Dos circunstancias se conjugarán en los resultados de la próxima elección presidencial en Estados Unidos: la forma irracional en que Donald Trump ha encabezado el gobierno de ese país y la manera en que el Partido Demócrata elija a su candidato. Sobre esto último habrá que escribir más tarde. La forma errática en que Trump […]
Dos circunstancias se conjugarán en los resultados de la próxima elección presidencial en Estados Unidos: la forma irracional en que Donald Trump ha encabezado el gobierno de ese país y la manera en que el Partido Demócrata elija a su candidato. Sobre esto último habrá que escribir más tarde.
La forma errática en que Trump insiste en gobernar Estados Unidos ha ocasionado que algunos líderes del propio partido que lo llevó al poder estén nerviosos por las consecuencias políticas que pudieran tener en las próximas elecciones. Su necedad más reciente es hacer una declaración de emergencia nacional, totalmente ficticia, para obtener fondos que le permitan construir el muro en la frontera con México, sin importar el costo político y legal de esa decisión. En respuesta, los demócratas intentan coartar tal propósito, desautorizando el uso de los recursos que el presidente pretende sustraer de diversas partidas del presupuesto, entre ellas, del gasto social. El asunto pudiera llegar a la Suprema Corte, que decidirá si excedió sus facultades constitucionales.
A Trump no parecen importarle los tropiezos que su iniciativa pudiera tener debido a que, desde su óptica, de una u otra forma habrá ganado. Si obtiene una decisión favorable para construir el muro, lo celebrará como triunfo. De frustrarse su intento, alegará que a los demócratas no les importa la seguridad del país, por lo que drogas, bad hombres y millones de indocumentados seguirán cruzando la frontera. Sobre esto último, las propias agencias del gobierno han reiterado que el flujo de inmigrantes ha disminuido a grados casi imperceptibles y que la droga no llega a Estados Unidos por tierra sino por aire y mar. Por esa razón, el objetivo de declarar emergencia nacional es totalmente desorbitada y está fuera de la realidad. Es factible que Trump lo sepa, pero también que, en una u otra forma, ganará en términos políticos. Alegará que llevó hasta las últimas consecuencias una de las más caras promesas que hizo a quienes votaron por él y exhibirá al Partido Demócrata como el responsable de frustrar ese intento. No sería la primera ocasión en que Trump actúa de esa manera así sucedió con su pretensión de derogar la reforma de salud, con su intención de deportar a los dreamers, de vetar la entrada de ciudadanos de países islámicos y con tantas otras necedades a lo largo de estos ya largos dos años en los que ha gobernado.
Ganar perdiendo parece ser su apuesta favorita.
Fuente: http://www.jornada.com.mx/2019/02/25/opinion/013o1pol#