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Lanza Estados Unidos un segundo ataque aéreo en Somalia

Fuentes: APM

La operación fue antes de que las tropas etíopes que presuntamente derrotaron a Al Qaeda comenzaran su retirada de Somalia. La comunidad internacional teme que el país se precipite a una nueva guerra civil. Estados Unidos ejecutó esta semana un segundo ataque aéreo en Somalia. El ataque, confirmado por autoridades estadounidenses, se produjo con un […]

La operación fue antes de que las tropas etíopes que presuntamente derrotaron a Al Qaeda comenzaran su retirada de Somalia. La comunidad internacional teme que el país se precipite a una nueva guerra civil.

Estados Unidos ejecutó esta semana un segundo ataque aéreo en Somalia. El ataque, confirmado por autoridades estadounidenses, se produjo con un avión de combate AC-130.

La segunda operación tuvo lugar poco antes de que las tropas etíopes comenzaran su retirada de Somalia; y después de haber ayudado a derrotar al régimen de las «Cortes Islámicas» afines a Al Qaeda, según informaron los grandes medios de prensa.

Las excusas en que Washington de basa son que los islamistas somalíes protegieron a miembros de Al Qaeda, quienes están acusados de atacar las embajadas estadounidenses de Kenia y Tanzania en 1998 y un hotel en Kenia, propiedad de Israel, en el 2002.

Una fuente estadounidense sostuvo que los blancos eran del Consejo de las Cortes Islámicas de Somalia (CCIS), un grupo militante derrotado por las tropas del gobierno con carros blindados y potencia aérea etíope, en una guerra de dos semanas que comenzó antes de Navidad. En tanto, otra aseguró que el blanco era un combatiente de Al Qaeda.

Por otro lado, está previsto que la Unión Africana (UA) despliegue una fuerza de miles de efectivos para mantener la paz en Somalia, pero la Unión Europea (UE) indicó que aportará financiación para esta operación sólo si el Gobierno de transición intenta negociar la paz con algunos dirigentes islámicos.

Asimismo, el portavoz del gobierno interino, Abdirahman Dinari, comentó que las autoridades somalíes recién llegadas a Mogadiscio tienen una profunda preocupación, ante un eventual resurgimiento de los militantes islámicos tras la retirada de las fuerzas etíopes.

Estados Unidos y otros países están presionando en los frentes diplomático y militar para ayudar al gobierno a fortalecerse sobre las ganancias de la guerra, que le permitió entrar a la capital por primera vez desde su formación en las negociaciones de paz en Kenia en el 2004.

El miércoles, el embajador de Estados Unidos en Kenia, Michael Ranneberger, se reunió con el líder del CCIS, el jeque Sharif Ahmed, quien está retenido por la inteligencia keniana en un hotel exclusivo en las afueras de la capital de Kenia, Nairobi.

Ranneberger, también responsable de Somalia, comentó que Ahmed está entre aquellos que pueden jugar un rol en el proceso de reconciliación. Situación que

Washington y muchos jugadores diplomáticos creen necesaria para unificar las múltiples facciones de Somalia.

Ahmed, quien gobernó durante seis meses en la mayor parte del sur de Somalia, se rindió en la frontera keniana-somalí. En la actualidad, está al cuidado del Servicio Nacional de Seguridad de Kenia.

Algunos diplomáticos dicen que Kenia, con apoyo de Estados Unidos, presionó a los dirigentes del gobierno somalí a sentarse con Ahmed a negociar. «Lo que haremos con él dependerá de qué tipo de hombre es. Pero volveremos a nuestro país, me sentaré con mi gabinete y decidiremos qué hacer con él», dijo el presidente somalí, Abdullahi Yusuf, en una conferencia de prensa en Kigali, en donde se reunió con el presidente ruandés, Paul Kagame.

Mientras tanto, el gobierno interino de Somalia espera el pronto envío de una misión de paz africana que garantice la estabilidad. La semana pasada, el representante del Secretario General de las Naciones Unidas (ONU) para Somalia, François Lonseny Fall, pidió a los ejecutivos de las diversas facciones somalíes a recomponer sus divergencias para hacer salir al país del caos.

Fall se había reunido con el Presidente somalí Abdullahi Yusuf para discutir el envío de una fuerza de paz africana que deberá ocupar el lugar de las tropas etíopes.

La comunidad internacional teme que se produzca un vacío de poder y que el país se precipite al caos de una nueva guerra civil. Hasta ahora sólo pocos países dieron su disponibilidad para contribuir a la construcción de la fuerza de paz de 8.000 hombres para desplegar en gran parte de Mogadiscio.