El pasado 30 de mayo a Sidi Ifini, ciudad portuaria del sur de Marruecos de aproximadamente unos 400.000 habitantes, se organizó de manera espontánea una sentada colectiva tras saberse los resultados de una contratación fraudulenta para cargos públicos. Terminada la sentada, un centenar de «diplomados en paro» decide seguir con la protesta para elevar sus […]
El pasado 30 de mayo a Sidi Ifini, ciudad portuaria del sur de Marruecos de aproximadamente unos 400.000 habitantes, se organizó de manera espontánea una sentada colectiva tras saberse los resultados de una contratación fraudulenta para cargos públicos. Terminada la sentada, un centenar de «diplomados en paro» decide seguir con la protesta para elevar sus reivindicaciones a las autoridades competentes y denunciar la falta de perspectivas para el desarrollo local y su eterna situación de parados forzosos pese a las numerosas promesas ofrecidas por las autoridades regionales.
El 7 de junio, tras bloquear durante una semana las entradas y salidas al puerto, cientos de agentes antidisturbios desembarcaron en el puerto y cargaron salvajemente contra los manifestantes. Según la prensa marroquí, entre 150 y 300 personas habrían sido detenidas y conducidas a la fuerza, con los ojos vendados, hacia los furgones policiales. Mientras tanto, otras fuerzas del «orden» público, procedentes de todas partes del país, irrumpían en la ciudad por tierra y cargaron contra todo el que se aventuraba a salir a las calles creando un clima de muerte y terror entre la población.
A partir del día siguiente, la población de Sidi Ifni se echa en masa a las calles y otra vez es reprimida por un contingente policial de unos 1300 agentes. Los reporteros y periodistas de la prensa independiente protestaron por la confiscación de sus herramientas de trabajo como los teléfonos móviles, ordenadores, etc., por parte de la Policía.
Se ha prohibido la entrada de los medios de comunicación (Al-Jazeera, Al-Masae, TVE, etc.) para evitar que se conozca lo que está sucediendo realmente allí y mantener aislada a toda la región. En este sentido, Reporteros Sin Fronteras denunció la retirada de las credenciales al director de la cadena de Al-Jazeera en Marruecos antes incluso de que la Justicia marroquí emitiera su veredicto sobre el procesamiento o no del corresponsal de esta emisora junto con el representante del CMDH acusados de «difundir falsos rumores» al cubrir los eventos acaecidos en Sidi Ifni.
Las Autoridades marroquíes niegan tanto el uso de armas de fuego a la hora de dispersar a los manifestantes, como que hubiera victimas mortales o cualquier acto de pillaje, robos o abuso cometidos por las fuerza del «orden».
Ante las preguntas formuladas por algunos parlamentarios sobre lo sucedido, el ministro de Interior dijo textualmente: «hasta la fecha no hemos recibido ninguna denuncia oficial respecto a este tema». Por otra parte, la Cámara de Representantes, ante lo que llamó «existencia de informaciones y rumores contradictorios» decide constituir una comisión para investigar los hechos. Sin embargo, viendo la cantidad de comisiones que se han multiplicado bajo el reinado de Mohamed VI, conviene relativizar su papel. De hecho, hasta la fecha ninguna comisión de las que fueron creadas para investigar violaciones en materia de derechos humanos o simples fraudes, ha provocado que se abriera algún proceso judicial al respecto. Por eso, nos parece imprescindible alertar a la opinión pública e intencional sobre la suerte reservada a los habitantes de Sidi Ifni bajo este régimen dictatorial.
Lo acontecido en Sidi Ifni no es un hecho aislado. Es testigo de lo que venían denunciando, ya desde muchos años atrás, el pueblo marroquí y sus fuerzas democráticas en cuanto a abusos y violaciones de manera sistemática en materia de derechos humanos, sociales y laborales a manos de un régimen cada vez más autoritario y opresor.
Las reivindicaciones de los habitantes de Sidi Ifini, a modo de ejemplo, constituyen los cimientos de un Estado democrático moderno: el fin de la corrupción, el desarrollo sostenido y duradero, el respecto de los derechos políticos, sociales y económicos, etc.
Por todo ello, EXPRESAMOS:
- Nuestra solidaridad con los habitantes de Sidi Ifni-Ait Baimran en su legítima lucha contra la represión, marginación y falta de derechos fundamentales.
- Nuestra enérgica repulsa y condena a la represión policial y militar desatada contra los habitantes de de Sidi Ifni.
- Nuestra solidaridad con el pueblo marroquí en su lucha contra la impunidad y por la instauración de un verdadero estado de derecho.
Así mismo EXIGIMOS:
- El cese inmediato de la represión contra el pueblo marroquí.
- La retirada de los antidisturbios y militares de la ciudad.
- La liberación inmediata e incondicional de los detenidos.
- La apertura de una investigación independiente sobre lo sucedido y el procesamiento de los responsables de estos crímenes contra la población.
- La satisfacción de las reivindicaciones de la población.