Traducido para Rebelión por Caty R.
No es un bulo. El proyecto existe desde hace muchos años y la idea está en marcha. ¿La prueba? Las operaciones militares conjuntas «Umoja Wetu» y «Coup de tonnerre», respectivamente, entre La República Democrática del Congo y Ruanda por una parte, y entre La RDC, Uganda y el sur de Sudán por otra, constituyen los ensayos de este proyecto militar. Ha llegado el momento de la evaluación para pasar a un estado concreto: La constitución de un «ejército africano».
Varios elementos intervienen en la puesta a punto de las operaciones militares conjuntas que acaban de finalizar en la República Democrática del Congo. Se trata de la batida contra las FDLR, rebeldes ruandeses y la LRA, los rebeldes de Uganda. Dichas operaciones se han bautizado con los códigos «Umoja Wetu» y «Coup de tonnerre».
El objetivo de dichas operaciones es restablecer la paz en la República Democrática del Congo e instaurar la seguridad en Ruanda y Uganda para estabilizar las instituciones de los países de la región de los Grandes Lagos y al mismo tiempo favorecer su desarrollo.
Pero estas operaciones militares parten de una constatación: el fracaso de las misiones de paz de la ONU en varios países. En Europa, por ejemplo, en la ex Yugoslavia, con las masacres de Bosnia Herzegovina. En África, la incapacidad de las tropas de la ONU para impedir el genocidio de Ruanda y detener la guerra civil en Angola. Y finalmente en Somalia, que continúa inmersa en una tragedia cotidiana. En cuanto a Asia, los dramas de Afganistán y Líbano están en la mente de todo el mundo.
De ahí las sugerencias de crear «centros militares» en algunas regiones del mundo para responder a las preocupaciones de la paz. Eso evitaría la colocación de cascos azules de la ONU en «condiciones hostiles» Es el caso de Europa, que dispone del KFOR en Kosovo. Y últimamente en Georgia y Osetia son las fuerzas europeas las que están desplegadas para separar a los beligerantes. Actualmente ya se ha aceptado dotar a África de un «ejército africano»
Las guerras de larga duración
Desde el final de la guerra fría, el número de conflictos armados ha aumentado. Esto se explica por el afán de dominación que suscita la conquista de los espacios económicos. Pero hay que añadir actualmente el incremento del terrorismo internacional y los problemas étnicos en África. Otros tantos elementos que «justifican» esas guerras de larga duración y que involucran cada vez más a las grandes potencias, las principales contribuyentes de las misiones de paz de la ONU, actualmente muy solicitadas.
Estados Unidos no ha esperado mucho tiempo para resolver la situación. Apoyándose en su «estrategia de seguridad nacional» para hacer frente a cualquier amenaza contra Estados Unidos y el pueblo estadounidense, EEUU creó el Africom (Mando regional militar) para África. Una de las misiones confiadas precisamente a ese mando militar operacional desde 2007 es la de contribuir «a la formación de soldados de la paz» en esa perspectiva de poner en marcha un «ejército africano».
En ese marco, el Africom tiene por objeto «coordinar las relaciones militares entre Estados Unidos y los 53 países africanos miembros de la Unión Africana, así como la organización de la defensa y la seguridad africanas. En realidad, el Africom se encarga de estudiar las soluciones para «las guerras de larga duración», especialmente las de la República Democrática del Congo, Darfur, Somalia y próximamente la del Chad.
Su cuartel general, que en principio debería instalarse e un país africano, por razones de susceptibilidad, está actualmente en Stuttgar, Alemania. Por eso, la sombra del Africom planea sobre las operaciones militares conjuntas que acaban de tener lugar en la República Democrática del Congo. Y los observadores informados señalan que se trata de la «primera operación militar» que se ha beneficiado de la experiencia del Africom. Ha llegado el momento, pues, de la evaluación para considerar la continuación de las actuaciones para establecer este «ejército africano». Todo está inscrito en un programa: ACOTA (African Contingency Opérations Training and Assistance programme)
El terreno ya está preparado
Esta idea no es nueva. Se ha visto favorecida por los numerosos fracasos de las misiones de paz de la ONU y su factura cada vez más elevada, tanto en hombres, los cascos azules, como en medios financieros, y finalmente por la reticencia de otros Estados miembros de la ONU a quienes no les salen las cuentas y se enfrentan a las protestas de sus poblaciones por involucrarse en «guerras estúpidas». El caso más reciente es el de la República Democrática del Congo. La Resolución 1856 (prórroga de la misión de paz de la ONU -MONUC- en la RDC, aprobada el 23 de diciembre de 2008, N. de T.) todavía no se ha aplicado debido a la renuencia de los países contribuyentes. Pero, sobre todo, porque con más de 17.000 cascos azules, la MONUC no ha conseguido cumplir su misión. Los europeos han rechazado el envío de los soldados sugiriendo que África se haga cargo. De ahí la tensión con respecto a Angola.
A este respecto, África ya había pensado la forma de establecer estructuras militares para imponer la paz en el continente. Es el caso del ECOMOG en el oeste de África. En el sur de África se ha constituido la SADC, un organismo para la paz y la seguridad, y la brigada de alerta BEA, con base en Calo Ledo, Angola, lista para desplegarse en la RDA y en Madagascar.
Los países de África central han experimentado la misma necesidad y han reajustado la FOMAC (Fuerza militar de África central). El presidente en ejercicio de la CEEAC, actualmente el presidente de la República Democrática del Congo, es el comandante en jefe. El mismo enfoque se ha hecho en África del este. Durante su última reunión, los jefes de Estado de Ruanda, Uganda, Kenia, Burundi y Tanzania encargaron a sus ministros de Defensa que dotasen a la comunidad de un comando militar para reforzar la seguridad de sus Estados, con el fin de permitir el relanzamiento de la cooperación económica.
En realidad, de alguna manera, se está allanando el camino para la puesta en marcha del mencionado «ejército africano». Encontramos aquí la idea expresada por el Coronel Muammar Gadafi, jefe de la revolución libia y presidente en ejercicio de la Unión Africana.
Sin embargo, hay que reconocer que en el estado actual de las cosas, la cuestión de un «ejército africano» es compleja y delicada. Puede aparecer, incluso, como una «recolonización». Aunque, como señalé más arriba, la idea ya está en marcha. Pero no hay que esconder la cabeza debajo del ala, Estados Unidos ya lleva una cierta ventaja avanzada con el Africom y sus propuestas podrían prevalecer sobre las de los demás.
Sin embargo, en este momento preciso, está en primer lugar la cuestión de elegir los Estados que desempeñarán el papel de «estabilizadores o policías» con los medios políticos, económicos y financieros, en las subregiones de alto riesgo del continente: África central, región de los Grandes Lagos o África del oeste desde el Golfo de Guinea.
Algunos hablan de esas iniciativas, aunque complejas, como señales precursoras de cambios profundos, a la imagen de los que convirtieron a Europa en el «gran lugar de encuentro de la historia». La República Democrática del Congo podría ser la gran ausente si continúa vegetando en los entresijos nauseabundos de la política policial, sin una visión nacional, sin una ambición legítima regional e internacional, incapaz de descifrar los signos de los tiempos, mientras que dispone de todos los triunfos para desempeñar un papel preponderante en relanzamiento del desarrollo de África.
Texto original en francés:
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