El presidente sudanés ha hecho el anuncio del alto el fuego en la clausura de una conferencia abierta el mes pasado para impulsar las negociaciones de paz en Darfur. «Por la presente anuncio nuestro inmediato e incondicional alto el fuego entre las Fuerzas Armadas y las facciones en guerra, siempre que se ponga en marcha […]
El presidente sudanés ha hecho el anuncio del alto el fuego en la clausura de una conferencia abierta el mes pasado para impulsar las negociaciones de paz en Darfur.
«Por la presente anuncio nuestro inmediato e incondicional alto el fuego entre las Fuerzas Armadas y las facciones en guerra, siempre que se ponga en marcha y sea supervisado por todas las partes un mecanismo de observación eficaz», ha señalado Omar Al Bashir.
Ha asegurado que su Ejecutivo lanzará de forma inmediata una campaña para, además de desarmar a las milicias que operan en Darfur, «restringir el uso de armas entre las Fuerzas Armadas» y ha avanzado que un comité de observadores de la Misión de Paz de la ONU y de la Unión Africana en Darfur se encargará de cumplir con la suspensión de las operaciones militares del Ejército sudanés a la que se ha comprometido el Gobierno.
El alto el fuego fue propuesto por el Foro del Pueblo de Sudán, una plataforma integrada por representantes del Gobierno y de la oposición y que los grupos rebeldes habían boicoteado. Al Bashir no se ha referido a la puesta en libertad de los presos políticos de Darfur, otra de las recomendaciones del Foro.
El principal grupo rebelde afirma que no es serio
El Movimiento Justicia e Igualdad (JEM), el principal grupo rebelde en Darfur, ha manifestado que el alto el fuego anunciado por Al Bashir no es serio. El subcomandante general del grupo, Suleiman Sandal, ha señalado que el JEM no dejará de combatir a las fuerzas gubernamentales en la región hasta que haya «un acuerdo marco que garantice el derecho de movimiento. No podemos cesar los ataques a cambio de nada», ha añadido.
El conflicto en Darfur se ha cobrado la vida de unas 200.000 personas, según los expertos, y otros dos millones y medio han tenido que huir de sus hogares.