Se ha iniciado el ataque militar contra Libia, nada nuevo bajo la luz del sol vemos como con gran indignación los principales actores de la OTAN, y a la vez a miembros del Consejo de Seguridad de la ONU quienes promulgaron la resolución 1973 que les autoriza la intervención militar en esta República independiente soberana, […]
Se ha iniciado el ataque militar contra Libia, nada nuevo bajo la luz del sol vemos como con gran indignación los principales actores de la OTAN, y a la vez a miembros del Consejo de Seguridad de la ONU quienes promulgaron la resolución 1973 que les autoriza la intervención militar en esta República independiente soberana, con el pretexto irónico de proteger a la población civil definiendo un zona de exclusión aérea que rompe con los derechos fundamentales que tiene cualquier país o república de la autodeterminación y soberanía de poder resolver y tomar medidas en sus asuntos internos sin intervención extranjera.
Desde inicios de este año se ha venido generando todo un movimiento de renovación política en el mundo árabe que comenzó en Túnez, seguido por Egipto, y que ha tenido repercusiones en varios países árabes. Esto ha sido aprovechado por grupos y poderes político-económicos para (como dice el dicho) «pescar en río revuelto» y que han pasado de ser manifestaciones pacíficas populares a verdaderos movimientos paramilitares en el norte de África. En el caso de Libia, estos movimientos impulsaron una guerra civil donde rebeldes libios atacan fuerzas militares de ese gobierno. Esta guerra interna que vive Libia, ha ocasionado que diferentes medios de comunicación hayan levantado una ola de desinformación, y como ejemplo basta con recordar como el Ministro Inglés informó irresponsablemente que Gadaffi se encontraba huyendo camino a Venezuela junto a su familia. Informaciones fantasiosas, malintencionadas iban y venían en torno al tema apoyadas por las grandes cadenas mediáticas que dominan y filtran la información que deben transmitir para lograr los propósitos imperiales unipolares, fundamentalmente de índole económico, que propicien una matriz de opinión de la comunidad internacional que acepte cualquier medida. Otro ejemplo reciente fueron las mentiras detrás de Irak y sus supuestas armas nucleares, lo cual no fue sino otro engaño puesto en la escena internacional. Es el mismo guión de los golpes sistemáticos contra gobiernos «no convenientes» para los EEUU, a través de la satanización del gobernante, acusándolo de genocida por medio de algunos falsos positivos y después el papel de los medios de televisión en su propaganda mediática para justificar la invasión. Venezuela no ha estado lejos de haber vivido esa estrategia maligna, sólo recordemos el 11 de abril donde el presidente Chávez fue acusado de genocidio; lo que no contó el imperio es como el poder popular salió a manifestar masivamente para presionar el regreso a la democracia, mientras en las costas de las antillas holandesas ya teníamos un buque de guerra norteamericano. ¿Quién se opone? ¿Quiénes cuestionan o podrían verificar las pruebas que se presentan?
Lamentablemente la propuesta de diálogo y paz del Presidente Chávez elevada desde la ALBA hasta ahora no ha sido apoyada contundentemente por quienes deberían tener mayor protagonismo en la solución del conflicto armado la Liga Árabe o incluso la misma Unión Africana. No olvidemos que Libia es el país del continente africano con el mejor Índice de Desarrollo Humano, PIB y poder adquisitivo de esa región con grandes niveles de producción petrolera, además perteneciente a la OPEP.
Sólo en el primer día de ataque de la Alianza que «busca la paz» ya han lanzado de manera cobarde más de un centenar de misiles desde submarinos, buques y aviones de de guerra pertenecientes a EEUU, Inglaterra, Francia. Han destruido blindados, puntos estratégicos militares del gobierno libio y derribado un avión del grupo rebelde. También han matado alrededor de 48 personas y 150 heridos según cifras oficiales. Estas acciones de guerra desde puntos lejanos y evitando el combate en tierra demuestra la cobardía por parte de la coalición guerrerista, que quizás prefiere hacerlo de esta manera y no invadir por tierra para no propiciar una reacción de apoyo total del pueblo árabe hacia el presidente Gadaffi ante el hostil atropello de su soberanía. Posiblemente estén cambiando la línea de agresión de los EEUU sobre el medio oriente y sus países árabes tomando en cuenta las ineficientes invasiones a Afganistán, Irak.
La esperanza de la solución de este conflicto realmente debe asumirla el pueblo libio por medio del diálogo y la vía de la paz, buscando su unión como un país que históricamente ha levantado su voz para ser independiente reclamando sus derechos de soberanía, si revisamos la historia vemos que Libia fue la primera república africana en lograr su independencia. En todo esto están metidos los intereses capitalistas, subrayando como siempre el papel hegemónico de los EEUU y su actual presidente «Premio Nobel de la Paz», premio del que se burlan hasta sus propios compatriotas (basta ver el capítulo de la famosa serie del canal de TV Sony, Saturday Nigth Live, en el cual hacen una parodia donde el personaje que hace la caracterización de Obama se muestra sorprendido al obtener el premio diciendo: ¿el premio lo recibí por no ser George W. Bush en estos pocos meses como mandatario?). Inferimos que ya se quitó la máscara para quienes pensaban que con la llegada del primer presidente afroamericano a la presidencia de este país, iba a haber un cambio en la política exterior imperialista de dominio unipolar que busca siempre la apropiación de los recursos naturales, y específicamente el más preciado para ellos actualmente como lo es el Petróleo que siempre los ha movido hacia esa región en sus aventuras de guerra, mientras tanto seguiremos en vigilia testificando otro genocidio flagrante de las potencias mundiales.
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