Traducido del francés por Alberto Nadal
El capital de simpatía del que ha gozado el Jefe del Estado Mayor del Ejército Nacional Popular, Ahmed Gaid Salah, tras su discurso del 2 de abril, cuando «sugirió» la aplicación «inmediata» del artículo 102 de la Constitución, «sugerencia» que condujo a la dimisión el mismo día de Abdelaziz Buteflika, aparentemente comienza a disiparse.
El discurso del viceministro de Defensa del martes pasado, en el que defendió la aplicación estricta y exclusiva de ese artículo (102) y en el que criticó a los partidos políticos que han boicoteado la conferencia de Bensalah así como a las y los ciudadanos que han «echado» a los ministros del gobierno de Bedoui, no ha sido finalmente valorado positivamente por la población.
Ayer las consignas que interpelaban directamente al Jefe del Estado Mayor han sido mucho más numerosas que los viernes precedentes.
Mucha gente en la manifestación ha gritado en numerosas ocasiones las consignas de «Echaab la yourid, Gaïd Salah wa Saïd» (El pueblo no quiere a Gaid Salah ni a Said -Buteflika,hermano del anterior presidente- ni a sus semejantes) o «Gaïd, Bensalah (actual Presidente), rayeh rayeh» (Gaid, Bensalah, vais a iros todos).
En la plaza Maurice Audin, una de las dos plazas emblemáticas junto a la que está al lado del edificio de la Grande Poste, de este hirak (movimiento), manifestantes han procedido a un «referéndum» popular allí mismo. «¿Estáis con Gaid Salah?», preguntaba un manifestante con un megáfono. «¡No!, ¡No!» respondía la multitud antes de ponerse a gritar «Dégage!» (¡Lárgate!).
Muchas otras personas se han expresado a través de pancartas o banderolas. «No representas al ejército y no serás presidente», se leía en una de ellas.
Por otra parte, la consigna de «Djeich chaab, khawa khawa» (Ejército, pueblo, hermanos) ha dejado globalmente su lugar a «Las y los argelinos, khawa, khawa» (hermanos).
Aquí se ve más una reacción a lo que se consideran intentos de división del movimiento. Otros ciudadanos, por el contrario, tenían opiniones menos «categóricas» sobre la cuestión puesto que siguen llamando a la institución militar a hacer «dégager» los símbolos del régimen de Buteflika, pero también a «detener» a quienes se considera los jefes de la » banda».
«El ejército y el pueblo, junto con la justicia, por la detención del jefe de la banda mafiosa» era la consigna de una pancarta con la foto de Said Buteflika, hermano del antiguo Presidente, ilustrándola.
Otras personas han recuperado las consignas gritadas en los viernes precedentes, como «Bensalah dégage!» (¡Bensalah lárgate!) como para decir que no aceptarán cualquier proceso que esté dirigido por símbolos del régimen de Buteflika.
En suma, el discurso del Jefe del Estado Mayor del martes pasado ha «enfriado» un poco a la gente que se esperaba más bien un planteamiento que fuera en el sentido de satisfacer sus reivindicaciones.
La gente en Argelia rechaza globalmente las elecciones presidenciales del próximo 4 de julio que, tal como se presentan, se van a organizar bajo la égida del jefe del Estado, Abdelkader Bensalah, y del primer ministro, Noureddine Bedoui, dos de las figuras que la población quiere que se vayan.
Al día siguiente de este discurso más bien «duro» Gaid Salah matizaba sus declaraciones afirmando que el ejército estaba dispuesto a aprobar «cualquier disposición constructiva e iniciativa útil que fuera en el sentido del desenlace de la crisis y que llevara el país hacia la paz».
Mientras tanto, las y los manifestante siguen insistiendo en el mantenimiento del carácter pacífico de sus manifestaciones hasta la consecución de sus reivindicaciones, a la vez que tienen el oído atento a los próximos discursos del Jefe del Estado Mayor del ENP.
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