Traducido del alemán para Rebelión por Javier Fdez. Retenaga.
Con un debate en torno a la lucha contra la piratería en el Cuerno de África comenzó el pasado jueves el encuentro de ministros de Defensa de la OTAN. El objeto de las conversaciones eran los planes para una mayor coordinación de las numerosas tropas (de la OTAN, la UE y países independientes) que operan en la costa este africana, a fin de que la intervención sea más contundente. El motivo son los pobres resultados obtenidos por la Marina plurinacional. Como muestran las estadísticas publicadas recientemente, la fuerte intervención no ha reducido el número de ataques piratas, sino que ha llevado a una escalada de la violencia. El efecto más tangible producido hasta el momento es la aplicación en alta mar del derecho del más fuerte: la Marina alemana informó recientemente de que, ante la mera sospecha, dieron el alto a dos embarcaciones, obligaron a los pasajeros a desembarcar y a continuación hundieron los barcos. Este proceder, una burla al derecho internacional, se ha convertido en algo habitual. De este modo, la Marina alemana traslada a los mares de la costa africana los procedimientos arbitrarios utilizados por los barcos de guerra de la UE en el Mediterráneo contra los botes de refugiados.
Con un debate en torno a la lucha contra la piratería en el cuerno de África, entre otros asuntos, comenzó el pasado jueves el encuentro de ministros de Defensa de la OTAN. Se habló de los planes para lograr una mayor coordinación de las numerosas Armadas que operan independientemente. Tanto la UE como la OTAN están presentes en las mismas aguas con unidades propias, y otros Estados (por ejemplo, Rusia, China, Japón, India o Irán) están representados por contingentes nacionales. En la OTAN se discute la manera de conseguir una mayor coordinación de las unidades implicadas, a fin de intervenir con mayor contundencia. De ese modo, Occidente obtendría un mayor control sobre el conjunto de las operaciones y consolidaría su predominio.
Más ataques
Las estadísticas actuales, publicadas esta semana por el International Maritime Bureau (IMB), de la Cámara de Comercio Internacional (ICC), revelan unos muy pobres resultados de la intervención frente a las costas de Somalia. El IMB tiene en Kuala Lumpur un Centro de información sobre actos de Piratería (PRC), que hace un seguimiento de los ataques piratas en todo el mundo. Según el PRC, con relación al año anterior se ha conseguido reducir de forma notable la «tasa de éxito» de los piratas: en los primeros nueve meses de este año sólo fue secuestrado uno de cada nueve barcos atacados, mientras que entre enero y septiembre de 2008 eso sucedió con uno de cada 6,4 barcos. No obstante, los piratas lo compensaron con un mayor número de ataques: mientras que en todo 2008 se produjeron 293 ataques, hasta el 1 de octubre de este año el PRC ha registrado 306 ataques. En ellos, 661 personas fueron tomadas como rehenes, doce secuestradas, seis asesinadas y ocho fueron dadas por desaparecidas. Más de la mitad de los ataques piratas registrados en todo el mundo tuvieron lugar en el Cuerno de África, donde también se produjo el mayor número de víctimas.[1]
Más violencia
El PRC informa a la vez de una drástica escalada de la violencia. Según esas informaciones, el número de ataques en los que se utilizaron armas de fuego se incrementó en más de un 200% en relación con el mismo periodo del año anterior.[2] La semana pasada, expertos presentes en la asamblea general de la Interpol que tuvo lugar en Singapur confirmaron que los piratas no sólo están mejor organizados y operan cada vez más lejos de la costa, sino que disponen además de armas más eficaces. No es la única razón por la que muchos expertos ponen en cuestión el éxito de la intervención de la Marina. «No puedo afirmar que hasta ahora haya habido progresos en relación con la piratería», declara el jefe de la policía de Somalia, y señala las rudimentarias fuerzas policiales no son capaces de controlar las bases de los piratas en territorio somalí.[3]
Las causas sociales
Ninguna atención se presta al hecho de que persisten, inalteradas, las causas sociales que están en el origen de la piratería. El bandidaje en el Cuerno de África adquirió fuerza cuando, tras el colapso de Somalia, barcos pesqueros extranjeros saquearon los caladeros del país y algunos somalíes trataron de retomar la vigilancia de las costas por su cuenta. Sin éxito, pero el rearme posibilitó su salto a la piratería.[4] La continua sobreexplotación de las aguas costeras, también por pesqueros occidentales, privó de ese medio de subsistencia a una población somalí que se encontraba ya en una situación desastrosa. Sin embargo, en la actualidad algunos piratas consiguen sumas millonarias abordando barcos pesqueros de la UE y liberándolos a cambio de un rescate. Francia ha empezado a proteger a los pesqueros franceses que recalan en la zona, directamente con buques de guerra.
Hundimiento de embarcaciones
En cualquier caso, la intervención militar occidental persigue el éxito saltándose el derecho internacional en alta mar. La semana pasada, sin ir más lejos, un helicóptero del ejército alemán, tras efectuar disparos de advertencia, detuvo a tres embarcaciones cerca de las Seychelles. La Marina afirma que los once pasajeros arrojaron objetos al mar, entre ellos, supuestamente, un arma de fuego. En el posterior registro de los botes «no se encontraron armas», según el ejército federal, pero sí «diez bidones con combustible. Esto indica piratería».[5] Por posesión de combustible, los soldados alemanes obligaron a los 11 pasajeros a montarse en uno de los botes, los soltaron en el mar y hundieron las otras dos embarcaciones. «Este procedimiento» -se dice en el artículo de un corresponsal- «se ha empezado a poner en práctica en todos aquellos casos en los que presuntos piratas han sido detenidos por sospechas de que estuvieran relacionados con un intento de ataque».[6] Puesto que la persecución judicial no es posible sin pruebas de los hechos, en este caso es la Marina alemana la que actúa aplicando un castigo arbitrario sobre la base de meras sospechas. Con estas prácticas, el ejército se burla del derecho internacional, que contempla el derecho a la libre navegación con independencia de la procedencia y el equipamiento de los navegantes.
Disparos a los ocupantes
En estas actuaciones se cuenta ya con que se producirán víctimas mortales. A comienzos de septiembre, la fragata Brandenburg trató de detener una embarcación; tras algunos disparos de advertencia, los soldados alemanes abrieron fuego con sus ametralladoras. Uno de los cinco ocupantes resultó herido de muerte. Berlín declaró a los supervivientes «suficientemente sospechosos de piratería» y solicitó su entrega a un tribunal keniano. No obstante, el cuartel general de operaciones de la UE rechazó esa pretensión, ya que consideraba improbable su condena en Kenia. Sin embargo, el mortal ametrallamiento no tuvo consecuencias: la fiscalía del estado de Postdam rechazó abrir una investigación. No presentó una fundamentación de su renuncia.[7]
Al igual que en el Mediterráneo
El derecho del más fuerte que aplica la Marina alemana frente a la costa este africana recuerda los procedimientos de los buques de guerra europeos en el Mediterráneo. También ahí se restringe de facto el derecho a la libre navegación, al menos para las personas que tratan de huir en barco hacia Europa. Un informe jurídico, elaborado por encargo de varias organizaciones humanitarias, llegó hace ya dos años a la conclusión de que «la expulsión» de migrantes en el mar, «escoltarlos camino de vuelta, impedirles continuar el viaje, remolcarlos de regreso o llevarlos a las costas de países no pertenecientes a la UE» está «prohibido».[8] La manifiesta ilegalidad de tales procedimientos no impide, no obstante, a los países de la UE continuar regulando el tráfico marítimo a su arbitrio: en el Mediterráneo como frente a Somalia; en el futuro, es probable que también en otras aguas.
[1], [2] Unprecedented increase in Somali pirate activity; www.icc-ccs.org, 21.10.2009
[3] No Progress on Piracy, Somali Police Chief Says; The New York Times, 14.10.2009
[4] V. Unverzüglich versenken (Hundimiento en el acto).
[5] EU NAVFOR ATALANTA – Fregatte Bremen stoppt mutmaßliche Piraten (La fragata Bremen detiene a presuntos piratas); www.bundeswehr.de, 13.10.2009
[6], [7] Mutmaßliche Piraten freigelassen (Presuntos piratas son puestos en libertad); Frankfurter Allgemeine Zeitung, 15.10.2009. V. tb. Vor der Küste des Jemen (Frente a la costa de Yemen).
[8] Andreas Fischer-Lescano, Tillmann Löhr: Rechtsgutachten: Menschen- und flüchtlingsrechtliche Anforderungen an Maßnahmen der Grenzkontrolle auf See (Informe jurídico: Requisitos de las medidas de control fronterizo en el mar con relación a los derechos humanos y al derecho de asilo, septiembre de 2007. V. tb. Transitland unter Druck (País de tránsito bajo presión).
Fuente: German-Foreign-Policy.com
Traducido del alemán por Javier Fdez. Retenaga, miembro de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística (www.tlaxcala.es). Esta traducción se puede reproducir libremente, a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.