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Un filme permite comprender el carácter norteamericano

Fuentes: Progreso Semanal

«Stone» presenta el retrato híbrido al estilo de Norman Rockwell-Grant Wood de una pareja madura del Medio Oeste, agrega dos personajes de Quentin Tarantino que son expertos manipuladores y ofrece una perturbadora porción cinematográfica del verdadero Estados Unidos: represión, religión, lujuria, violencia y escape hacia un misticismo sórdido. El joven Jack Mabry está mirando un […]

«Stone» presenta el retrato híbrido al estilo de Norman Rockwell-Grant Wood de una pareja madura del Medio Oeste, agrega dos personajes de Quentin Tarantino que son expertos manipuladores y ofrece una perturbadora porción cinematográfica del verdadero Estados Unidos: represión, religión, lujuria, violencia y escape hacia un misticismo sórdido.

El joven Jack Mabry está mirando un juego de golf en TV, ajeno a su esposa insatisfecha que trata de llamar su atención. Ella le dice dos veces que está pensando en abandonarlo. Él salta de la butaca, corre al segundo piso, agarra a su hija dormida y la amenaza con lanzarla por la ventana en cuanto ella se marche.  Ella se somete.

Corte. Un Mabry canoso, arrugado y petulante, a punto de retirarse como agente de libertad condicional, conoce a Stone (Edward Norton), un incendiario -su último caso. Stone cuenta lloriqueando una historia farisaica de haber cumplido su condena, aceptado su castigo y por lo tanto «merezco la libertad condicional. Estoy rehabilitado». Su pelo peinado en trenzas, sus tatuajes de la prisión y los gestos corporales de delincuente niegan sus palabras. Mabry ha pasado años escuchando a los criminales contando tonterías de la prisión para convencerlo de que merecen la libertad condicional. Él no escucha: ha oído anteriormente esas palabras. Stone lo reta. «¿Por qué vas a ser mejor que yo? «Yo no violo la ley», responde Mabry farisaicamente.

Durante su cháchara nada convincente para obtener el apoyo de Mabry, Stone agrega de manera escandalosa una información íntima. El astuto convicto se da cuenta de la incomodidad de Mabry mientras disfruta de la descripción que él hace de los lascivos detalles de su vida sexual con su esposa, Lucetta (Milla Jovovich).

Después de haber sembrado la semilla de la lujuria en el reprimido Mabry, Stone convence a su esposa Lucetta, una atractiva apasionada del sexo, para que contacte al reprimido Mabry. La infantil «franqueza» de Lucetta permite una fácil seducción del agente de libertad condicional, hambriento de sexo.

Ella muestra una convincente sinceridad mientras despliega su lujuria con Mabry, al igual que en su trabajo supervisando niños. Ella se relaciona con los niños porque no ha madurado -a no ser en su cuerpo.  El casi retirado agente de libertad condicional no sospecha que esa inocencia y preocupación, tanto por él como por su esposo, es consecuencia de una personalidad fronteriza que se alimenta de elogios paternales.

Sin embargo, la aventura ha sacudido la frágil fachada construida por los Mabry. La esposa, Madelyn (Frances Conroy) percibe que hay algo extraño en el horario de Mabry y en su alejamiento creciente. Eso desestabiliza su rutina de bebida, cigarrillos y rituales religiosos que esconden un sufrimiento atroz alimentado durante décadas de vida junto a su inaccesible esposo. En su aislada granja sin cultivos, se sientan en el portal o recitan vacíos pasajes bíblicos antes de cada comida. Tras su fachada de serenidad religiosa hay una furia apenas controlada.

El engaño por parte de Stone para lograr que Mabry haga un informe favorable a su libertad condicional comienza a funcionar gracias a lo que Robin Williams pudiera decir de Mabry: Dios le dio al hombre «un pene y un cerebro, pero solo la sangre suficiente para que funcionen uno a uno».  Mientras Mabry sucumbe, Stone también cambia.  Sin querer, es testigo de un acto de violencia carcelaria. En los ojos del muerto, Stone parece captar la noción de compasión.

El comprende que no va a durar en la liga de los que comparten las celdas de la prisión. Cae bajo la influencia de «Zukangor», un método «espiritual» para encontrar la armonía convirtiendo el sonido en meditación y para alcanzar la purificación del alma -y la reencarnación.

Sin embargo, su epifanía también cambia su relación con Lucetta, la cual adoraba la dominante personalidad criminal de Stone -especialmente cuando la elogiaba. Es cierto que ella ha utilizado el sexo para obtener un informe favorable de parte de Mabry, actividad que ella usa rutinariamente para lograr la admiración de los hombres.

A regañadientes, Mabry presenta su informe favorable de Stone -con la conciencia de que es un error. Pero Lucetta no recibe las alabanzas de Stone. Por el contrario, debido a su nueva religión él se distancia de ella mientras suelta su perorata religiosa.  Sus vibraciones anteriormente excitantes se han convertido en algo aburridamente sereno.

Mabry va y viene del trabajo escuchando la radio religiosa. Él libera energía practicando el golf en un campo vacío. Junto con Mabry asiste con regularidad a una iglesia católica. Norteamericanos típicos, adaptados, rectos, respetuosos de la ley y morales. ¡No es así!

Estos personajes, republicanos y demócratas, son parte del «gran público norteamericano».  Un criminal y un agente de libertad condicional, una maestra de escuela y un ama de casa han enterrado actos morbosos y malvados que impulsan subconscientemente sus vidas -bien lejos del suelo norteamericano, a no ser que se incluyan las pesadillas. Mabry no puede librarse de los demonios de las necesidades que ha reprimido. A su esposa la bebida no le alcanza para disipar su ira. Stone, a pesar de sus atributos de estafador sabelotodo, comienza a sentir la necesidad de alguna armonía interior en la atmósfera de la prisión que ofrece ruidos discordantes y feos espectáculos.

La aparente inocencia de Lucetta, el placer que le da usar su cuerpo, brinda la apariencia de que ella está más allá de la maldad, motivos egoístas y malas intenciones de los demás. Ella se presenta como la aparente respuesta viva y natural a los balbuceantes predicadores de la radio que insisten en el pecado y en los valores básicos que operan para limitar la libertad en la tierra de los libres.  Pero su propio caos -una niña en cuerpo de adulta- desdice esta talla heroica. Al igual que todos los personajes del filme, Lucetta va en busca de seguridad y libertad, estabilidad y pasión, todas inalcanzables.

El director John Curran y el guionista Angus MacLachlan llevan de la mano a los complicados personajes en un collage de búsqueda de la psiquis moderna norteamericana. La compostura exterior de los Mabry esconde temas que confunden a millones, los cuales mueren sin solucionarlos. Todos son invisibles en la muchedumbre.

Fuente: http://progreso-semanal.com/4/index.php?option=com_content&view=article&id=2824:un-filme-permite-comprender-el-caracter-norteamericano&catid=3:en-los-estados-unidos&Itemid=4