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Marruecos

Las victorias del Movimiento del 20 de febrero

Fuentes: Lakum

A los que veían la excepción marroquí en la primavera de la democracia árabe. A los que se burlaban del Movimiento del 20 de Febrero y decían que sus jóvenes eran niños de Facebook y enfermos de la fiebre de la imitación. A los que creían y siguen creyendo en la «balanza de fuerzas» inalterable […]

A los que veían la excepción marroquí en la primavera de la democracia árabe. A los que se burlaban del Movimiento del 20 de Febrero y decían que sus jóvenes eran niños de Facebook y enfermos de la fiebre de la imitación. A los que creían y siguen creyendo en la «balanza de fuerzas» inalterable a la que no mueven las tormentas. A todos éstos les presentamos la «lista de las demandas que se han conseguido» tras el Movimiento del 20 de Febrero. Aunque la lista es corta, es una prueba de que la voz del cambio tiene eco y cuanto más sube de tono mejor llegan sus vibraciones a los castillos del poder.

Comenzamos con la más reciente de las «bendiciones del 20 de febrero»: la «jubilación» de Ahmad Hrazni y Mahchub Hiba y el nombramiento en su lugar de Al Yazmi y Sabbar y la caída del carácter consultivo de un consejo que envejeció hasta convertirse en una casa abandonada en la que nadie entraba ni de la que nadie esperaba nada, máxime cuando Hrazni -que Dios le perdone- convirtió este consejo en una herramienta en manos del Estado para responder a sus enemigos en vez de utilizarla para presionar al Estado y obligarle a respetar los derechos humanos. Hoy el consejo está ante un examen para ganarse la credibilidad y el primer expediente que tratará en su nueva versión es el asunto de las detenciones políticas, las torturas y las violaciones que se cometieron después de 1999, sobre todo el caso de Belirach y el asunto de los detenidos de la Salafiya Yihadiya gestionado por la policía y la justicia de una manera fea e injusta…

Se ha dictado un indulto real a favor del coronel Qaddur Tarzaz, un anciano de más setenta años, que cumplía una condena de 12 años de prisión (pasó dos años en la cárcel) por revelar secretos de la defensa nacional. El problema es que la sentencia fue dictada por un tribunal militar que no puede garantizar las mínimas condiciones de un juicio justo; además hay que tener en cuenta que el secreto de Estado ha sido y sigue siendo confuso y vago. Desde hace dos años venimos escuchado llamamientos a su indulto de la familia y de activistas de derechos humanos de Francia, Marruecos y otros países… Hasta que llegó el Movimiento del 20 de Febrero, que según reconoce Tarzaz, ha contribuido a su indulto. Yamea al Moatasim también ha salido de la cárcel de Salé en dirección al Palacio de Casablanca, y ha pasado de estar acusado por corrupción, abuso de poder y manipulación de actas oficiales a ser una personalidad sindicalista nombrada por decreto real, en reconocimiento a su confianza y como certificación de su buena conducta. Y todo esto antes de que se haya cerrado el caso o se hayan emitido sentencias al respecto. Esto significa que el Estado sabe ahora, o lo sabía antes, que el asunto fue movido por motivos políticos y no por disposiciones jurídicas. Si tenemos en cuenta que Al Moatasim es el presidente de la comisión electoral del PJD y que fue él quien lideró las campañas del partido en todas las elecciones, entenderemos el secreto de que se atente contra la reputación de un hombre acusándole de corrupción y a favor de quién se hizo esa maniobra.

Todas estas iniciativas han ido acompañadas de señales simbólicas que han tenido su reflejo en la reducción del volumen del protocolo real y en la eliminación de algunas de sus «antiguas» manifestaciones cuya anulación llevábamos tanto tiempo pidiendo porque van contra el buen gusto de la era moderna y las disposiciones de la modernización. La más «simbólica» ha sido el anuncio del inicio de la retirada del capital real del sector de los negocios, empezando por la venta de las empresas de leche, azúcar, aceite, etcétera, y el anuncio de la puesta en venta del 15% de las participaciones de SNI en Attijariwafa Bank (la parte de SNI en este banco es del 49%).

A nivel social, el Estado ha empezado a proporcionar empleo a una parte de los diplomados desempleados y ha cambiado las leyes de empleo en un tiempo récord. Por otra parte, el consejero del rey, Mohamed Moatasim se ha sentado por primera vez con los sindicatos para pedirles calma y prometerles reformas que están en camino.

Los partidos que «se mofaban» del movimiento de los jóvenes se encuentran ahora en una situación crítica. Algunos han entendido el mensaje y otros siguen siendo fieles a la cultura del pasado: las reformas solo bajan desde arriba, lanzarlas desde abajo es algo imposible.

Sí, es un comienzo prometedor, pero hay que ir a más velocidad y hacia mayor profundidad, directamente hacia la «fuente» de la que nacen todos los desajustes que el Estado intenta arreglar: la Constitución, que es el documento clave, y el reparto justo de los poderes y de la riqueza.
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