Traducido para Rebelion por Mariola y Jesús María García Pedrajas
Presidente Obama exigió un cambio de régimen en Libia hace más de tres semanas, pero ahora se comporta como si esa no fuera su política. Usará el asalto a las fuerzas de Muamar Gadafi para introducir la llamada «intervención humanitaria» como un punto de anclaje de la Doctrina Obama. Obama puede muy bien optar por convertir a Libia en una especie de protectorado, como en lo que se ha convertido Haití. Mientras tanto, Francia interpreta que el mandato de las Naciones Unidas en Libia le permite a las fuerzas euro-estadounidenses actuar como apoyo aéreo a las fuerzas armadas rebeldes, como hicieron los franceses en Benghazi.
«El Presidente tendrá que emplear todos sus trucos para convertir a la guerra ‘humanitaria’ en la seña de identidad de la Doctrina Obama.»
Rudyard Kipling se debe haber alzado de su tumba ante el espectáculo de la Esfera Co-Imperialista euro-estadounidense levantando por encima de sus cabezas la Carga del Hombre Blanco[n.t], y después dejándola caer estruendosamente sobre la Libia de Muamar Gadafi. En Bengasi, baluarte de la oposición, hombres jóvenes de creencias políticas y religiosas desconocidas aclamaban los aviones de guerra extranjeros mientras estos incineraban jóvenes compatriotas libios en columnas blindadas que se habían posicionado para entrar en la ciudad. «Uno, dos, tres – ¡gracias, Sarkozy» coreaban, en alabanza del presidente francés cuyos compatriotas mataron un millón de árabes argelinos hace tres generaciones, y que se hizo con la posición de liderazgo en Francia, explotando el fuerte miedo y resentimiento blanco contra los norteafricanos franceses. Francia «ha asumido su papel de forma decidida, su papel ante la historia,» declaró Nicolas Sarkozy el sábado, aparentemente ajeno a la monstruosa implicación de su amenaza. ¿Estaba la «historia» llamando a Francia y al resto del mundo colonialista blanco a reclamar sus territorios perdidos?
La misma voz de la historia de ascendencia blanca informó a Gran Bretaña y a Italia (antiguo señor colonial de Libia) de sus deberes para preservar la prerrogativa imperial de hacer lo que consideren mejor para los pueblos sometidos, para cuyo presunto beneficio se ha lanzado la Operación Odisea al Amanecer. El mandato «humanitario» del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas fue lo suficientemente amplio como para que se interprete como que le permite a «la coalición» actuar como apoyo aéreo para las fuerzas armadas rebeldes, como hicieron los franceses en Bengasi. Eso le pareció bien a los libios anti-Gadafi, quienes han mostrado pocas habilidades militares y prefieren que su «revolución» se la den hecha las potencias imperialistas. «Las fuerzas libres libias parece que están permitiendo a la coalición aclarar el terreno por delante de artillería pesada y fuerzas militares que estaban planeando atacar áreas pobladas por civiles,» declaró un miembro del consejo nacional de oposición a Al Jazeera. «Esperan hasta que las carreteras estén despejadas y después tiene lugar el avance de los voluntarios.»
«A los socios de la coalición imperialista no se les requiere que se declaren en guerra con los pueblos que acaban de masacrar.»
Bueno, así es la guerra humanitaria en las antiguas colonias. Las plataformas de armamento aéreo y marítimo más avanzadas que existen se usan para extinguir hombres y máquinas del gobierno en el punto de mira, transfiriendo la ventaja militar a fuerzas de la oposición lo que les permitirá al final ganar la guerra, a pesar de sus fallos como luchadores y organizadores. A pesar de ello, a los socios de la coalición imperialista no se les requiere que se declaren en guerra con los pueblos que acaban de masacrar. Más bien, se consideran equipos de rescate «humanitarios» que vuelan alto, portan misiles y lo destruyen todo – al coste de tanto como 300 millones de dólares por semana.
Uno sospecha que Sarkozy cree que la voz de la historia está susurrando que Francia juegue un papel más sustancioso, algo adecuado para un pasado y futuro imperio. Gran Bretaña, con mucho el mayor esclavizador de la humanidad sobre el planeta no hace tanto, aún busca justificar su propia opinión de sí mismo a través de la conquista de alguien, incluso si la gloria tiene que ser compartida con países de la clase de Italia, bajo la sombra del paraguas estadounidense, donde todos pueden beber del «dulce» crudo de Libia.
Los europeos, aunque apestando con el hedor de cinco siglos de asesinatos en masa y mega-robos, son sin embargo más honestos que los estadounidenses sobre sus intenciones en Libia y en el resto del mundo árabe. El Presidente Obama, con mucho el hombre más falso sobre la tierra hoy en día, finge ser el miembro más reacio del paquete imperial, deseoso de renunciar al liderazgo de la coalición en unos «días.» Su jefe del Mando Africano, General Carter F. Ham, el líder nominal de las fuerzas de EEUU en la región, recalca su adherencia a la interpretación más restringida del mandato de las Naciones Unidas. «No tenemos la misión de apoyar a las fuerzas de la oposición si se embarcan en acciones ofensivas» contra las fuerzas libias, dice Ham. Su única misión bajo el mandato de las Naciones Unidas es proteger a los civiles. Según esas reglas, la masacre francesa de columnas del ejército libio en retirada fue una violación del mandato, y los rebeldes deberían estar en todo momento esperando a que los euro-estadounidenses quemen y aplasten las fuerzas de Gadafi, quitándolas del medio, para que la oposición pueda preparar su ofensiva al oeste. Dadas las debilidades militares y organizativas de los rebeldes, y aunque Gadafi colapse rápidamente debido a cismas internos, ¿llevaría la versión del mandato del General Ham probablemente a un estancamiento de la situación que duraría quien sabe cuanto? Es imposible creer que eso es lo que Obama – o la belicista Secretaria de Estado Hillary Clinton y la Embajadora en las Naciones Unidas de mentalidad asesina Susan Rice – están planeando para Libia. Los rumores de la Casa Blanca sobre el traspaso del liderazgo de la coalición en unos días inciden negativamente en la contención que podría llevar al estancamiento, y hacia una resolución decisiva del «problema» de Gadafi.
«La ‘crisis’ de Libia es la oportunidad de Obama de elevar la ‘Responsabilidad de Proteger’ de su construcción legal dudosa y fuertemente controvertida, a una justificación ampliamente reconocida para la intervención de la superpotencia.»
Obama confía, más que Bush, en la propaganda engañosa y los trucos semánticos, aunque está igualmente dispuesto a usar fuerza bruta y mentiras flagrantes. El Presidente tendrá que emplear todos sus trucos para llevar a cabo su actual proyecto político, que es convertir la guerra «humanitaria» en la seña de identidad de la Doctrina Obama. La ‘crisis’ de Libia es la oportunidad de Obama de elevar la ‘Responsabilidad de Proteger’ (R2P, acrónimo de la expresión en inglés) de su construcción legal dudosa y fuertemente controvertida, a una justificación ampliamente reconocida para la intervención de la superpotencia, una doctrina que más que limitar las opciones estadounidenses las expande.
En medio de una incierta crisis internacional, el reto de Obama es abrir paso a la doctrina R2P como su seña de identidad, a la vez que se distancia del vocabulario del tipo «cambio de régimen» que se ha asociado tan íntimamente a George Bush, sin de hecho abjurar de los cambios de régimen.
La verdadera política de Obama en Libia es un cambio de régimen, como debe serlo para una superpotencia imperial. Hace más de tres semanas, Obama entró en la arena del cambio de régimen cuando declaró que «el coronel Gadafi tiene que dejar el poder, y marcharse.» El ejército de EEUU empezó inmediatamente a facilitar la salida involuntaria de Gadafi, en coordinación con sus aliados en Europa. Obama se está distanciando del vocabulario – pero no de la realidad – del cambio de régimen para establecer una nueva Doctrina que pueda extender los parámetros de la acción imperial e incrementar su propio legado presidencial.
Así que no debemos prestar atención a las palabras de Obama, sólo a sus hechos. EEUU es el líder de la agresión contra Libia porque es la única potencia que puede sustentar esta acción. De los 128 misiles lanzados en el comienzo de la Operación Odisea al Amanecer, EEUU ha lanzado 126. La coalición ha sido formada por EEUU, y seguirá siendo una criatura de EEUU durante el tiempo que sea útil a Washington.
«Washington podría muy bien estar buscando crear una especie de protectorado de las Naciones Unidas en Libia, como el infligido a Haití.»
Con la colaboración de los europeos, y basándose en el actual mandato de las Naciones Unidas, Washington podría muy bien estar buscando crear una especie de protectorado de la ONU en Libia, como el infligido a Haití. (Estoy asumiendo que los euro-americanos son plenamente capaces de destruir el aparato de gobierno de Gadafi usando únicamente su poderío aéreo, si están dispuestos a asumir el coste político que esto implica.) EEUU no tiene ningún deseo de ver una Libia independiente bajo incógnita en Bengasi, ni tampoco un gobierno libio basado en una democracia representativa y burguesa. Un protectorado libio que implicara a los gordos y nerviosos regímenes del Golfo Pérsico como «gestores» e interlocutores árabes sería muy apetecible para los socios imperialistas.
De todos modos, ninguna de las ventajas que EEUU y sus aliados pudieran conseguir de su agresión contra Libia serían sostenibles a largo plazo. Los «rebeldes» en Bengasi han manchado y comprometido su propia lucha con su invitación a la intervención imperialista, lo que podría llevar a trastocar y distorsionar el desarrollo social libio y socavar los intentos de forjar una unidad nacional – a la vez que dificultar los esfuerzos imperiales por pacificar el país. Los estadounidenses, bajo diferentes circunstancias, podrían preferir en realidad una Libia insegura hasta cierto punto con el fin de justificar la ocupación militar bajo algún tipo de condominio internacional o protectorado. Pero el mundo árabe globalmente ha cambiado en un modo en que sólo una mayor autodeterminación – ¡independencia de Occidente! – puede satisfacer. Los estadounidenses y sus aliados pueden destruir el régimen de Gadafi, pero no pueden someter o cooptar el mundo árabe globalmente durante mucho más tiempo.
NOTA
[n.t.] del poema White man’s burden, de Rudyard Kipling, que hace referencia a la pesada carga del hombre blanco, al tener que colonizar y civilizar al resto de las razas.
ARTICULO ORIGINAL