Después de meses de amenazas, al final Trump disparó, el 13 de marzo, a la cabeza de su Secretario de Estado, Rex Tillerson. Es la primera vez en un siglo que un jefe de la diplomacia estadunidense es destituido. «Dos reyes no caben en un mismo reino«, reza un dicho persa, y la colisión entre […]
Después de meses de amenazas, al final Trump disparó, el 13 de marzo, a la cabeza de su Secretario de Estado, Rex Tillerson. Es la primera vez en un siglo que un jefe de la diplomacia estadunidense es destituido. «Dos reyes no caben en un mismo reino«, reza un dicho persa, y la colisión entre los dos multimillonarios y machos alfa acabó en un terremoto cuyas réplicas serán igual de mortales, sobre todo para las gentes de Oriente Próximo.
Un día después del cese del ex presidente de la petrolera Exxon Mobil, la empresa más grande del mundo, también fue despedido el Subsecretario de Estado, Steve Goldstein por decir que Tillerson desconocía las razones de su despido, contradiciendo la versión del presidente.
Los principales medios de EEUU vinculan la caída de Tillerson a sus declaraciones «anti-rusas» el día anterior, cuando acusó a Moscú de estar detrás de la muerte del ex espía Sergei Skripal y su hija en Reino Unido, desautorizando al propio Trump que expresó sus dudas respecto de la autoría de los crímenes. Sin embargo, hace unos meses Tillerson había sido tachado, junto con Trump, de ser «hombre de Moscú», por firmar acuerdos petrolíferos con la petrolera rusa Rosneft, y haber recibido de Vladimir Putin la Orden Rusa de la Amistad en 2013.
Lo cierto es que, el despido de Tillerson, preparado desde el noviembre pasado, «coincide» con la visita del 5 de marzo de Benjamín Netanyahu a la Casa Blanca para presionar a Donald Trump la necesidad de modificar el acuerdo nuclear con Irán, y a la que realizará el Trump saudí, Mohammed bin Salman (que ha llamado Hitler a ayatolá Jameneí), el día 20 a Washington. Los dos archi enemigos de Irán están llevando una campaña mundial para que EEUU y Europa rompan el acuerdo nuclear con Teherán y restauren las duros sanciones económicas contra esta nación. Los dos mini estados de Oriente Próximo han podido cambiar la política de la superpotencia, riéndose de «America First» de su presidente.
El beneficio inmediato de esta decisión para Trump ha sido desviar la opinión publica de su escándalo sexual (puestos en la punta de mira con la campaña «Metoo» de Hollywood) con la estrella del porno Stormy Daniels que ocupaba las primeras portadas de los medios en EEUU.
Razones de un peligroso cambio
- Estar en favor de respetar el acuerdo nuclear con Irán. Éste es el único motivo que alegó el propio Trump.
- Negarse a dar prioridad a los intereses de Israel en Oriente Próximo. Sus «pecados» han sido:
- Estar «distante» a la causa del estado judío. Quizás porque Tillerson, que tenía buenas relaciones con Rusia y los países árabes del Golfo Pérsico por su cargo en Exxon, ignoró el estado judío sin recursos petrolíferos.
- Nunca visitó Israel.
- Aplazó la mudanza de la embajada de EEUU a Jerusalén hasta tres años, y excluyó a Jared Kushner, esposo judío de Ivanka Trump de sus gestiones en Oriente Próximo.
- Su cese fue una petición de la Organización Sionista de América, después de que en el informe anual de su departamento Tillerson afirmase que la «violencia palestina podría atribuirse ala falta de esperanza para lograr la condición de Estado palestino y a la construcción de asentamientos israelíes en Cisjordania«.
- Haber cesado a decenas de funcionarios de las embajadas en el mundo, muchos de ellos veteranos pro-israelíes.
- Los jeques saudíes le detestaban, no sólo por su posición hacia Irán, sino también por defender a Qatar, otra base militar de EEUU, frente a las presiones de Riad.
- Intentar bajar las tensiones con Corea del Norte, despreciando a su jefe que en un «twitt» había afirmado que no podría haber tratos el Sr. Kim. Sin consultarselo, Tillerson preparó una cumbre entre los dos presidentes para «conversar que no negociar», la misma política de «Paciencia estratégica» de Obama.
- La animosidad personal entre ambos. Tillerson, durante una reunión en el Pentágono que debatía la petición de Trump para aumentar el arsenal nuclear, le llamó «imbécil» ¡a un tipo que se considera un genio! Nunca le perdonó.
- Estar en favor de la permanencia de EEUU en el Acuerdo Climático de París.
- Defender a la OTAN y a sus miembros, atacados por Trump.
- Poner el racismo de Trump en evidencia cuando en el agosto de 2017 se desmarcó del presidente que defendió una marcha de la supremacía blanca en Charlottesville.
Política exterior en manos de un militar halcón
Tillerson ha sido reemplazado por Mike Pompeo, ex director de la CIA, un republicano perteneciente a la facción Tea Party. Entre sus antecedentes:
- Calificar el acuerdo nuclear con Irán de «desastroso», llamarle «el mayor patrocinador estatal de terrorismo» (¿No fue Arabia quien estaba detrás del 11S?), y vincularle a Al Qaeda. Pompeo formará parte del triángulo anti-iraní con el vicepresidente Mike Pence y la embajadora de los EEUU ante la ONU Nikky Haley.
- Ser un «gran defensor de Israel» afirma Haaretz: ha realizado la obligada peregrinación a este país y su elección ha sido aplaudida por la Coalición Republicana Judía d EEUU.
- Conmiserar a China «una amenaza muy grande» para EEUU al igual que los son Rusia, Venezuela, Cuba, y Corea del Norte. Aboga por un plan militar en Afganistán que obligue a los talibanes a entablar conversaciones de paz con el Gobierno afgano.
- Defender las torturas como «el submarino» y el mantener abierto el Guantánamo.
- Hacer responsable de los ataques «yihadistas» a todos los musulmanes. Pompeo es un provocador y puede lanzar una campaña «anti musulmán» dentro y fuera de EUU.
Trump ha nombrado a «otra joya» , Gina Haspel como directora de la CIA. Entre sus méritos, haber dirigido en 2002 una prisión tailandesa donde torturaban a los sospechosos (a uno de ellos le sometieron 83 veces en un mes al «simulacro de ahogamiento»), y destruir la cinta de video que le condenaría.
El nuevo equipo de halcones de Trump tiene a Irán como objetivo principal. El mes de mayo el presidente debe ratificar el acuerdo nuclear o anularlo. «Con unas 2.000 incursiones podremos destruir la capacidad nuclear iraní«, dijo Pompeo en 2014.
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Cierto que no hubo una diplomacia «tillersoiana», pero podría contener a un Trump agresivo, sin escrúpulos, y de escasa inteligencia. La marcha del Sr. Rex podría ser el anuncio del fin de la diplomacia en EEUU. Se acerca una época muy oscura incluso más que la era de George W. Bush.