La secretaria de estado Condoleezza Rice inicia hoy en Libia una visita sin precedentes en más de medio siglo, cuyo propósito esencial es asegurar a Estados Unidos espacios en el sector petrolero de este país maghrebí. Rice llega a Libia en la primera etapa de una gira por otros tres estados del norte de África […]
La secretaria de estado Condoleezza Rice inicia hoy en Libia una visita sin precedentes en más de medio siglo, cuyo propósito esencial es asegurar a Estados Unidos espacios en el sector petrolero de este país maghrebí.
Rice llega a Libia en la primera etapa de una gira por otros tres estados del norte de África (Túnez, Argelia y Marruecos), pero para Washington resulta estratégico el diálogo que se prevé sostenga su canciller con el presidente Muammar Al-Gaddafi y otras autoridades.
El propio vocero del Departamento de Estado, Sean McCormack, consideró que se trata de «un viaje histórico que simbolizará la apertura de una nueva era» en los lazos entre Estados Unidos y esta nación poseedora de una de las mayores reservas de crudo de África.
Rice será la primera secretaria de estado en visitar Libia desde que lo hizo en 1953 John Foster Dulles, y el funcionario estadounidense de más alto rango desde el viaje de Richard Nixon como vicepresidente, en 1957.
Según la agenda oficial, durante su permanencia aquí firmará con sus anfitriones un acuerdo bilateral de comercio e inversiones, además de que discutirá pactos en áreas de educación, seguridad y cultura.
Incluso, fuentes norteamericanas aseguran que la diplomática presionará a Trípoli para poner en marcha un acuerdo suscrito en agosto destinado a crear un fondo humanitario para compensar a víctimas de atentados atribuidos a Trípoli.
El entendimiento del mes pasado cubre con sumas millonarias a familiares de los muertos norteamericanos del ataque con bomba a la discoteca La Belle, en Berlín en 1986, y de la explosión de un avión de Pan Am sobre la localidad escocesa de Lockerbie, en 1988.
Sin embargo, diversas fuentes coinciden en que la visita tiene un fuerte componente energético, pues se produce en medio del creciente interés de compañías estadounidenses en ese mercado libio al cual firmas europeas consiguieron acceder hace varios años.
Las reservas probadas de crudo de Libia son las novenas más grandes a nivel mundial, con cerca de 39 mil millones de barriles, y vastas áreas aún sin explorar para nuevos depósitos, según datos oficiales.
Las relaciones libio-norteamericanas mejoraron en 2003 luego que este país cedió a las presiones occidentales para que desmantelara su programa de armamento, lo cual le sirvió para que un año después fueran levantadas las sanciones impuestas por la ONU.
En 2006 Washington retiró a Libia de su lista unilateral de países patrocinadores del terrorismo, en la cual la mantuvo desde 1979, y estableció relaciones diplomáticas plenas.