Traducido por Mariola y Jesús María García Pedrajas
Casi un quinto de las importaciones de petróleo de EEUU provienen de África occidental, porcentaje que se espera que vaya en aumento. Las compañías petroleras occidentales, principalmente Shell, BP y Chevron han bombeado oro negro por valor de billones de dólares del este de Nigería, que sin embargo continúa siendo uno de los lugares más pobres y contaminados de la tierra. Aunque los picapleitos de la compañía petrolera han llegado a un acuerdo extrajudicial con los representantes de las familias de unos cuantos de los asesinados la violación despiadada del este de Nigeria continúa.
Ejecutivos de Shell hicieron la afirmación obscena de que el acuerdo fue un ‘gesto humanitario’
La compañía petrolera Royal Dutch Shell pagará 15,5 millones de dólares a las familias del fallecido activista nigeriano Ken Saro-Wiwa y otros ejecutados por el régimen militar nigeriano en 1995. El acuerdo finaliza una demanda judicial, en la que se acusaba a Shell de complicidad en la tortura y asesinato del activista, que protestaba por los crímenes económicos y medioambientales cometidos en contra de los pobladores de la zona rica en petróleo del delta del río Níger.
El acuerdo es inusual en el sentido de que se hizo público la cantidad a pagar y otros términos del acuerdo. Con mucha frecuencia, las partes que llegan a un acuerdo en una demanda judicial acuerdan no divulgar cuanto dinero cambió de manos. Pero este era un caso profundamente político, cuyo resultado fue celebrado por las familias de las víctimas y sus abogados en el Centro para los Derechos Constitucionales radicado en Nueva York.
Algo de los quince millones y medio irán a un fondo para el pueblo Ogoni. Shell puede que creyera que estaba comprando algo de buena voluntad al llegar a un acuerdo con los demandantes Ogoni, pero si es así, la compañía estropeó todo el efecto al continuar asegurando que no tuvo nada que ver con las ejecuciones. Los ejecutivos de Shell hicieron la afirmación obscena de que el acuerdo fue un «gesto humanitario.» Después la empresa llamó la atención sobre los 240 millones de dólares que afirma haber contribuido al llamado «desarrollo comunitario» en el delta del Níger, el año pasado – lo que suena más como una forma fina de describir una parte del masivo presupuesto para sobornos de la compañía. 240 millones de dólares, ya sea in sobornos o fondos para el desarrollo comunitario, podrían haber supuesto mucho en 1995, cuando Saro-Wiwa y sus compañeros fueron asesinados por los socios de Shell en el crimen, el gobierno militar. Hoy en día, los pagos han disminuido mucho por las pérdidas masivas en la producción de petróleo debido a un estado de guerra entre el gobierno y fuerzas rebeldes en la región.
«Cientos de civiles han sido asesinados – nadie sabe con precisión cuantos.»
Desde el 15 de mayo, el gobierno se ha embarcado en una ofensiva militar llamada Operación Acordonar y Buscar, dirigida de forma ostensible a los rebeldes del Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger, o MEND. La lucha ha generado numerosas víctimas entre los combatientes, pero el sufrimiento mayor ha recaído sobre los civiles. Se piensa que al menos 20.000 personas han huido de sus hogares. Muchos otros miles languidecen en campos de refugiados, con escasez de alimentos y medicinas. Cientos de civiles han sido asesinados – nadie sabe con precisión cuantos. Los soldados han quemado pueblos enteros, e incluso el palacio de un rey local fue bombardeado por las fuerzas aéreas nigerianas.
La guerra en la región le ha costado a la industria del petróleo al menos 24 millones de barriles en producción, haciendo que Nigeria pase al segundo lugar entre los productores africanos, por detrás de Angola. Sin embargo, esta es básicamente una perdida entre ladrones: los mismos conspiradores nigerianos y de la gran industria del petróleo que decidieron que Ken Saro-Wiwa y su compañeros debían ser colgados hace 14 años por pedir una distribución justa de los beneficios del petróleo, y respeto por la tierra y la gente. Ahora están sufriendo las consecuencias de sus actos en el Delta, por medio de esta venganza.
El tiempo ha mostrado que los crímenes enconados producen frutos amargos. El tema en la región del delta del río Níger se convierte en una cuestión de soberanía que afecta a toda Nigeria. La lección es que ningún régimen tiene el derecho a vender la soberanía y la riqueza nacional, arrebatándoselas en las mismas narices de la gente.
Jesus Maria y Mariola Garcia Pedrajas son colaboradores de Rebelión. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a los traductores y la fuente.
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