Un soldado estadounidense, quien se declaró culpable el miércoles de asesinar a tres civiles afganos, fue sentenciado a 24 años de prisión, luego de reconocer que su plan era matar gente, en un complot con cuatro compañeros. El juez militar, teniente coronel Kwasi Hawks, dijo que inicialmente pretendía sentenciar al soldado Jeremy Morlock a cadena […]
Un soldado estadounidense, quien se declaró culpable el miércoles de asesinar a tres civiles afganos, fue sentenciado a 24 años de prisión, luego de reconocer que su plan era matar gente, en un complot con cuatro compañeros.
El juez militar, teniente coronel Kwasi Hawks, dijo que inicialmente pretendía sentenciar al soldado Jeremy Morlock a cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional, pero el acuerdo al que se llegó con el acusado para que se declarara culpable impedía esa condena.
Morlock, el primer de cinco soldados en ser juzgado por el caso, verá descontados de su sentencia 352 días, por el tiempo que ya ha pasado en prisión, y podrá optar por la libertad condicional en unos siete años, dijo su principal abogado Frank Spinner. Se le dará de baja del ejército en forma deshonrosa, como parte de la sentencia.
El caso ha planteado algunas de las denuncias penales más graves procedentes de la guerra en Afganistán.
Morlock, de Wasilla, Alaska, admitió tres cargos de asesinato y de las acusaciones de asociación ilícita, obstrucción de la justicia y uso ilegal de drogas en la Base Conjunta Lewis-McChord al sur de Seattle.
Es uno de cinco soldados de la Quinta Brigada Stryker acusados por la muerte de los tres afganos en la provincia de Kandahar.
Según una copia de su acuerdo de culpabilidad obtenido por la Associated Press, Morlock admitió haber tenido un papel de líder en el complot para matar deliberadamente a los civiles en enero, febrero y marzo del año pasado, aun cuando no representaban ninguna amenaza legítima.
Cuando un juez militar le preguntó si el plan era disparar para asustarlos o disparar para matar, Morlock respondió: «El plan era matar gente».
Morlock enfrentó una corte marcial, algo que su abogado Geoffrey Nathan consideró una ventaja. «El primero (de los cinco) recibe el mejor acuerdo», comentó el abogado por teléfono el martes.
Según el acuerdo, Morlock también aceptó atestiguar contra sus coacusados.
Morlock dijo al juez, teniente coronel Kwasi Hawks, que él y sus coacusados empezaron a complotarse para asesinar afganos inermes a fines del 2009, varias semanas antes de concretar la primera matanza. Para hacerlas parecer justificadas, los soldados planeaban colocar armas cerca de los cadáveres de las víctimas, agregó.
«¿Acaso todos sabían que ‘vamos a matar gente completamente inocente’?», preguntó el juez.
«Por lo general sí, señor, todos lo sabían», respondió Morlock.
Morlock afirmó que el complot fue dirigido por el sargento Calvin Gibbs, de Billings, Montana, uno de los coacusados. Gibbs asegura que las muertes eran legítimas.
Esta semana, la organización noticiosa alemana Der Spiegel publicó tres fotos en las que se veía a Morlock y otros soldados posando junto a afganos muertos. En una de ellas, Morlock hace una mueca mientras levanta en vilo la cabeza de un cadáver jalándolo de los cabellos.
Después de la matanza de enero, el soldado Adam Winfield de Cape Coral, Florida, envió mensajes por Facebook a sus padres diciendo que otros soldados compañeros suyos habían asesinado a un civil y planeaban matar a otros. Winfield dijo que sus colegas le advirtieron que no lo dijera a nadie.
El padre de Winfield alertó a un sargento en Lewis-McChord, al sur de Seattle, pero no se tomó ninguna acción hasta mayo, cuando un testigo en una investigación sobre drogas en la unidad reportó las muertes.