Traducido del francés para Rebelión por Alberto Nadal
Tras un bachiller en ciencias económicas y sociales en el instituto francés laico de Rabat (Descartes) Yasmina Flaiou estudió derecho en la Universidad Mohamed V de Rabat (derecho privado) y luego hizo un máster de un año en derecho mercantil. Estudió durante cuatro años las diferentes materias relacionadas con la criminología en el IHECRIM (Instituto de Altos Estudios de Criminología) en París, una escuela que sigue la metodología del FBI. Esta escuela le ha permitido desarrollar competencias en el análisis del comportamiento, victimología, perfiles y psicocriminología. A esto añadió diferentes títulos: capacitación de coaching coactivo y desarrollo de liderazgo, así como Neuro Lingüística (entrenador master y master hypnotherapist ) y creó su empresa de consultoría que le ha permitido fundamentar su experiencia en estos diferentes campos.
Mujeres y asnos es un cómic satírico que denuncia el acoso en la calle y la depredación sexual en Marruecos. El equipo del proyecto está compuesto de Yasmina Flaiou, Abla Alami (coguionistas) y Francis Faillnet (ilustrador). En https://www.facebook.com/desfemmesetdesanes/ se pueden encontrar viñetas, videos, etc.
FS: Has contribuido a un cómic titulado Mujeres y asnos sobre el acoso sexual en Marruecos. ¿Puedes hablarnos de este problema y la razón por la que habéis decidido hablar de él? Y, ¿porqué a través de un animal, el asno?
YS: El cómic todavía no se ha publicado. Hemos querido analizar antes las reacciones de las y los internautas marroquíes subiendo algunas viñetas a nuestras páginas Facebook e Instagram así como a nuestro canal Youtube. Mantenemos la burla publicando regularmente ilustraciones con las reacciones o comentarios (sacados de nuestras páginas y por tanto auténticos) de mujeres y de hombres feministas así como de «asnos» (a veces agresivos o de mala fe) mientras elegimos un editor entre las diferentes ofertas recibidas. Hemos decidido hablar de ello porque a lo largo de los años es un fenómeno que ha tomado amplitud y ha revestido, con el auge de los (movimientos) islamistas, una nueva forma. Es el acoso de antes más un acoso inquisidor para las que son vistas como tentadoras, las que no llevan ropas suficientemente púdicas a sus ojos. Hemos elegido «mujeres» para devolver su título a la mujer que es percibida por esos hombres como un objeto de uso y «asnos» porque en Marruecos es el insulto supremo. Una forma de hacer reaccionar a la sociedad ante este comportamiento inadmisible.
FS: En un artículo sobre el feminismo en Marruecos he leído la siguiente frase: «El hombre en Marruecos se siente amenazado por la mera presencia de la mujer en el espacio público». ¿Qué piensas de esto?
YS: Si, efectivamente, el hombre marroquí vive la presencia de la mujer en el espacio público casi como una agresión: el adoctrinamiento patriarcal es tan fuerte que el hombre tiene dificultades para aceptar a las mujeres libres. Para muchos, la mujer está ahí para casarse, tener hijos y ocuparse de su marido y de su progenitura… En su opinión, esa es la única mujer «honrada». Las demás son consideradas a menudo como rameras, mujeres fáciles o mujeres que salen para atraer y provocar a los hombres. La mujer libre es una amenaza para él pues viene a medirse con él en un espacio público que piensa le es exclusivo. Es una violación de su propiedad privada: ¡piensa que es normal y está en su derecho el agredir a su vez a las «intrusas»!
FS: En Francia las mujeres se desplazan en el espacio público con auriculares, evitan ciertas calles o barrios para intentar escapar al acoso callejero. ¿Cuáles son las estrategias utilizadas por las mujeres en Marruecos?
YS: El acoso es de tal magnitud en Marruecos (por hablar de nuestras experiencias personales), que bajamos a menudo la cabeza y andamos pegadas a las paredes, apretando el paso e ignorándolos. Es a veces muy aterrador en la medida en que no se sabe ante qué tipo de hombre nos encontramos. Pueden tocarnos o reaccionar violentamente si respondemos. Evitamos las calles vacías o salir solas. Nos vestimos en función de los barrios que visitamos para evitar atraer la atención, algo que nos parece inadmisible.
FS: Cada vez hay más mujeres con velo en Marruecos. ¿Llevar el velo permite escapar al acoso sexual?
YF: Absolutamente no. Sí es cierto que los hombres se otorgan prácticamente derecho a poseer a las jóvenes o mujeres que no llevan velo (pues para muchos una mujer que muestra su carne o se viste ajustada puede gustarles, pero la ven como una chica alegre), las mujeres con velo no se libran. Ponemos esto a cuenta de la falta de civismo de algunos así como del hecho de que muchos tienen una obsesión que no les abandona por las mujeres y la sexualidad… No olvidamos que en las escuelas no se da ningún tipo de educación sexual y que las relaciones sexuales fuera del matrimonio están prohibidas. Para alimentar una necesidad fundamental como la sexualidad descubren el sexo a través de una pornografía a la que confunden con una sexualidad normal.
FS: ¿Hay un impacto del movimiento #metoo en Marruecos?
YF: Sí, ¡el impacto ha sido esencialmente la liberación de la palabra de las mujeres que han comenzado a expresarse! Ha habido igualmente feministas que han contribuido a liberar la palabra de las mujeres. Hay que saber que desde siempre se nos pide que en caso de acoso no respondamos. Un suplicio que las mujeres han aprendido a soportar en silencio. Finalmente en 2018 fue aprobada una ley sobre el acoso … Desgraciadamente, llega muy tarde en la medida en que es un comportamiento que forma parte de la norma social. Solo un 6 % de las mujeres denuncia, una cifra muy baja que se explica por la vergüenza, el miedo o sencillamente porque no se dan cuenta de que se trata de violencia.
FS: ¿Dicen las mujeres que trabajan fuera de su casa (lo que es aún bastante raro en Marruecos) ser víctimas de acoso sexual también en el trabajo?
YF: Sí… Nos han contado a menudo que para obtener un trabajo podía producirse un chantaje durante o después de la entrevista. Los hombres que realizan la entrevista para el trabajo dan a entender más o menos explícitamente que para obtener el trabajo la candidata deberá aceptar tener relaciones sexuales con el hombre que examina su candidatura.
FS: ¿Qué piensas del feminismo de Estado del estilo de Asma Lamrabet basada en una interpretación feminista del Corán («ishtihad»)?
YF: No quiero juzgar a esas mujeres pero, en mi opinión, a partir del momento en que se acepta la sumisión al sistema patriarcal y, por tanto, el reconocimiento de la supremacía de los hombres, de la que las religiones son una expresión en tanto que instituciones, es imposible definirse como feminista. El velo es una vestimenta que oculta el cuerpo de las mujeres cuando deben salir a la calle. Es una sumisión a los hombres: las mujeres ocultan su belleza para no atraerles o excitarles. Puedo querer llevar un fular cuando rezo en una relación vertical pero en ningún caso para la mirada de los hombres. Además, el feminismo islamista no llevará jamás a la emancipación de las mujeres; solo el laicismo y, por tanto, la derogación del código del estatuto personal del que dependemos llevará a la liberación de las mujeres. En el derecho musulmán la mujer nunca será igual al hombre.
FS: El nuevo código del estatuto personal (moudawana) aprobado en 2004 y enmendado en 2018 comporta algunas medidas de protección de las mujeres contra la violencia. ¿Puedes hablarnos de esto y de si estas leyes se aplican realmente?
YF: La nueva ley considera crímenes ciertas formas de violencia familiar, instaura medidas de prevención y proporciona nuevas protecciones a las víctimas. Pero obliga a las víctimas a emprender procedimientos penales para obtener una protección, lo que pocas de ellas tienen posibilidad de hacer. La ley no asigna deberes a la policía, a la fiscalía y a las y los jueces de instrucción en los asuntos de violencia familiar, y no prevé tampoco financiación para los refugios en los que son acogidas las mujeres víctimas de violencia.
Queda mucho por hacer en términos de prevención, seguimiento y supervisión de estas mujeres. La nueva ley contiene disposiciones positivas, como la definición de violencia contra la mujer como «cualquier acto basado en la discriminación basada en el género, que sea de una naturaleza que cause un daño físico, psicológicos sexual o económico a una mujer». Sin embargo, no proporciona una definición de violencia conyugal y no considera explícitamente la violación de una mujer por parte de su esposo, por ejemplo, como un delito. Además, también sería necesario sensibilizar a estas mujeres, que no viven en una cultura de rebelarse, sino más bien en una de sumisión, y debido a ello encuentran normal la violencia que sufren.
FS: ¿Puede ser posible una evolución a favor de las mujeres cuando las leyes (cuestionadas por algunos) son de origen religioso, como las leyes sobre el divorcio, el aborto (prohibido por el Artículo 454 del Código Penal), la herencia, etc.?
YF: Una evolución sí, ya que el código del estatuto personal se ha cambiado varias veces. ¡Desafortunadamente, la evolución de las mentalidades en el sentido retrógrado es mucho más rápida que los cambios positivos para las mujeres en este código! De hecho, es cada vez más difícil hacer que la ciudadanía acepte los cambios. La sociedad encuentra cada vez más difícil aceptar las libertades de las mujeres. Sin embargo, mantengo que el laicismo realmente puede devolver a las mujeres un estatus justo y también permitirá un cambio en las mentalidades. Las relaciones entre hombres y mujeres, y el estatus de las mujeres en nuestra sociedad son como son hoy debido a la posición de supremacía dada a los hombres. Piensan que tienen todos los derechos, incluido el derecho a abusar de nosotras.
FS: Con respecto a las violaciones que han tenido lugar en Marruecos en el espacio público (en un autobús, por ejemplo), ¿qué reacciones han despertado en la población marroquí? En su opinión, ¿pueden estos comportamientos verse como una forma de castigar a las mujeres que se mueven libremente en el espacio público, lo que se llama violación correctiva?
YF: Para responder a esta pregunta es esencial explicar el modo de pensar de estos hombres. En esta cultura patriarcal, es el hombre el que debe ser respetado y obedecido. Una mujer debe ser discreta, obediente, respetuosa y, sobre todo, nunca provocar o desafiar a los hombres. En esta cultura a menudo escuchamos que una mujer que se viste a la occidental o muestra su carne es para venderla o tener relaciones sexuales. En su estructuración psicológica, no entienden que pueda ser de otra manera. A menudo se nos ha dicho que las únicas mujeres respetables eran las mujeres con velo que se quedaban en casa. En la educación escolar solo se les ha enseñado que la mujer debe ser «penetrada» sin otro medio de aprendizaje por sí mismos que la pornografía. Estamos hablando de personas que no conocen el significado de la palabra mujer.
Por ejemplo, el jefe del partido que encabeza el gobierno actual se ha atrevido a comparar a las mujeres con un objeto: para él, ¡son como un candelabro que ilumina la casa! Y, de hecho, para muchos de estos hombres una mujer en la calle es una presa fácil porque tienen la ilusión de que esa mujer se les está ofreciendo. Muchos marroquíes desconocen la definición y el significado de la palabra violación. No olvidemos que fue en 2014, y solo después de una noticia en la que la víctima de una violación se había suicidado, cuando se modificó el artículo 475 del Código Penal. Antes de esa fecha, a modo de «castigo», el violador tenía derecho a casarse con su víctima.
En cuanto a las reacciones que causaron estas violaciones en el espacio público, ciertamente la población marroquí se escandalizó. Hubo manifestaciones esencialmente de mujeres y también de algunos hombres. Eso tuvo el efecto de acelerar la adopción de la mencionada ley contra el acoso que había permanecido mucho tiempo en los «cajones» del partido gobernante (PJD), algo escandaloso para un partido que dice ser musulmán. Dicho esto, esta ley no cambiará de ninguna manera la estructura, la psique, el comportamiento de estos hombres en esta sociedad porque fueron construidos así en su educación (en el hogar, en la escuela). Inconscientemente, estos comportamientos pueden verse como una forma de castigar a las mujeres e incluso ir más allá de la violación correctiva, con el derecho de corregir, juzgar y faltar el respeto sistemáticamente a cualquier mujer que no entre en el «molde» que se les ha enseñado. Además, hablar de violación correctiva o agresión correctiva está justificado, ya que Yasmina Flaiou (otra de las coautoras de «Mujeres y asnos») afirma a menudo haber observado predicadores que, en lugar de predicar la humanidad y la moralidad, se centran obsesivamente en las mujeres y su vestimenta así como en su comportamiento en las calles. Para un verdadero cambio del lugar de la mujer en la sociedad serían necesarias verdaderas campañas de sensibilización (radio, tv,..), educar a la gente en lo que significa la palabra violación, en el respeto a la mujer, a fin de «humanizar» a la mujer. La ley está ahí para castigar un acto después de que éste haya tenido lugar y, por tanto, cuando es demasiado tarde.
Fuente original: https://revolutionfeministe.wordpress.com/2019/07/07/des-femmes-et-des-anes-le-harcelement-de-rue-au-maroc/
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