Recomiendo:
0

Los hechos son tozudos

Fuentes: Rebelión

Por más que los medios de información masiva de EEUU lo oculten, lo cierto es que el mundo se mueve en contra de sus intereses hegemónicos y llega a su fin el dominio global que han tenido. La causa, han dilapidado las utilidades que les dieron las guerras, en especial la Segunda Guerra Mundial, en […]

Por más que los medios de información masiva de EEUU lo oculten, lo cierto es que el mundo se mueve en contra de sus intereses hegemónicos y llega a su fin el dominio global que han tenido. La causa, han dilapidado las utilidades que les dieron las guerras, en especial la Segunda Guerra Mundial, en la que los soviéticos sacrificaron sus vidas para liberar al mundo del nazi-fascismo mientras ellos se convertían en la primera potencia del planeta. Cada gota de sangre rusa reportó ingentes ganancias a los monopolios norteamericanos. Por eso no abrieron el Segundo Frente en 1942 ni en 1943 sino en junio de 1944, cuando comprendieron que de no hacerlo el Ejército Rojo hubiera liberado a toda Europa.

Diez meses antes de terminar la guerra, y con la finalidad de regular el sistema monetario y financiero internacional, se reúne la Conferencia de Bretton Woods, que establece las reglas del actual Sistema Financiero Mundial. En el hotel Mount Washington, Estado de New Hampshire, participan 730 delegados de 44 países aliados. Allí determinan que el dólar sea la moneda de intercambio internacional; se adopta el patrón oro, en el que sólo EEUU tiene respaldo oro, que se compromete a mantener su valor en 35 dólares la onza y le conceden la facultad de intercambiar «dólares por oro a ese precio sin restricciones ni limitaciones»; los demás países deben fijar el precio de sus monedas en relación al dólar. También se crea el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. El convenio le permite a EEUU conquistar el mercado mundial para sus exportaciones y tener libre acceso a las materias primas más importantes del planeta. Únicamente en este sentido es que ganan la guerra.

Todas esas utilidades las arrojan por la borda en Vietnam, provocando el quiebre del sistema, pues para financiar la guerra contra ese país EEUU emiten más dólares de lo debido. El presidente de Francia, General De Gaulle, en 1966 exige oro por las reservas francesas de dólares, lo que provoca una crisis financiera mundial, pues si todos los tenedores de dólares exigieran lo mismo, no habría oro con que responder a dicha demanda. La situación se complica tanto que en agosto de 1971, Nixon elimina la convertibilidad del dólar en oro, cometiendo el mayor atraco de la historia.

Desde entonces, cada vez que el presupuesto de EEUU tiene déficit, el Sistema de la Reserva Federal de EEUU, la FED, una institución privada de servicio público que responde a los intereses de Wall Street, emite dólares que presta al gobierno de EEUU, que a su vez le paga con bonos, que la FED coloca de manera casi obligatoria en la banca mundial. Así, de mucho en mucho, la deuda pública de EEUU ha tomado visos de ser una dolencia incurable, al extremo de que el multimillonario Warren Buffett la describe como una «bomba financiera de relojería para las economías y los ciudadanos de a pie», pues EEUU podrían perder en cualquier momento la capacidad de imprimir los dólares que necesitan para adquirir las riquezas del mundo sin sudar la gota gorda, y eso les desespera porque emitir dinero sin respaldo sólido se ha convertido en el mayor de sus recursos y en la ofrenda mundial a ese país.

En estas circunstancias gana Trump las elecciones presidenciales de 2016. Había prometido, entre otras cosas, auditar la FED para controlar el sistema financiero de EEUU, misión imposible cuyo sólo intento le costó la vida Kennedy, según se dice. La cloaca, así llama Trump a la clase política de Washington, le declara de inmediato la guerra a muerte y para derrocarlo ha intentado de todo. En el póquer político actual el ‘impeachment’ es una carta fuerte. Para que los demócratas lo realicen con posibilidades de éxito requieren ganar las elecciones intermedias de noviembre.

Y allí surge el enorme batiburillo de la cloaca, donde también se ha sumergido Trump, en el que para ser buenos, ser los mejores, sobresalir en el cieno fétido, en el que desde hace mucho están inmersos, y ganar el voto de esa especie de troglodita en que se ha convertido el elector norteamericano, deben acusar y encarcelar sin pruebas al inocente, congratularse con el mal, hacer la guerra y destruir lo bello.

En este contexto, EEUU se alista a dar una respuesta adecuada y bombardear objetivos económicos y gubernamentales de Siria, si Donald Trump decide reaccionar a la puesta en escena de un ataque químico en el noroeste de Siria, supuestamente llevado a cabo por el gobierno contra la población civil de ese país. Todo se enmarca en la consabida provocación del uso de armas químicas, que Siria no tiene porque las destruyó con ayuda de la ONU, operación en la que los estadounidenses participaron y por la que se les concedió el Premio Nobel. Repiten la misma tramoya mil veces y los cándidos del mundo siguen aceptando el bulo como si lo propalara Cristo en persona y no la sarta de mentirosos profesionales en que se ha convertido la gran prensa mundial.

¿ Qué culpa tiene una madre siria que amamanta a su niño de que EEUU esté gobernado por un energúmeno, tal como los demócratas catalogan a su presidente, para que desde el Mediterráneo un destructor estadounidense le lance un Tomahawk, puesto que así Tramp demostraría a la opinión pública que no es un proruso? ¿Qué culpa tiene María Bútina, una estudiante rusa que viajó desde Siberia a Moscú y desde allí, hasta las entrañas de EEUU, plena de admiración por la democracia de ese país, para estudiar en una de sus universidades, relacionarse con la dirigencia repúblicana, para, que cuando menos lo esperaba, ser encarcelada por el fiscal especial Robert Mueller -que investiga «la intervención electoral rusa en las elecciones de EEUU»- por el delito de no inscribirse como agente del Kremlin, cuando lo único real es que con este arresto los demócratas incrementan la posibilidad de ganar la elección y realizar el ‘impeachment’ contra Trump? Con razón, Trump califica a Mueller de cazador de brujas.

Ningún organismo, de esos que defienden los derechos humanos y abundan para reclamar cuando en cualquier lugar del planeta se comete una injusticia contra un estadouidense, levantó su voz para demandar la libertad de esta inocente y hermosa joven ni la levantará para defender el derecho de un niño a que su madre lo amamante.

¡Quién lo creyera! , para que uno de los sectores de la élite gane esta importante elección, se aconchaban entre ellos para hacer la guerra, llevar la muerte a cualquier confín del planeta, derramar la sangre de niños, mujeres y ancianos, que tuvieron la mala suerte de nacer cuando un debilitado imperio intenta mantener su derecho al dominio global eterno, sin que le importe el costo ni el número de víctimas inocentes.

Ojalá recuperen la razón, pues los hechos son tozudos y la cuerda se rompe por lo más fino, en este caso, tanta mentira está agotando de la credulidad del planeta e, incluso, la del pueblo de EEUU, donde, según el documental «Fahrenheit 11/9», de Michael Moore, «la revolución se está produciendo en los lugares más inverosímiles». No es que se les desee que eso les pase sino que les puede pasar por ser intolerantes, prepotentes y creerse exclusivos, como lo proclama Obama. Es hora de decir basta a tanta arbitrariedad y reclamar justicia para todos, antes de que estos bárbaros terminen con todo lo vivo del planeta.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.