Traducido por Caty R.
La cuestión de la carrera armamentista del Magreb regresa sistemáticamente al primer plano de la escena cada vez que algún dirigente de cualquiera de sus países se desplaza al extranjero, especialmente a Europa y Estados Unidos.
La visita efectuada el lunes por el presidente Abdelaziz Bouteflika a Rusia puede dar que hablar, una vez más. Generalmente, las negociaciones de los contratos o asociaciones militares dejan en segundo plano todos los demás asuntos susceptibles de reforzar las relaciones de los países del Magreb con sus socios respectivos. Y reaparecen las suspicacias en todo su esplendor para enconar todavía más las relaciones, siempre tensas, entre los magrebíes que se afanan para concretar su unión.
Especialmente Argelia y Marruecos son los países que están lanzados, desde hace una decena de años, en una larga y costosa operación de modernización de sus ejércitos. El objetivo, afirman numerosos observadores, es el de establecerse como líderes indiscutibles en la región. Efectivamente, ambos países dedican anualmente sumas faraónicas a la adquisición de armamento. Una comparación de los gastos que dedican los países de la región al refuerzo y la modernización de sus arsenales militares confirma esta carrera desenfrenada hacia el armamento en el Magreb.
Según las estimaciones publicadas por la CIA en su sitio Internet, es Marruecos el que dedica más dinero al armamento (el 5% de su PIB en 2003). Va seguido por Libia (3,9% del PIB en 2005), Argelia (3,3% del PIB en 2006) y Túnez (1,4% del PIB en 2006). Otras estadísticas muestran también la bipolaridad de esta competición entre Argelia y Marruecos. La sociedad Forecast International, institución estadounidense especializada en prospección militar y de defensa, afirma que, desde 1999, Argelia gasta anualmente 2.300 millones de dólares en operaciones de armamento. La ley de finanzas del país de 2008 dedica un presupuesto de más de 295.000 millones de dinares (4.400 millones de dólares) al ministerio de Defensa nacional. El vecino marroquí, por su parte, también gastó sumas importantes (1.300 millones de dólares en 2003 y 1.400 millones de dólares en 2004).
El aspecto de la seguridad también adquiere una importancia capital en la ley de finanzas (2008) de Marruecos, que dedica cerca de 30.000 millones de dirhams (3.900 millones de dólares) al ministerio de Interior y a la Administración de la defensa marroquí, lo que representa 2.000 millones más con relación al ejercicio anterior. La partida para la adquisición y reparación del material del ejército real casi se triplicó, pasando de 4.500 millones de dirhams a 10.200 millones de dirhams (1.300 millones de dólares). Esta partida incluso está autorizada para comprometer créditos por anticipado, hasta un máximo de 72.000 millones de dirhams (9.300 millones de dólares), sobre su presupuesto de 2009. Pero, ¿por qué este frenesí belicista? Según algunos especialistas, el conflicto saharaui es la causa de esta rivalidad.
Marruecos que considera, sin razón, a Argelia como parte involucrada en ese contencioso, multiplica los contratos de compra de aviones y tanques y ve con malos ojos cualquier operación parecida del vecino argelino. Argelia hace lo mismo. Incluso aunque por parte de Argelia se ha señalado varias veces que dichas operaciones armamentistas se inscriben en un planteamiento corriente de modernización y adaptación de su anticuado material. La crisis económica y el embargo internacional sobre las armas padecidos por el país durante los años noventa, no permitieron a Argelia seguir la evolución mundial en el ámbito militar.
¡Contrato por contrato! La firma de Argelia de un acuerdo con Rusia para la adquisición de sesenta aviones de combate en 2006, provocó rápidamente una reacción de Rabat, que no esperó mucho tiempo para anunciar su intención de adquirir 18 aviones «Rafale» de última generación al fabricante francés Dassault, antes de poner sus ojos sobre los F16 estadounidenses. La rivalidad militar entre los dos vecinos está muy lejos de esfumarse.
Además de estos dos países, Libia tampoco quiere quedarse rezagada en esta competición regional. Apenas liberada del embargo sobre las armas (de 1986 a 2004), Libia también piensa restablecer rápidamente su arsenal militar adquiriendo aviones Rafale y helicópteros Tigre. Los fabricantes internacionales de armamento se frotan las manos.
Original en francés: http://www.elwatan.com/spip
*Madjid Makedhi es redactor del diario argelino El Watan.
*Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.