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«Daily Telegraph» y «The Guardian» revelan los objetivos de la intromisión británica en el conflicto libio

Fuentes: Agencias /Prensa Latina

Reino Unido pretende intervenir en Libia con una «misión de estabilidad» para apoyar al Consejo Nacional de Transición (CNT) en la conformación de un gobierno, en caso de ser derrocada la administración de Muamar el Gadafi. Desde hace varias semanas autoridades británicas mantenían contactos telefónicos con funcionarios y ministros libios para tratar de encontrar apoyo […]

Reino Unido pretende intervenir en Libia con una «misión de estabilidad» para apoyar al Consejo Nacional de Transición (CNT) en la conformación de un gobierno, en caso de ser derrocada la administración de Muamar el Gadafi.

Desde hace varias semanas autoridades británicas mantenían contactos telefónicos con funcionarios y ministros libios para tratar de encontrar apoyo a sus planes, informa ayer el diario inglés Daily Telegraph.

La estrategia intervencionista fue elaborada por diplomáticos de la cancillería del estado europeo, miembros del ministerio de Desarrollo Internacional y militares, muchos de los cuales visitaron en más de una ocasión la ciudad Libia de Bengasi.

Esta denuncia se suma a otra efectuada la víspera por el diario The Guardian sobre la presencia, incluso, antes del inicio de la invasión, de exsoldados de élite del SAS británicos (Servicio Especial Aéreo), para organizar y entrenar a los opositores.

Según el rotativo, pese a la negativa de reconocimiento por parte del gobierno de Londres, esos militares se unieron a fuerzas especiales y han actuado como controladores aéreos y como asesores en las tácticas de combate de los rebeldes libios.

Los soldados británicos ya estaban en zonas de la nación norafricana desde febrero pasado, antes del mandato de la ONU para crear una zona de exclusión aérea sobre la nación magrebí bajo el pretexto de proteger a la población civil, afirma The Guardian

A fines de ese mismo mes, fue descubierta por los propios opositores en el sur de Bengasi una misión militar británica, integrada por agentes del servicio secreto exterior y efectivos de fuerzas especiales.

Los ocho miembros del grupo, que se internó en territorio libio con fachada diplomática, fueron arrestados por los rebeldes, en medio del nerviosismo, al observar el aterrizaje de un helicóptero Chinook y agentes con equipos de comunicaciones.

Investigaciones posteriores demostraron que, en realidad, se trataba de siete oficiales del servicio especial aéreo y un agente secreto de la Inteligencia exterior (MI6).