Un ministro y un jefe de policía durante el régimen de apartheid (segregación) en Sudáfrica recibieron hoy una condena suspendida de diez años de cárcel por el intento de asesinato del entonces activista Frank Chikane, según fuentes judiciales. La sentencia, sin embargo, quedará en suspenos de acuerdo con las partes para contribuir a la reconciliación. […]
Un ministro y un jefe de policía durante el régimen de apartheid (segregación) en Sudáfrica recibieron hoy una condena suspendida de diez años de cárcel por el intento de asesinato del entonces activista Frank Chikane, según fuentes judiciales. La sentencia, sin embargo, quedará en suspenos de acuerdo con las partes para contribuir a la reconciliación. La sentencia fue conocida durante la comparecencia del ex ministro del Interior Adriaan Vlok y el ex jefe policial Johan van der Merwe en el Tribunal Superior de Pretoria, según informó una emisora local.
La condena fue aplicada después de que Vlok y Van der Merwe se declararan culpables del crimen, pero no irán directamente a la cárcel porque la sentencia queda suspendida por cinco años. Otros tres acusados recibieron cinco años de prisión suspendida.
Chikane, ahora alto cargo de la Presidencia, sufrió un intento de atentado en 1989 cuando el régimen del «apartheid» envenenó sus ropas antes de viajar fuera del país.
La mayor parte de los crímenes que se cometieron en Sudáfrica durante los años del «apartheid» (1948-1989), tanto desde el régimen como desde los grupos armados que lo combatían, quedaron amnistiados tras concluir los trabajos de la Comisión de Verdad y Reconciliación.
«Tenemos que librarnos del pasado»
Ante esa institución comparecieron quienes se declararon culpables de asesinato, tortura y desapariciones, y fueron amnistiados, pero en el caso juzgado hoy los acusados no se presentaron en la comisión, por lo que se inició un proceso contra ellos.
En agosto del año pasado, en un acto sin precedentes, Vlok, de 69 años, acudió al despacho que Chikane, director general de la Presidencia, con dos toallas y una palangana para lavarle los pies en señal de arrepentimiento.
«Tenemos que liberarnos de los actos horribles del pasado», dijo entonces Chikane al relatar ese episodio.