Alguien que esté por cumplir la avanzada edad de 83 años podría decir que tiene todo el derecho a organizar una gran celebración. Pero este argumento no le queda bien al presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe. «Los 1,2 millones de dólares que Mugabe destinará para organizar su fiesta alcanzan para alimentar a 3,2 millones de […]
«Matabeleland se ha quedado sin alimentos», alertó.
El Programa Mundial de Alimentos, de la Organización de las Naciones Unidas, señaló en su sitio web que tiene en la mira proveer comida a 1,9 millones de los 11,7 millones de habitantes de Zimbabwe, siempre y cuando todos sus proyectos obtengan financiamiento.
El dinero para la fiesta de Mugabe fue recolectado por el Movimiento 21 de Febrero, creado con este propósito en 1986 y que lleva como nombre la fecha de cumpleaños del mandatario zimbabwense. El grupo es dirigido por jóvenes de la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF, por sus siglas en inglés).
Este año, el grupo decidió recolectar los fondos para organizar una gran celebración el 24 de este mes, e hizo un llamado general a través de una entrevista publicada en el diario Herald, dirigido por el Estado.
«Por lo que hemos oído, ya obtuvieron los fondos. Al hacer una declaración en la prensa, simplemente están probando las aguas para saber qué dirá el público», sostuvo Kapuya.
Se espera que las celebraciones se lleven a cabo en la localidad de Gweru, ubicada relativamente cerca de Matabeleland, zona marginada de la asistencia alimentaria, según sostienen algunos, por su abierta hostilidad al ZANU-PF.
«En Zimbabwe, la asistencia alimentaria es distribuida a través de los canales del ZANU-PF. Nosotros vemos en todo esto una forma planificada de castigar a Matabeleland por no haber votado a esa fuerza política desde las elecciones de 2000», dijo el activista.
El pueblo de Matabeleland también está molesto con el régimen de Mugabe por sus atrocidades en la zona durante una campaña los años 80, que causó la muerte de miles de personas, según la organización Amnistía Internacional.
«Ante esto, ¿puedes imaginarte celebrar una lujosa fiesta de cumpleaños cerca de millones de personas que se van a la cama con hambre todas las noches?», preguntó Frank Tshuma, refugiado zimbabwense en Johannesburgo.
Los problemas en Matabeleland se ven agravados por la situación económica general de Zimbabwe, en donde la inflación llegó en enero a 1.593 por ciento, superando la marca de 1.281 por ciento registrada el mismo mes del año pasado, según cifras de la Oficina Central de Estadísticas.
«Las personas aquí se van caminando desde Chitungwiza hasta Harare, una distancia de 20 kilómetros todos los días. No hay combustible ni alimentos ni medicinas. Muchos abandonan la escuela porque no pueden pagar las tarifas», dijo a IPS Jerry Mashamba, representante en Johannesburgo de una de las facciones del opositor zimbabwense Movimiento para el Cambio Democrático.
Por su parte, Kapuya tenía a mano estadísticas más perturbadoras.
«La familia zimbabwense promedio es de seis integrantes y, según el último informe de la Oficina Central de Estadísticas, necesita 150 dólares por mes para sobrevivir», señaló.
Sin embargo, el salario promedio en Zimbabwe es de menos de 20 dólares mensuales.
«En Zimbabwe, los precios de los bienes se duplican todos los días. Los precios que se ven en los comercios sólo valen para ese momento. Al día siguiente, habrán cambiado», añadió Kapuya.
Mashamba señaló que sólo dos clases de zimbabwenses pueden afrontar el alto costo de vida: «Los leales a Mugabe y los que tienen parientes en el exterior que les envían dinero».
Intentos de IPS para obtener comentarios del Departamento de Información de Zimbabwe o de la embajada de ese país en Sudáfrica sobre los planes para el cumpleaños de Mugabe fueron infructuosos.
Sin embargo, Mugabe ha acusado a la oposición y a los zimbabwenses exiliados de lanzar calumnias contra él y su gobierno. El presidente afirma que Occidente, liderado por Gran Bretaña y Estados Unidos, lo combate por haber expropiado las tierras de unos 4.500 agricultores blancos para entregárselas a los negros.
Esta redistribución de tierras fue realizada luego de una serie de ocupaciones de granjas a inicios de 2000, y pocos meses antes de unas elecciones en las que el ZANU-PF estuvo a punto de ser derrotado por la oposición.
Algunos acusan al partido de Mugabe de haber organizado las ocupaciones para ganar apoyo popular en vísperas de las elecciones de 2000, que estuvieron marcadas por la violencia y denuncias de irregularidades.