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Entrevista a Abdul Joshua Ruzibiza, militar ruandés, tras su declaración en la Audiencia Nacional española

«Los crímenes de Ruanda exigen justicia»

Fuentes: Umoya

Abdu Joshua Ruzibiza presenció el ataque con misiles contra el avión en el que viajaban los presidentes de Ruanda y Burundi, en 1994. Aquel atentado desató matanzas sin razón en la zona de los Grandes Lagos. Desolado ante tanta muerte, decidió colaborar con la justicia internacional para que se castigue a los auténticos culpables. Sus […]

Abdu Joshua Ruzibiza presenció el ataque con misiles contra el avión en el que viajaban los presidentes de Ruanda y Burundi, en 1994. Aquel atentado desató matanzas sin razón en la zona de los Grandes Lagos. Desolado ante tanta muerte, decidió colaborar con la justicia internacional para que se castigue a los auténticos culpables. Sus padres, sus hermanos, sus abuelos, sus tíos, fueron asesinados. El miércoles declaró ante la Audiencia Nacional por el asesinato de nueve españoles, dos catalanes entre ellos, Joaquim Vallmajó y Flors Sirera, y a continuación aceptó esta entrevista. Ruzibiza vive asilado en Noruega y publica en Francia, el libro !Ruanda, la historia secreta» (Ediciones de Panamá).

¿Qué declaró en la Audiencia Nacional?

Expliqué la matanza de los nueve españoles y en general los crímenes cometidos en territorio ruandés y la conexión entre ambas cosas. Ellos fueron asesinados porque habían sido testigos de la masacre de la población civil. Vieron. Sabían. Los crímenes de Ruanda exigen justicia.

Ha aceptado venir…
Porque la Audiencia Nacional actúa de acuerdo con el principio de justicia universal. En este caso, por los crímenes contra nueve españoles cometidos en Ruanda.

¿Quien atentó en 1994 contra el avión en el que volaban los presidentes de Ruanda y Burundi?
Fueron militares del partido político Frente Patriótico Ruandés (FPR) para provocar el caos y para lograr así que el FPR tomara el poder.

¿Lo vio todo?
Yo únicamente fui un testigo accidental. En el momento en que los tiradores tenían preparadas sus armas, yo estaba en un lugar desde donde pude verlos. Como sargento, era el responsable de esa zona.

¿Cuando conoció los planes?
El comando estaba formado por cuatro personas. Y dos días antes me hablaron de que podía producirse un atentado, pero sin darme ningún otro detalle.

¿Supo que el actual presidente de Ruanda, Paul Kagame, un tutsi por cierto, estaba dentro del plan?



¿Cual fue su implicación?
Él era el número uno del Ejército, el que daba las órdenes, y los que lanzaron los misiles eran de su propia guardia. Nadie más podía ordenar la utilización de esas armas, sólo Kagame. Posteriormente supe que él dirigió la reunión en la que se decidió abatir el avión. En aquel momento ocupaba, además, la vicepresidencia del FPR.

Parece evidente que el genocidio que siguió fue provocado. Quiero subrayar que Kagame planificó el atentado para provocar el caos y poder así realizar una ofensiva militar para tomar el poder. Sí, el atentado provocó el genocidio.

Habría intereses económicos…

La segunda gran matanza fue por pillaje, para beneficiarse del oro, el coltán, los diamantes.

¿Por qué se ha impuesto la versión de que los hutus fueron los protagonistas de esas matanzas?

No se puede acusar a toda una etnia. No se concertaron todos los hutus para cometer aquellos crímenes. Realmente fueron unos pocos hutus los que cometieron genocidio. El FPR ha sido capaz de manipular a la comunidad internacional convenciéndola de que los hutus son malos.

¿Por qué dio el paso de colaborar con la justicia?

Yo era consciente de que el pueblo ruandés seguía sumido en un gran riesgo y quería evitarlo. Es una sociedad que puede volver a estallar. Algunos querrían utilizar de nuevo las armas, yo prefiero la justicia.

Tiene mucho coraje.

Actúo como testigo para contribuir al esclarecimiento del genocidio de los tutsis del sur y la masacre de los hutus durante la guerra. Quiero que los ruandeses y la comunidad internacional sepan lo que realmente pasó, porque la única versión que se ha dado es la del FPR. Los ruandeses están sometidos a un dirigente criminal, y como cada vez que se intenta un cambio vuelve a correr la sangre, yo he optado por la justicia.

De momento, no se ve el fin. Los que están a la cabeza de nuestra sociedad son criminales. No hay democracia, hay opresión. Para mí, y no es una decisión política, es legítima la forma de actuación que he elegido. Si acuso de crímenes al presidente Kagame es porque tengo elementos que prueban que los ha cometido, o que ha dado las órdenes pertinentes. Ha de comparecer ante la justicia, y si es culpable, debe ser castigado.

¿Sabe los riesgos que corre por haber tomado esta opción?

Sé que hay riesgos y los he aceptado. Sencillamente. Es la forma de salvar a mi país.