El pasado 25 de diciembre, la ciudad de Faradje (en la región de Haut Uéle, en la República Democrática del Congo) sufrió un ataque atribuido al Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés). MSF se desplazó a la ciudad el 28 de diciembre para proporcionar asistencia médica a las víctimas. Tan […]
El pasado 25 de diciembre, la ciudad de Faradje (en la región de Haut Uéle, en la República Democrática del Congo) sufrió un ataque atribuido al Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés). MSF se desplazó a la ciudad el 28 de diciembre para proporcionar asistencia médica a las víctimas. Tan pronto como sea posible, la organización irá a la ciudad de Doruma donde se ha producido un ataque similar.
Las primeras informaciones sobre el ataque en Faradje, una ciudad de 25.000 personas en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), cogieron al equipo de MSF en Dungu en la tarde del día de Navidad. A la mañana siguiente, un habitante de Tadu, una pequeña aldea a 20 kilómetros al sur de Faradje, anunció en la radio la llegada a su área de cientos de personas huyendo del ataque, probablemente unas 15.000. Confirmó que el médico jefe y otro funcionario habían sido asesinados en el ataque. Según su versión, varias víctimas con heridas graves seguían en el hospital de la ciudad, sin el equipamiento adecuado después del saqueo de los soldados del LRA.
Dada la situación, MSF decidió ir a Faradje tan pronto como la situación de seguridad lo permitiera. El 28 de diciembre, un médico, el coordinador del proyecto de Dungu y un enfermero llegaron a la ciudad en avión. Un segundo avión llegó desde Bunia para evacuar a los heridos más graves. Entre los 15 heridos que todavía estaban en el hospital de la ciudad, cuatro tuvieron que ser trasladados en avión a Dungu. Todos tenían heridas por arma blanca o arma de fuego. El equipo de MSF dejó equipamiento médico al personal del hospital antes de irse en el mismo día.
El equipo pudo comprobar el alcance del ataque en Faradje: el mercado y las casas quemadas y la población que quedaba viviendo con el miedo a futuros ataques. Según las autoridades locales, al menos 60 personas fueron asesinadas el 25 de diciembre y un número impreciso secuestradas. Tan pronto como las condiciones lo permitan, MSF evaluará las necesidades de miles de personas que huyeron de Faradje sin tiempo para coger nada en su huida. Proporcionar asistencia en esta zona es difícil y MSF sigue siendo una de las pocas organizaciones que actualmente trabaja fuera de la ciudad de Dungu.
La ciudad de Doruma, cerca de la frontera con Sudán y República Centroafricana (RCA) también ha sido atacada en los últimos días. Misioneros presentes en el área reportan numerosos muertos y heridos. MSF está intentando intervenir de forma similar a Faradje: proporcionar asistencia médica a los heridos y evaluar las necesidades más urgentes para organizar la respuesta medica.