo sus más poderosos enemigos sino también los enemigos de África y toda la gente de ascendencia africana en general. Sí, el gobierno de los Estados Unidos de América y muchos de los europeos desempeñan un papel dentro del orden mundial que los convierte en enemigos de los africanos y toda la gente oprimida. Nuestro único recurso es crear una «África con la capacidad productiva, técnica y laboral que le permita tratar todas las necesidades materiales, culturales y espirituales de la comunidad africana» y basándose en «principios colectivistas, humanistas, igualitarios y socialistas, ofrecer nuestra fuerza laboral, tecnología, habilidades y recursos al mundo.» (Folleto #1, A-APRP, GC)

No nos decantemos por la visión fácil y superficial. Teniendo en cuenta las lecciones de la historia y algunas lecciones implícitas incluso en el artículo de Zunes, si Mugabe ha estado realmente empeñado en mantenerse en el poder cueste lo que cueste (una acusación común contra él), ¿no sería más fácil y efectivo para él simplemente acceder a los intereses del imperialismo y obtener su asistencia para sofocar cualquier conflicto civil que pueda surgir en el proceso? Eso parece funcionar para Obiang y otros dictadores, ¿por qué no en Zimbabwe?

Puesto que los intereses faltos de escrúpulos de occidente, o deberíamos decir los beneficiarios del neo-colonialismo en Zimbabwe, no han desaparecido, deberíamos esperar maniobras para desbaratar y/o sabotear cualquier resultado positivo de este acuerdo de unidad. Puede que venga en la forma de ideas que pintan al ZANU-PF y Mugabe como actuando de mala fe y rompiendo el acuerdo. En cualquier caso no deberíamos esperar a ver que hacen nuestros enemigos. Este acuerdo histórico es especial en el sentido de que se consiguió sin interferencia no africana, a pesar de todos los intentos. Y es, en una forma anti-mperialista, un ejemplo de cómo los líderes de África deberían tratar las disputas en el continente.

Enlace artículo original en inglés:

http://www.blackagendareport.com/index.php?option=com_content&task=view&id=805&Itemid=1

Jesus Maria y Mariola Garcia Pedrajas son colaboradores de Rebelión. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a los traductores y la fuente.